Adrián Silvestre: «El cine debe ser controvertido»

«Los objetos amorosos es una película de ficción en la que empleo elementos del documental y combino actores profesionales con otros que no lo son: personas reales que cuentan su vida y hacen de sí mismas en la pantalla», explica el realizador sobre una película que, a su vez, es una declaración de intenciones respecto a su forma de trabajar. «Hemos creado un grupo que va enriqueciendo el guión incorporándole experiencias reales y otras que se han ficcionalizado. El proceso es muy participativo. Las mujeres reales ayudaron a las actrices a darle más vida a sus personajes, a hacerlos de carne y hueso», comenta Silvestre sobre la naturaleza colectiva de este trabajo.

La historia se centra en Luz, una madre soltera que viaja a Roma a trabajar como limpiadora de hotel. Allí conoce a una mujer de la que, insospechadamente, se enamora. «Nos fuerzan a amar, a proyectarnos en el otro, pero ese condicionante nos impide amar de verdad», subraya el cineasta que en este relato plantea «hasta qué punto se puede amar libremente en un contexto de precariedad». «Nos enamoramos de una persona tal y como deseamos que sea, de un objeto amoroso, pero cuando ese sujeto se manifiesta tal y como es se plantean los roces», abunda el realizador sobre una obra que genera sentimientos encontrados en el público. «El cine debe ser controvertido, debe sacarnos de los lugares amables», comenta Silvestre.