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Armando Ravelo, aventura aborigen en familia

Armando Ravelo, aventura aborigen en familia

El cineasta grancanario estrenó este domingo su primera película larga. ‘La tribu de las 7 islas’ es una historia de aventuras y fantasía que reúne a siete aborígenes canarios en la misteriosa isla de San Borondón, donde tendrán que cumplir una misión. Dirigida al público familiar, pretende transmitir la cultura aborigen con una trama dinámica y divertida.

Ibón S. Rosales

Jueves, 16 de julio 2020, 04:39

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Historia y mitología de canarias son la base de la primera película de Armando Ravelo, un joven director grancanario que continúa su proyecto Bentejuí con la intención de trasladar la trayectoria aborigen de Canarias al público y que vio la luz con los cortometrajes Ansite (2013) y Mah (2016). Esta vez traslada su guión teatral La tribu, que tuvo bastante éxito, al formato cinematográfico. Aventura y fantasía al más puro estilo ochentero, La tribu de las 7 islas está pensada para el público familiar. El director pretende acercar «la cultura ancestral canaria desde un punto de vista divertido y dinámico», comenta Ravelo, acompañado de Abián de la Cruz, uno de los actores. Rodada entre agosto de 2016 y enero de 2017, este largometraje de fantasía narra «las aventuras de siete aborígenes, procedentes de cada una de las Islas, reclutados por una misteriosa mujer que les pide ayuda para resolver un asunto cuya trascendencia afecta a la supervivencia de los habitantes de San Borondón, la isla que aparece y desaparece a los ojos de los demás», dice su argumento.

La pieza se filmó íntegramente en Gran Canaria y los parajes condensan, según Ravelo, «la esencia de las siete islas con rincones representativos. Una de las cosas que va a sorprender son esas localizaciones, que nos llevan a un rincón mágico; San Borondón, muy canario, diverso y rico», destaca. «San Borondón no es más que una excusa para que siete aborígenes de las siete islas aparezcan allí. Es donde viven las criaturas fantásticas, mitológicas y mágicas como Aranfaybo, el cochino canario en el que creían los herreños, que daba lluvias; Guayota, que era un demonio que vivía dentro del Teide o los tibicenas, perros malignos de pelaje negro», detalla Ravelo.

«Las siete islas, con su diversidad y su riqueza, son un solo pueblo, ese es un poco el mensaje», añade el director. «Lo que pretendíamos era llegar a las familias, que lo puedan ver los niños y niñas con sus padres y pasarlo bien juntos», dice el director, que defiende a ultranza la posibilidad de crear una verdadera industria cinematográfica en Canarias más allá de potenciar y desarrollar la rebaja fiscal existente.

«Creo que hay mucho talento. Hay una crónica que dice ‘al indígena canario a poco que se le entrene es el más hábil en lo que hace’», cita el director. «Creo que eso sigue siendo así; por eso nos valoran mucho fuera. Somos trabajadores, creativos, tenemos una mentalidad muy abierta para crear, pero si tú no riegas una planta no crece. Nosotros necesitamos que nos rieguen, que nos cuiden y nos protejan, que nos apoyemos», considera Armando Ravelo, que se siente orgulloso y feliz de poder trabajar en su tierra y producir temática canaria. «¿Por qué Kurosawa puede hacer películas de samurais, Jonh Ford de vaqueros y yo no puedo hacerlo de los guanches?», ironiza Ravelo, dejando claro que no quiere compararse con los directores señalados sino poner en valor la cultura aborigen canaria, «que no se conoce» y que merece ser contada en la gran pantalla.

El casting para esta película no fue abierto sino que Ravelo eligió a los actores canarios con los que ya había trabajado en sus anteriores cortometrajes. «He hecho una apuesta decidida y clara por el talento local, por canarios que residen en Canarias y ejercen su trabajo aquí. Tenemos la idea de que aquí se puede levantar una industria cultural y económica cinematográfica», expone.

La repercusión y buena crítica de los cortometrajes Ansite y Mah, visualizados por una media de 30.000 espectadores según su director y que han ganado varios premios en festivales de Agadir, París y Houston, animaron al director a seguir en esta tónica de difundir la cultura ancestral del Archipiélago. «Las críticas han sido buenas y ese ha sido uno de los factores que nos ha animado a seguir haciendo cine en Canarias y de temática de Canarias».

Al profesional autodidacta Armando Ravelo le apasiona escribir. «El teatro le gusta especialmente a los actores porque viven la adrenalina del directo pero a mi, como creador, me parece fascinante la idea de meter un mensaje en una botella, lanzarlo al océano del tiempo y saber que cuando yo muera la película seguirá», argumenta. En su dossier sobre La tribu de las 7 islas destacan la banda sonora, creada por Navid Hejazi, un compositor que trabaja en Los Ángeles, la producción a manos de Sonovisión y personificada en Rafael Morán y el maquillaje, a las órdenes de Mariló Martín. «Plasmar personajes mitológicos del imaginario colectivo de los antiguos canarios ha supuesto un interesante reto que se ha cumplido con creces en base a una caracterización realizada con la utilización de técnicas modernas usadas en la industria cinematográfica de alto nivel».

El reparto de actores lo encabezan Himar Vega, Sigrid Ojel, Abián de la Cruz, Cristo Quintana, Lili Quintana, Sulay Curbelo, Paula Garó y Jennifer Lima. De la Cruz, que acompañó a Ravelo en su entrevista con la Revista Canaria C7, se mostró agradecido de su suerte por trabajar como actor en su propia tierra e invitó al público a los cines de las islas: «Ante todo es una película muy divertida que te hace pasar un rato agradable y de paso aprendes, que nunca está de más». Los proyectos para 2018 de Ravelo continúan en la tónica de la historia del Archipiélago y se centrarán en la etapa posterior a la conquista de Canarias. «Ya está escrito», manifiesta Ravelo, que espera comenzar a rodar en los próximos meses.

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