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«Invoco a María Guerrero para que no se moleste con mi Alceste»

«Invoco a María Guerrero para que no se moleste con mi Alceste»

El universo literario de Benito Pérez Galdós es tan extenso como rico y variado. Dos de las múltiples creaciones del escritor grancanario más universal, Tristana y Alceste han catapultado este año la carrera escénica de María de Vigo, actriz gallega que lleva años afincada en Gran Canaria.

Martes, 21 de julio 2020, 21:26

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Tras duplicarse en octubre sobre el escenario del teatro Pérez Galdós, en la piel de una divertida peluquera y una fotógrafa francesa para Ana, también a nosotros nos llevará el olvido, pieza de la dramaturga grancanaria Inma Correa inspirada en Tristana, esta polifacética actriz da vida los próximos días 21 y 22, a partir de las 20.30 horas, sobre el escenario del teatro Cuyás a Alceste, a la reina consorte de Tesalia que está dispuesta a dar la vida por su marido, el rey Admeto, en la pieza teatral escrita por Benito Pérez Galdós hace más de un siglo y que el olvido parecía haber sepultado para siempre.

Alceste se ha representado en una sola ocasión, en Madrid, en 1914, en un estreno firmado por la compañía de la legendaria actriz y productora María Guerrero, que a su vez dio vida sobre el escenario al personaje que da título a la obra.

«Siempre se nombra que María Guerrero ha sido la única actriz que, hace 104 años, encarnó a este personaje. Por eso la invoco para que no se moleste con mi Alceste. Para mí es un reto que implica una gran responsabilidad, no solo por lo que significa que se recupere esta obra, sino porque siempre me han encantado las obras clásicas y en verso, estilo que Benito Pérez Galdós lleva a su terreno con esta obra», explica la actriz.

María de Vigo encabeza el reparto de este montaje junto a Mingo Ruano, que da vida a Admeto. Les acompañan los intérpretes también isleños Mari Carmen Sánchez, Nati Vera, José Luis de Madariaga, Lamberto Guerra, Pepe Batista, Kevin Sánchez y José Manuel Trujillo.

«Soy gallega y trabajo aquí de toda la vida. Te puedo decir que el nivel escénico e interpretativo en las islas es enorme. No somos mejor que nadie de la península, pero tampoco somos inferiores. Estamos a la par, aquí hay mucho talento y unos grandes profesionales», aclara.

Alceste significa su puesta de largo como protagonista junto a Mingo Ruano. «Es curioso lo nuestro. Hicimos juntos la carrera, hace 21 años, en la Escuela de Actores de Canarias. Somos súper amigos, pero apenas hemos trabajado juntos. Ni siquiera en los montajes que se hacían mientras estudiábamos, coincidimos. Queríamos hacerlo y por fin ha llegado el momento con Alceste. Solo te puedo decir que es un compañerazo, como actor, a estas alturas, todo el mundo ya sabe de lo que es capaz. Para mí, poder mirarle a los ojos sobre el escenario es un regalazo. Creo que hacemos un tándem estupendo», asegura.

María de Vigo pone en valor el hecho de que este montaje haya visto la luz dentro de las iniciativas programadas con el bienio galdosiano. Sin ir más lejos, esta apuesta ganó una convocatoria pública puesta en marcha por el Cuyás, que el próximo fin de semana acoge su estreno.

«Es un acierto que se haya apostado por una obra con una producción tan grande. Somos conscientes de que no se trata de un montaje fácil, desde un punto de vista de rentabilidad económica. Somos diez actores sobre el escenario y otros siete o diez técnicos para que todo funcione», reconoce.

Estas dimensiones, comenta, son un inconveniente para que este Alceste gire por las islas o salte al mercado nacional, que es uno de los objetivos que se ha trazado el equipo. «La insularidad nos condiciona, pero creo que es un montaje que es carne de festivales como Almagro o Mérida, incluso el Centro Dramático Nacional (CDN). Ojalá que sea posible, porque creo, sinceramente, que la obra no tiene nada que envidiar a otros montajes que realizan giras por todo el país», asegura.

Cuando se le cuestiona sobre la forma en la que acomete un personaje como Alceste, que va al límite desde el arranque de la obra, María de Vigo nos remite a las instrucciones recibidas por el actor y director grancanario Víctor Formoso, que lleva las riendas de la obra.

«La medida justa, el equilibrio, es el que nos pone Víctor [Formoso] en cada ensayo. Estamos hablando de una tragedia griega, inspirada en Alcestis de Eurípides. Todo viene del alma, de la raíz... así nos lo ha planteado Víctor. Sus pautas han sido situarlo todo en el aquí y ahora. Hay una forma de decir clásica, por supuesto, pero nosotros le damos normalidad, nos alejamos de lo pomposo y lo recargado. Abordamos la obra desde una óptica muy naturalista, con una fórmula muy orgánica, desde las entrañas. Apostamos por ser directos y dinámicos, para no distanciar al público que pueda tener algún temor ante un texto supuestamente clásico», avanza.

De Vigo destaca el hecho de que el director de Siempre Alice también sea actor. «Se nota, es compañero y amigo, sabe las debilidades y los aciertos de cada uno de nosotros. Se agarra mucho a eso. Tiene mucho temple. Te puedo asegurar que durante los ensayos no ha existido ni media tensión, cuando es habitual que sucedan cosas. Está siempre muy abierto a todas las opciones que le planteamos a nivel de la acción. En mi caso, me ha pedido un personaje más sosegado y tranquilo, por lo que me dice que me quede más quietita de lo que suelo estar», reconoce entre risas esta actriz que hasta que le plantearon no sabía de la existencia de esta obra galdosiana.

De su personaje destaca el hecho de que sea capaz de dar su vida por Admeto, que ha sido condenado a morir por los dioses para pagar un error del pasado. «Ella lo tiene claro, no tiene opción a su salvación. Por encima de todo está la responsabilidad política. Ella no se ve capacitada para asegurar el bien común que impera en Tesalia gracias a Admeto. Reconoce que se ha ganado en educación, sanidad y en otros aspectos que ella teme que se pierdan sin Admeto y fruto de su incapacidad para gobernar. Es una reflexión muy contemporánea», confiesa la actriz que encara las últimas semanas de «un año muy bonito desde un punto de vista profesional».

«Espero que tanto para todos los compañeros de profesión signifique el comienzo del despegue tras la crisis», lanza.

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