Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 19 de abril

El ataúd más icónico del cine canario cumple 30 años

Aunque ya suma tres décadas, por el cortometraje Calvario, tocata y fuga de una ataúd no pasan los años. La película, esperpéntica y divertida, trata de las peripecias de una familia canaria humilde para dar sepultura a un difunto.

Viernes, 17 de julio 2020, 02:51

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Quizá su lozanía se deba a la frescura que le insuflaron una tropa de jóvenes sedientos de cine, bien guiados por unos cuantos expertos y técnicos de Televisión Española en Canarias, en una experiencia memorable en la que futuros profesionales tuvieron su primer contacto práctico con el séptimo arte.

La iniciativa partió del Cabildo de Gran Canaria que convocó un concurso de guiones en colaboración con Televisión Española. Los textos premiados se filmarían con el asesoramiento de prestigiosas figuras del cine español. Así, por esta iniciativa pasaron nombres como Pilar Miró, Miguel Picazo, Lola Salvador o Jaime Chávarri. «Este fue el primero de los cortos que se rodó», explica la productora ejecutiva de ‘Calvario...’ y promotora del concurso, Lola Marrero. Los otros trabajos que le siguieron fueron Mi hermano, de Fernando Pérez, La ruleta rusa, de Rosario Domínguez y El sueño, de Ramón Rodríguez. «Fue una experiencia increíble», recuerda Marrero sobre esta iniciativa formativa de bajo coste, donde únicamente cobraban los profesionales.

Sergio Hernández, con 24 años, fue el encargado de romper el hielo. No lo tuvo fácil. De hecho, la película empezó con muy mal pie. «Teníamos un director de fotografía de TVE. Era técnico de iluminación. Dos días antes del rodaje tuvo un accidente de moto y falleció», comenta el que fuera director del aquel corto y que actualmente es un profesional curtido en la dirección de arte.

Tampoco Hernández contó con la ayuda prometida. «Iba a venir de asesor Luis García Berlanga, pero tuvo un cólico nefrítico y no pudo venir», explica Hernández que asumió el reto de buen grado. «La juventud es atrevida. No estaba acojonado. Lo podía hacer mejor o peor, pero lo iba a hacer», explica el debutante, que recuerda con cariño el ambiente del rodaje. «Fue increíble. Eso se pierde en el cine profesional. Todo era nuevo y todo el mundo era muy entusiasta. En aquella época, en Las Palmas estaba arrancando todo. Hubo movida», añade Hernández que se vio envuelto en una curiosa polémica. «La Provincia publicó por error que el Cabildo patrocinaba la película con 400 millones de pesetas, no 4 millones. No rectificaron. Me decían: ¿quién es ese niñato que se cree Spielberg?», comenta risueño el director que jamás cobró por este trabajo. Tampoco lo necesitó. «Sentí que me estaban regalando un parque de atracciones. Me sentí como Luis XIV con su corte y recuerdo tratar bien a todo el mundo». De hecho, rememora la carta de un figurante que quiso agradecerle su buen trato, un gesto que él también respondió por escrito. «Solo tengo palabras de agradecimiento para todos. Hicieron posible algo que no fue solo mío», comenta desde Málaga el director de arte rememorando a Dunia Ayaso, que hizo el vestuario; a Diego Reyes, responsable de la dirección de arte, a la montadora Rosa Salgado– que había trabajado con Berlanga y Chávarri–, a Lourdes Rojas, Luis Roca, David Delgado, Francisco Melo Junior, Benito Anula, Manuel Rojo, Fulgencio Saturno... y muchos otros. «Las películas son películas. Las personas que las hacen –afirma rotundo Hernández– son más importantes».

Una producción complicada.

«Mirada de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos, parece una comedia». Esta frase de Charles Chaplin es aplicable a Calvario, tocata y fuga de un ataúd. El corto, rodado en blanco y negro, nos hace partícipes de un velatorio en la casa de una familia humilde. Es la hora de enterrar al difunto, pero no hay dinero para pagar el traslado del cuerpo. Comienza la aventura.

«Nos las vimos y nos las deseamos», afirma Lola Marrero sobre los problemas que planteó un rodaje que solo fue posible con el apoyo de mucha gente; los de aguas San Roque, Almacenes Cuadrado, Guaguas Municipales... «Fue difícil incluso encontrar una funeraria que nos diera un ataúd», dice.

«Cuando pasábamos la gente se persignaba pensando que era verdad», recuerda Aurora Villalba, que interpretó a la hermana de la viuda, una rubia imponente con rulos en la cabeza. Ese fue el único papel en el cine de esta profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. «Me encantó. Aún me vienen diciendo que me vieron en el corto», cuenta Villalba, que se pasa la cinta calmando a la actriz Dolores Fernández. «Retrata un momento, una zona, a las clases populares y cómo se relacionaban con el rito de la muerte».

Un corto con ángel.

Sergio Hernández solo dirigió Calvario.., un corto que le abrió las puertas del cine en calidad de director de arte y de efectos especiales. Desde entonces ha trabajado con Lauren Bacall, Harvey Keitel, Jude Law o Willem Dafoe. En agosto de 1988 montó el corto en los estudios Exa en Madrid y no regresó a la isla. «Lo montamos y ya me quedé. La película tenía ángel. No pensaba nada sobre el futuro y se me empezaron a abrir puertas», explica. Su primer trabajo fue los efectos especiales de La grieta, reconocidos con un Goya, y ese mismo año se integró en el equipo de La historia interminable II de la mano de Colin Arthur. En su larga filmografía, solo figuran otros dos títulos canarios; la dirección de arte de Fotos (1996) y de La estrategia del pequinés (2018), también de Elio Quiroga. Ha trabajado en España, Alemania, EE UU, Inglaterra y Argentina, donde residió una década. Desea volver a la isla para compartir su conocimiento impartiendo un curso y, de ese modo, devolver lo que la sociedad le dio. «En Canarias tendría que haber más formación en el área audiovisual», dice.

Los mimbres.

Los títulos de crédito de Calvario... son muy largos. Hernández quiso incluir los nombres de todos los integrantes del equipo, incluidos los de la figuración. En la ficha técnica figuran Rosa Salgado, en el montaje; Manuel Rojo, en la fotografía; Antonio Bordón como director de casting, José Manuel López como ayudante de dirección; Dunia Ayaso, en el vestuario; Alfonso Pino, en la mezcla de sonido; técnico de sonido, Benito Anula, Lola Marrero, en la producción ejecutiva, y Diego Reyes, en la dirección de arte. El reparto estuvo encabezado por Dolores Fernández, Aurora Villalba, Miguel Alonso, Rafael Martín y Andrés Galayo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios