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Un halo de esperanza en el infierno

Un halo de esperanza en el infierno

Hasta en uno de los peores lugares imaginables puede haber esperanza. En el siglo XXI, los campos de refugiados se han convertido en una antesala del infierno y allí las artes pueden convertirse en una salida sanadora para el espíritu. Sobre esta idea se sustenta el espectáculo teatral Auto de los inocentes, que firman Pedro Víllora y José Carlos Plaza, que se representa en el teatro Cuyás de la capital grancanaria los días 26 y 27 de abril, a partir de las 20.30 horas.

Miércoles, 15 de julio 2020, 03:55

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«La obra refleja la esperanza creativa de los seres humanos, a través del teatro dentro del teatro. Sirve como una vía de escape para esas personas que están en un campo de refugiados», explica por teléfono José Carlos Plaza, que coescribe el texto y asume en solitario la dirección.

Auto de los inocentes es un montaje original que incluye varias piezas clásicas. «El Auto de los Reyes Magos es la primera obra de teatro en castellano de la que se tiene constancia. Víllora y yo teníamos mucho interés en hacerla dentro de un montaje dramático, ya que se trata de una pieza de diez minutos de duración. El Auto se escribió en el medievo, entre los siglos XIII y XIV. Europa estaba asolada por la peste, la hambruna y la iglesia buscó dar una esperanza e ilusión con esa historia de unos reyes cargados de regalos, antes de la matanza de los inocentes. Nosotros hemos apostado por un campo de refugiados, uno de los lugares donde menos esperanza se puede encontrar a día de hoy», explica José Carlos Plaza desde Madrid.

La acción se desarrolla en un enclave para inmigrantes prototipo del Sur de Europa. «A este campo llega una familia de clase medio-alta, que viene de Irán, escapando de la guerra. Se encuentra con una persona que les cuenta cómo es el mundo español, a través del romance del prisionero», explica sobre una pieza que incluye tres piezas del romancero viejo y un fragmento del Auto de la vida es sueño, de Calderón de la Barca, entre otros.

Estos inmigrantes, reconoce el director del montaje, rompen con un tópico. «En los campos de refugiados se tiene la idea de que todos son pobres. Todos son gente que viene en busca de un mundo mejor. En nuestra obra, hemos apostado por dar protagonismo a un profesor universitario que llega con su familia», apunta.

Subraya José Carlos Plaza que hay que ser muy mezquino para rechazar y verter falsedades sobre estas personas que llegan a España para subsistir. «Cada vez es peor. La gente se encrespa, cuando esas personas, en muchos casos, salvan nuestra economía. Resulta increíble que se esté extendiendo la xenofobia en un país como España, que siempre ha sido un país de emigrantes. Los que vienen no son malos. Llega gente buena, útil, mano de obra que asume labores fundamentales para nuestro día a día», dice con rotundidad.

Auto de los inocentes reflexiona sobre este tipo de cuestiones incluyendo en su desarrollo clásicos que, explica Plaza, parecen escritos hoy mismos. «Tienen una enorme fuerza, incluso tocan cuestiones tan contemporáneas como el cambio climático. Son joyas que superan el paso del tiempo», resume.

Trabajar con este material de base ha sido arduo. «Hemos contado con una joven compañía con unos integrantes muy comprometidos. Han tenido que aprender acentos, algo que no resultaba sencillo, sobre todo para los más jóvenes. También teníamos actores más veteranos, como Fernando Sansegundo o Pepa Gracia. Para los jóvenes fue un reto aprender a hacer verso. Además, el Auto de los Reyes Magos tiene una métrica endiablada. Han conseguido hacerlo contemporáneo una vez asumida su métrica, en parte con una estética rap», comenta José Carlos Plaza, que trabaja en la actualidad en un nuevo montaje de Divinas palabras, de Valle Inclán.

«En España, ha resurgido una enorme capacidad creativa. El teatro vive un gran momento», asegura este veterano de la escena nacional.

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