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El filme ha precisado del trabajo de 125 artistas de todo el mundo que han pintado de forma artesanal cada uno de los 65.000 fotogramas de este largometraje animado que, ante todo, constituye un fastuoso homenaje a Vincent van Gogh, uno de los pintores más reconocidos y cotizados de la historia del arte que, sin embargo, solo vendió un cuadro durante toda su vida.
La película, codirigida por Dorota Kobiela y Hugh Welchman, reconstruye los últimos días de vida del famoso pintor holandés.
Un viejo cartero encarga a su hijo, Armand, localizar al hermano del pintor, Theo van Gogh, para hacerle entrega de la última carta que le envió. Pero durante la misión, el joven se verá inmerso en la aventura de discernir en qué circunstancias se produjo la muerte del genio.
La trama de suspense es una mera excusa para brindar un gran espectáculo visual y, de seguro, decepcionará a los conocedores de la figura de Van Gogh que hayan leído las epístolas remitidas a su hermano menor, editadas en España por Alianza Editorial bajo el título Cartas a Theo.
El acierto de Loving Vincent es la fastuosa exhibición plástica que despliega en la pantalla, donde se reproducen los colores, el estilo y los trazos del pintor holandés en un gran homenaje a su incomprendido empeño por pintar. Solo por su plasticidad, merece la pena ver esta singular película con imágenes que se fijarán en su mente, obviando tramas y diálogos.
Título: Loving Vincent.
Duración: 95 minutos.
Dirección: Dorota Kobiela, Hugh Welchman
Reparto. Douglas Booth, Helen McCrory, Saoirse Ronan, Aidan Turner.
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