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Los últimos vestigios fabriles

Los últimos vestigios fabriles

Máquinas feas, inútiles, obsoletas y espacios ruinosos conforman un legado que, sin embargo, es esencial para conocer la evolución histórica, social y económica del Archipiélago.

Jueves, 1 de enero 1970

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La Regenta invita, a partir de hoy y hasta el 6 de abril, a conocer este patrimonio industrial, resultado de la actividad manufacturera, a través de una muestra que reúne 58 máquinas, herramientas y objetos, procedentes de instituciones, empresas y particulares, que conservan «la huella del sudor y del sacrificio de zapateros, de herreros, canteros, carpinteros» y de quienes trabajaron el lino, el empaquetado o el tabaco, explicó la comisaria de la exhibición Amada Florido Castro, quien lleva diez años inventariando el patrimonio industrial del archipiélago.

La experta señaló que ya se ha acometido la catalogación de los bienes industriales de Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife, a excepción de cuatro municipios, y que, en total, se han inventariado unos 2.000 bienes muebles e inmuebles. «El objetivo de esta exposición es visibilizar algunos de estos elementos», señaló Florido acerca de esta exhibición que ha requerido de grúas y maquinaria pesada para mover las 7 toneladas de artefactos.

Además de las primeras centralitas telefónicas que se usaron por primera vez en Santa Cruz de La Palma, la muestra exhibe trilladoras, viejas mesas de empaquetado, guillotinas de papel usadas en las fábricas tabaqueras o artefactos empleados en los pozos de agua, como el winche: un aparato que servía para subir y bajar el cacharrón.

Junto a estas máquinas, la exposición recoge imágenes de antiguas factorías a través de un vídeo y algunas fotografías; así podemos conocer el Electrón de La Palma, una central eléctrica que iluminó por primera vez la plaza de la Alameda en la Nochevieja de 1893 convirtiendo a Santa Cruz de La Palma en la primera ciudad canaria que contó con suministro eléctrico; o el impresionante elevador de aguas de La Gordejuela, en el municipio tinerfeño de Los Realejos; las ruinas de la conservera de Alajeró, la azucarera de Telde o las salinas de Janubio, en Lanzarote.

La muestra se completa con dos piezas artísticas, alusivas a esta temática, creadas por Luna Bengoechea y el colectivo Pared Libre, integrado por Esther Azpeitia y Mercedes Gómez.

Con esta exposición se reivindica la importancia de este tipo de bienes coincidiendo con la previsible aprobación, el 7 de marzo, de una nueva ley de patrimonio industrial, según anunció el director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo. Esta norma, señaló, «nos permitirá intervenir en el patrimonio industrial y evitar que se siga perdiendo. Un ejemplo es la noria de Jinámar, que ha sobrevivido con no pocos problemas».

Por su lado, tanto el director general como Florido reivindicaron la necesidad de contar con un espacio museístico donde los propietarios puedan depositar los bienes muebles. «El problema de este patrimonio es que es muy frágil, deteriorado, infravalorado, obsoleto, feo y ferrugiento, por eso, cuando esta maquinaria queda obsoleta se llama al chatarrero de turno y desaparece. Muchas veces he llegado tarde. Cuando hice el inventario, alguna vez me dijeron: hace diez meses tenía una empacadora maravillosa de mi abuelo, pero como nos estorbaba, la tiramos», comenta la comisaria.

En cuanto al patrimonio inmueble, Florido dice que muchas factorías han desaparecido y otras se han convertido en restaurantes o tiendas de todo un euro.

Datos para la visita

La exposición Fábrica de recuerdos se inaugura hoy en La Regenta a las 20.30 horas y se podrá ver hasta el 6 de abril. El 22 de febrero será la inauguración infantil y la comisaria girará una visita guiada el 6 de marzo. La muestra ha costado 101.000 euros.

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