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'Fearless Girl', obra de la escultora Kristen Visbal, ante la Bolsa de Nueva York. Andrew Kelly. Reuters
La inamovible 'Niña sin miedo'

La inamovible 'Niña sin miedo'

Desafiante. La célebre estatua que plantó cara al toro y a los lobos de Wall Street seguirá retando al machismo financiero y empresarial frente a la Bolsa de Nueva York

Jueves, 14 de abril 2022, 23:28

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Tras plantar cara al furibundo toro de Wall Street, lleva años desafiando a la desigualdad de género y a los machotes lobos de la bolsa neoyorquina. Y de momento seguirá allí. La 'Niña sin miedo', la famosa estatua que emergió de la noche a la mañana en el corazón financiero de Nueva York, permanecerá al menos otros once meses ante la sede de la Bolsa, al sur de Manhattan. Así lo ha decidido el consistorio neoyorquino, que estudia la posibilidad de hacerse con la pieza para la colección permanente de la ciudad.

Obra de Kristen Visbal, la desafiante y broncínea criatura pesa 113,4 kilos y mide 1,21 metros. Apareció por sorpresa al amanecer del 7 de marzo de 2017, víspera del Día de la Mujer, en el parque Bowling Green. Con sus brazos en jarras y su falda al vuelo, retó al imponente 'Charging Bull', el toro de bronce del escultor Arturo Di Modica, cuyos testículos soban cada día miles de turistas. El morlaco despertó aquel día con la pequeña e intrépida guerrera mirándole de frente en actitud desafiante. Era el colofón de una ingeniosa campaña publicitaria que encargó la efigie para reconocer la labor de un fondo de inversión en empresas con mujeres en cargos relevantes.

Tan desafiantes como la efigie, los creadores de la campaña no pidieron autorización para plantar su 'Fearless Girl', que así se llama en inglés. La autoridad municipal les otorgó un permiso de una semana que amplió a un mes y luego a doce, dejando claro que su ubicación era temporal. Tras un año frente al toro, en 2018 pasó a desafiar a los brókers de Wall Street desde su emplazamiento en la peatonal Broad Street, frente al mercado de valores, donde seguirá como un hito de la Gran Manzana. Y es que la valiente niña que llegó de tapadillo al distrito financiero superó en popularidad al astado y se convirtió pronto en un símbolo del empoderamiento femenino y la igualdad de género en el machista mundo financiero y empresarial.

A Di Modica no le gustó que la niña se instalara frente al toro ni la dinámica generada entre ambas obras: una cría de apenas 100 kilos desafiando la embestida de su toro de más de tres toneladas, símbolo de poder financiero. Según Di Modica, la cría convertía al toro en un villano y alteraba el significado de su escultura. También criticó que fuera una maniobra de marketing, olvidando que él mismo instaló su toro sin permiso en otra exitosa estrategia publicitaria.

Las esculturas se volvieron tan populares que el parque Bowling Green amanecía abarrotado de turistas que a menudo interrumpían el tráfico invadiendo la calzada. El ayuntamiento consideró separarlas y dividir a las multitudes admiradoras del pulso entre la niña y el toro, que también puede ser desterrado.

Hay además una disputa legal entre su creadora, la escultora de origen uruguayo Kristen Visbal, y la firma State Street Global Advisors, que le encargó la estatua. Visbal quiere que se done a la ciudad de Nueva York y ha abierto una campaña para lograrlo en la web change.org.

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