guía sensorial por el desamor
Estado de sitio, la apuesta por las artes escénicas del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), se despide por este año el sábado, día 19, con el montaje Overcoming: el arte de morir viviendo, un «paseo sensorial y participativo por el desamor», dirigido y creado por el grancanario David Martel.
El director de escena grancanario David Martel, que reside desde hace años en Valladolid, reconoce que este montaje cuenta con ciertas dosis de «catarsis personal» y de «experimento» con el espectador.
Overcoming: el arte de morir viviendo se desarrolla el próximo sábado, a partir de las 20.00 horas, en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM). «Busco introducir al público, mediante los sentidos y las emociones, en el desamor. El viaje arranca cuando se produce la ruptura y se desarrolla por los distintos estados por los que pasan todos los que lo sufren, cada uno a su manera y con una duración diferente, hasta que logran superarlo», advierte Martel.
Esta fusión entre instalación, performances y pieza de microteatro se desarrolla en ocho etapas que incluyen «algunas sorpresas», por lo que su responsable no quiere dar más detalles.
«Me gusta experimentar con esta instalación que va más allá de la dominación del ojo. Busco a un espectador que no sea pasivo, que acepte las premisas que le proponemos y que participe. Se trata de un teatro de los sentidos y los objetos. No solo la vista es la que manda en esta ocasión, también tienen su importancia el tacto, el oído, el olfato, la interacción con los objetos», apunta el director escénico que ejerce como maestro de ceremonias y narrador en Overcoming: el arte de morir viviendo.
El desamor entraña dolor y tristeza, pero David Martel no apuesta por un montaje que profundice en las heridas. «El montaje no es dañino para el espectador. Busco que lo entienda desde un punto de vista artístico y que el dolor sea una parte más del conjunto. Siempre predomina un aliento positivo. No hay que olvidar que el desamor es algo innato del ser humano. Se suele decir que es una fase por la que hay que pasar, porque si no, es que nunca se ha sentido amor por alguien», comenta.
La representación del sábado supone un test importante para este creador. «Concebí la obra recordando cómo es el CAAM. Al ser una instalación indivisible en ocho etapas, en un principio pensé a lo grande, en todo el edificio. Como no podemos solapar la exposición actual, se desarrolla finalmente en la sala polivalente y me he adaptado a ésta. Ahora toca ver qué conclusiones saco para ver si, en un futuro, hasta se puede rehacer en el mismo CAAM. Mi intención, según los resultados que logremos, es representar esta experiencia en otros espacios artísticos de la península», confiesa.
Este montaje sigue la línea creativa por la que apuesta este joven director de escena isleño. «Me atrae la mezcla de distintos lenguajes. En Nabucco utilicé las nuevas tecnologías, que considero ideales para atrapar a nuevos públicos», explica sobre el montaje de la ópera de Verdi que estrenó el 30 de septiembre de 2016 en el teatro Cervantes de Málaga y que en noviembre llega a Madrid.
