Borrar
Antonio Márquez: «La danza española se ha ido perdiendo»

Antonio Márquez: «La danza española se ha ido perdiendo»

La vehemencia con la que Antonio Márquez (Sevilla, 1963) habla de la danza española delata su pasión. No en vano, lleva casi 37 años paseando por los escenarios del mundo este género netamente ibérico y quizás por ello bastante denostado.

Jueves, 16 de julio 2020, 18:35

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Hubo un momento en el que lo que más se contrataba y a lo que más importancia se le daba era a los espectáculos de danza española. Había muchas compañías de diferentes formatos. Pero aquello ha ido menguando. Se ha ido perdiendo y hemos llegado a un punto en el que, si el Ministerio de Cultura no hace algo –no solo poner titulares bonitos– vamos a tener problemas para mantener la danza española», comenta el laureado bailarín y coreógrafo que se queja del «poco interés y el desconocimiento» que hay acerca de este género.

«La danza clásica española nos ha abierto puertas en todo el mundo y nos ha llevado por todas partes. Mucha gente lo sabe, pero los jóvenes, no. No saben de la importancia de estas personas que se pasearon por el mundo descubriéndoles los distintos estilos de baile de nuestras regiones», explica el artista que visitará Gran Canaria para presentar su último espectáculo los días 23 y 24 de mayo en el teatro Pérez Galdós.

Según Márquez, la denominación «danza española» suena «a añejo, a mohoso» y por eso se le cambia el nombre a un patrimonio y una tradición equiparables a la de la escuela de danza rusa o inglesa.

Otra de las razones de este desconocimiento y desprecio por esta tradición es que cada vez ocupa menos espacio en los escaparates mediáticos. «La danza española ha desparecido de la gran pantalla y de la televisión».

Además, las nuevas generaciones formadas en este estilo de danza tienen problemas para convertirla en el centro de su trayectoria profesional. «No hay compañías. Los bailarines que salen con gran preparación no tienen dónde seguir desarrollando lo que han aprendido. Salen con una preparación maravillosa en baile con zapatilla, alpargatas, en folclore, danzada estilizada, flamenco... y no pueden ejercer. Es ahí donde empieza el problema para estos jóvenes. Tienen que buscar una salida para lo que han estado haciendo y cada uno tira por un estilo, monta un grupo y va subsistiendo», comenta el artista cuya compañía ya tiene 25 años de vida. «Es muy complicado mantener una compañía privada de gran formato. Hoy en día es algo impensable», confiesa Márquez que lamenta que los cachés sean los mismos para un ballet de 8 intérpretes que para otro de 15. «Por eso, la gente no encuentra la danza española que había visto. Está todo muy desorganizado y, aparte del repertorio, hay que llegar al corazón de los espectadores», asegura el coreógrafo.

Por eso, el 23 de mayo, cuando se ponga en escena El sombrero de tres picos, de Falla, y El bolero, de Ravel, «lo que va a ver el público será la misma energía, fuerza y pasión» sobre el escenario con la que lucha «en la defensa constante de la danza española».

La primera pieza, explica, «es una obra maestra de nuestra danza española que reúne todos los requisitos de la danza clásica española: el folclore, el flamenco, la estilizada con castañuelas, la sutileza del bailarín y la interpretación». Además, en su caso, es una pieza que ha marcado su trayectoria desde que empezó a bailar con 9 años. «Es una versión inspirada en Antonio El bailarín y, a su vez, en el ballet ruso y la coreografía de Leonidas Massine. La diferencia la marca la evolución desde que Sergei Diaghilev la encargó hace cien años, pasando por el trabajo de Antonio Ruiz Soler, a la visión de un bailarín de esta época», explica acerca de una pieza que interpretó en el Ballet Nacional de España bajo las órdenes del propio Antonio El bailarín. En la función, a esta obra, se sumará la coreografía de El bolero de Ravel creada por el propio Márquez junto a Currillo.

Sin referentes.

Para Antonio Márquez, el Ballet Nacional de España fue su principal escuela. Llegó a ella dos años después de su fundación y fue su primer bailarín. «Se fundó con la idea de mantener y preservar nuestra danza y representarla por todo el mundo. Estaban Antonio Gades, Antonio Ruiz Soler, Pilar López, Rafael Aguilar... Había grandes y pequeñas compañías que paseaban la danza española por todas las salas de fiesta y teatros», recuerda Márquez, que confiesa haberse enamorado de la forma de bailar de sus compañeros del Ballet Nacional.

Sin embargo, lamenta que el actual Ballet Nacional de España se haya «olvidado de los maestros y referentes. Sin saber de dónde venimos, no hay evolución posible. No podemos pretender borrar todo lo que nos ha llevado a ser lo que somos y hacer ver al público que solo sirve la vanguardia», lamenta Márquez que dice que la compañía estatal ha cerrado sus puertas a grandes artistas, desde músicos a escenógrafos, «por no comulgar con la idea del director».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios