El ensayo «desinhibido» de Merinero
Los Multicines Monopol de la capital grancanaria estrenan este viernes Capturar, «un ensayo fílmico desinhibido y divertido» de Fernando Merinero (Madrid, 1958). Se inspira en la actriz Magaly Santana, protagonista de Los hijos del viento, que el cineasta rodó, en 1994, en Gran Canaria.
«Digo que es una película viva porque sigue a la creatividad, sin un guion fijo y escrito, tal y como se suele concebir. Parto de una estructura y de una idea y después veo a dónde me lleva. Para que fluya, hay que estar muy atento y receptivo a lo que sucede, a las casualidades de la vida y las colaboradoras con las que se puede contar», explica Fernando Merinero sobre Capturar, el inclasificable largometraje que desde mañana exhiben los Multicines Monopol de la capital grancanaria.
Fernando Merinero se declara fan del «cine aventura», en el que el propio cineasta «no sabe al cien por cien hacia donde va su propia película».
En el caso de Capturar, el punto de partida fue uno y el resultado final otro distinto. «La idea inicial se resume en las primeras escenas de la película. Parto de la idea de reencontrarme con Magaly Santana, la protagonista de mi película Los hijos del viento, que rodamos en Gran Canaria en 1994. Me sentía atraído por la idea de volver a rodar un documental con ella, en la isla. Tuvimos una relación emocional muy tormentosa tras la película, que precipitó todo lo que le sucedió después. Quería contar su azarosa vida tras aquella película», explica el cineasta sobre su noveno largometraje.
Los hijos del viento, rememora el cineasta, se estrenó dentro de la Quincena de Realizadores de Cannes y se exhibió en buena parte de los principales festivales del planeta.
El punto de partida que presenta al espectador al arrancar Capturar, derivó en un híbrido entre ficción y documental, donde conviven personas reales, incluido el propio cineasta, con actrices que dan vida a algunas de sus novias, junto a varias de sus exreales, incluida la propia Magaly Santana, que sigue viviendo en Gran Canaria.
«Desde que aparece Magaly, hay más elaboración. Todo es más libre, lejos de los límites a los que obliga el documental. Poco a poco me fui dando cuenta de la verdadera sustancia del filme. Hasta llegar a crear este ensayo fílmico desinhibido sobre el cine, la realidad y la ficción», desvela.
Capturar se rodó en la propia casa del cineasta, en Madrid, en otro domicilio, y en varias localizaciones exteriores en Cádiz.