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Juan Castillo reflexiona sobre la identidad

Juan Castillo reflexiona sobre la identidad

Sin palabras, mediante «unos 40 dibujos, tres vídeos y una veintena de piedras» recolectadas en el propio municipio, el artista chileno Juan Castillo (Antofagasta, 1952) dice que reflexiona «sobre la identidad» en la exposición que, hasta el próximo 22 de febrero, se puede visitar en la Sala de Arte de Agüimes.

Jueves, 1 de enero 1970

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Este veterano creador, que desde hace años reside en Suecia, reconoce que uno de los aspectos más significativos de este proyecto, titulado De la circulación de las imágenes, fue el recorrido que realizó por esta localidad del sureste de grancanaria, en la que recogió una serie de piedras que figuran en la instalación de esta muestra.

«Se trata de un trabajo que he realizado expresamente para esta sala. Las piedras tomadas de Agüimes reflejan la idea de la exposición. Partí de la palabra, aunque la muestra no la incluye. Los vídeos reflexionan sobre eso, donde aparezco quemando un texto en el desierto de Atacama y otro con dos personas que hablan en sueños», apunta este artista, que pasó en 2013 por el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de la capital grancanaria para la exposición titulada Cada día es +: Juan Castillo/Lotty Rosenfeld, que comisarió el isleño Francis Naranjo.

Subraya que los 40 dibujos y el resto de piezas reflexionan «sobre la identidad humana». «Entiendo la obra de arte como una interrogación. A veces, encuentro unos significantes, pero en otras ocasiones, encuentro otros. Depende de la época», dice.

Por ello, este artista, que formó parte desde finales de los setenta hasta comienzos de los años ochenta del Colectivo de Acciones de Arte CADA, junto a Lotty Rosenfeld, Diamela Eltit, Raúl Zurita y Fernando Balcells, confía en que los visitantes de la Sala de Arte de Agüimes saquen sus propias conclusiones.

«Espero que cada visitante salga con una idea diferente a la del resto. Yo solo le sugiero cosas. Incluso, espero que si alguien ve la exposición por segunda vez, se vaya con unas ideas distintas a las de la primera vez», asegura Castillo.

Los dibujos están realizados «con té y tinta china sobre papel, así como sobre yeso», aclara. «Aparecen un buen número de rostros porque tomo la idea de la muerte y del esqueleto humano como parte del proceso. Lo único que sabemos es que llegará el momento en el que moriremos. El entremedio es muy corto. Con estas creaciones reflexiono también sobre la idea de la vida y la patria», apunta.

De la circulación de las imágenes llega a la Sala de Arte de Agüimes gracias a la intermediación del artista chileno Nelson Salazar, que durante años se estableció en esta localidad y que ahora también vive en Suecia.

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