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Víctimas de la canariedad fiscal

Víctimas de la canariedad fiscal

«Lo que más me ha dolido es que no figuremos dentro del concepto de canariedad. Que me digan, tú no eres canario y que alguien que se dé de alta fiscalmente en las islas, sí lo sea... hace que me hierva la sangre», apunta el cineasta grancanario Octavio Guerra, uno de los afectados por las bases de la actual convocatoria de subvenciones al desarrollo y producción de obras de autoría canaria 2019, que ha publicado el Gobierno de Canarias.

Jueves, 1 de enero 1970

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El objeto del enfado del autor de En busca del Óscar, considerado por la crítica como uno de los largometrajes documentales independientes más sobresalientes del pasado año, se debe a la Base nº5, apartado Beneficiarios, de dicha convocatoria, que reza así: «En las categorías de producción de largometrajes y series de televisión de ficción, documentales y de producción de cortometrajes se entiende como obra audiovisual de autoría canaria aquella en la que al menos tres de los cinco puestos siguientes estén ocupados por personas que tengan su residencia fiscal en la Comunidad Autónoma de Canarias: producción ejecutiva, dirección, guion, dirección de fotografía y jefatura de montaje».

«Todas las autonomías ponen unos requisitos proteccionistas y cada una hace lo que puede. Pero en este caso es un requisito excluyente. Lo llaman autoría canaria y nos quedamos fuera profesionales canarios. Te puedes hacer residente fiscal en cualquier momento, aunque hayas nacido y residido fuera toda la vida. Es un error gravísimo. ¿Cuántos canarios nos hemos ido fuera a trabajar cuando en las islas no había posibilidades para hacerlo? No solo nos afecta a los cineastas, también a otros profesionales, como montadores, directores de fotografía y otros técnicos que están fuera, por las razones que sea. Nos dicen que no puntuamos y que nos quedamos fuera de la convocatoria», apunta con rabia desde Valencia, ciudad en la que ha fijado su residencia desde hace años.

Ante esta situación, Guerra optó por no presentarse a la convocatoria. «Nos obligan a presentar cosas raras para poder entrar... Podríamos hacerlo en guion y producción con personas que no lo son», argumenta con pesar.

Desde su punto de vista, este requisito «es de perdedores» y propio de «una mentalidad estrecha», asegura sin ambages. «Existen fórmulas para que exista un cierto nivel de proteccionismo, pero buscando una manera para que el que no resida fiscalmente en las islas pueda entrar. Con esta fórmula, la llamada para que se ruede en las islas se ve mermada. En mi caso, sigo manteniendo mi productora en Canarias, pero tampoco puedo entrar en otros proyectos en calidad de guionista u otra cosa», dice con pesar.

Confía en que esta situación se revierta. «Ninguna comunidad Autónoma tiene esta norma de exclusión. Somos la avanzadilla, pero en lo malo. Espero que para el próximo año se cambie y se puntúe al que es natural de las islas. Además, las leyes europeas no permiten la exclusión de ciudadanos de la Unión Europea. Es un problema que se puede solucionar con facilidad, se le advirtió al Gobierno, pero está estancado. No entiendo quién lo ha engendrado. Fue una propuesta que salió del Clúster Audiovisual y enseguida se vieron sus contradicciones y no sabemos por qué se ha quitado que los naturales de las islas podamos puntuar», señala el autor del cortometraje La máquina de los rusos, que estuvo nominado al Goya.

Guerra ha presentado un cortometraje a las ayudas de la Comunidad Valenciana. «Nos han apoyado, a pesar de ser un proyecto de una productora canaria, Calibrando Producciones. Tenemos más cosas en cartera, como un proyecto para otro cortometraje, que transita entre por la no ficción, a nuestra manera, y un tercero que estrenaremos en septiembre. En desarrollo tenemos un largometraje... pero este año no presentamos nada a las ayudas en Canarias», puntualiza.

La directora tinerfeña Nayra Sanz lamenta haber sido «excluida como cineasta» de las subvenciones al desarrollo y producción de obras audiovisuales de autoría canaria 2019.

«Como cineasta no puedo, porque no tengo residencia fiscal en las islas, aunque mi productora, Rinoceronte Films, sí que la tiene. No tiene sentido. Este año tengo que tener la residencia fiscal fuera, por razones personales», apunta la autora de cortometrajes como Sub Terrae.

Reconoce que desde su empresa sí que han presentado un proyecto para estas ayudas, «porque al final, tres de los cinco puestos que se requieren con residencia fiscal en las islas sí que la tienen».

El pasado 24 de abril, desde la Asociación de Cineastas de Canarias Microclima alertaron de esta circunstancia, por carta, a la directora general de Promoción Cultural, Aurora Moreno, y al entonces consejero de Turismo, Cultura y Deportes, Isaac Castellano, de los problemas que esta cláusula de residencia fiscal ha generado en el sector. No recibieron respuesta.

Las bases de la convocatoria de ayudas anuales para la producción local audiovisual del Cabildo de Gran Canaria siguen paralizadas. Este periódico hizo pública esta situación el pasado 23 junio y hasta hoy nada ha variado, por lo que desde el sector audiovisual se da por hecho que este año no se ejecutarán estas ayudas que, según había anunciado el Cabildo, contarían con una partida de 250.000 euros, el doble del año pasado. A comienzos de año, el sector solicitó al Cabildo una serie de retoques en las bases. Esos ajustes se han eternizado y se han llevado por delante la convocatoria.

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