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«Samuel sale del niño solitario que fui»

«Samuel sale del niño solitario que fui»

Carmelo Gómez (Sahagún, León, 1962) tiró de su propia experiencia como «niño solitario y con problemas para relacionarse con los demás» para dar vida a Samuel, el personaje que protagoniza en Todas las noches de un día, cuyo estreno absoluto acoge el teatro Cuyás de la capital grancanaria, los días 23 y 24 de marzo.

Jueves, 16 de julio 2020, 20:01

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«Samuel es un jardinero que tiene una vida solitaria e independiente. Es un tipo rural... de campo. Tiene una existencia solitaria, centrada en la reflexión. Es bastante inteligente y mantiene una relación muy potente con la naturaleza. Es lo que le da su razón de ser. Acaba trabajando en un invernadero de cristal de una familia pudiente. Ahí conoce a Silvia. Establece con ella una relación parecida a la que tiene con las plantas. Es la única mujer de su vida. Se queda absolutamente fascinado, no solo por la belleza física», avanza el actor leonés Carmelo Gómez sobre su personaje en Todas las noches de un día, la pieza escrita por Alberto Conejero que, bajo la dirección de Luis Luque, tendrá su estreno absoluto los próximos días 23 y 24 de marzo, viernes y sábado, a partir de las 20.30 horas, en el teatro Cuyás de la capital grancanaria.

«He tirado de mi propia experiencia», asegura por teléfono, desde Madrid, cuando se le cuestiona sobre la perspectiva desde la que ha abordado este personaje. «Samuel es de campo, como yo. Tiene cosas que tenemos todos. Yo he sido un niño solitario y con problemas de relación con los demás niños, porque no jugaba a lo mismo que los demás. He jugado mucho en soledad, con gente alrededor, y como todos los que han hecho esto, le ponía voces a mis amigos imaginarios. En aquel entorno rural, el acoso no estaba tipificado, pero existía, porque el propio sistema crea que se rechace al que es diferente. De aquello he sacado la sustancia», revela.

Junto a Samuel figura en esta obra Silvia, a la que encarna la actriz Ana Torrent. «Su personaje también tiene una pedrada [risas al otro lado del teléfono], pero de otra manera. Viene de su pasado y de cosas que le sucedieron, por lo que trabaja el personaje de otra forma», asegura.

Carmelo Gómez y Ana Torrent coincidieron antes durante el rodaje de Vacas, película que dirigió Julio Medem en 1992. «Ella era la mujer del eskolari cobarde. No compartimos escenas, solo miradas. Nos conocíamos de entonces. Hasta ahora, ella no había hecho mucho teatro, por lo que hemos hablado mucho en términos de cine, sobre cómo fijar el eje de la mirada, porque es importante saber a quién diriges el discurso en todo momento», explica sobre unos ensayos que desde el lunes estrenarán la escenografía prevista en el teatro Cuyás.

La pasada semana, Alberto Conejero reconocía en las páginas de este periódico que su obra está marcada por «la poética». Carmelo Gómez comparte esta visión del prestigioso dramaturgo. «Sin duda, se trata de un universo poético. Es una obra para dejarse imbuir... creo que hay prevista incluso una máquina de olores. El jardín, el invernadero de cristal, es un lugar de reflexión, un estado emocional con el retorno. Creo que fue Rousseau el que dijo que no es válido un filósofo que no contraste sus ideas con la naturaleza. Esa relación con la naturaleza es el entorno poético del que habla Alberto Conejero. No se trata de una historia urbana. El espectador tiene que sentarse y entrar en eso, es algo sobredimensionado. Si se entiende, la poesía baja a la tierra», apunta el intérprete.

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