'In Sand geschrieben' (Escrito en la arena)
Algunos apuntes a propósito de la exposición Retro – Retrorreflexión, de la artista Hildegard Hahn en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de Las Palmas de Gran Canaria.
José Hernández Afonso
Viernes, 10 de noviembre 2023, 23:12
En ocasiones como esta en las que buscamos –y además queremos– encontrar el lugar donde habitan las respuestas a las preguntas que en su obra ... nos plantea Hildegard Hahn, nos damos cuenta enseguida de que un lugar así no existe. Su obra no es un manual de sentencias certeras donde podamos contrastar nuestra idea de humanidad, arte o naturaleza. La artista se comunica a través del arte visual con ciertos enigmas que, para resolverlos, nos obliga a deambular pacientemente por los múltiples senderos que nos presenta. Una de las virtudes de la abstracción es la capacidad de mostrar a través de múltiples sugerencias cosas que, en apariencia, no se ven en la obra abstracta. Y es así como empezaremos a ver y sentir la obra de Hildegard Hahn.
Gustav Mahler interpreta musicalmente el paisaje en 'Das Lied von der Erde' ('La Canción de la Tierra'). Mahler es consciente de que su «música no es más que un rumor de la naturaleza». Friedrich Hölderling escribió que «las olas del corazón no estallarían en tan bellas espumas, ni se convertirían en espíritu, si no chocaran con el destino, esa vieja roca muda». La canadiense Agnes Martin (1912 – 2004) se consideraba a sí misma una artista expresionista abstracta de influencia taoísta. Es en su estilo metódico, y sereno en apariencia, donde encontramos cierta complicidad con la obra de Hildegard Hahn. Joseph Beuys (1921-1986), perteneciente al grupo Fluxus, reflexiona profundamente sobre el lugar del ser humano en la naturaleza y lo expresa con crudeza en todas sus acciones y manifestaciones artísticas. También lo hace nuestra artista, para quien Beuys es un referente claro, según creo. El ruso Kazimir Malévich (1879- 1935), al igual que Hildegard Hahn, intenta representar lo más objetivamente posible la anhelada armonía con la naturaleza. Lejos de actuar a la ligera, nuestra artista elige y analiza sus propuestas con un lenguaje comprensible y claro, no exento de rigor y de referencias a su vasta formación cultural. Así surge la magia de la comunicación, pues despierta nuestro interés por el arte y nos enseña a saber ver. La exposición 'Retro–Retrorreflexión' me recuerda aquella sentencia de Paul Valery: «Es preciso ser ligero como el pájaro y no como la pluma», que parece definir la personalidad de la artista. Primero fue la pintura mural el medio para dejar constancia de lo cotidiano. Así, mediante signos, figuras y manchas, empezamos a interpretar nuestro entorno. Luego vendría la escritura y desde entonces vivimos entre letras. Decía Borges en 'El Aleph' que desde muy niño solía maravillarse «de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de una noche». Hildegard Hahn nos hace un guiño a la historia de la comunicación escrita en su obra 'Entre Brayle y Dígitos', tal vez pensando en Voltaire cuando afirma que «la escritura es la pintura de la voz». François Cheng, en su libro 'La Escritura Poética China', se pregunta si cabe, acaso, tildar de reto insensato mantener la escritura china tal como la conocemos. Y añade: «Vale decir que los chinos, con su escritura, aceptaron una apuesta ante la que no se echaron atrás, una apuesta singular con la cual, sobre todo los poetas salieron favorecidos». Recordemos que los tres pilares fundamentales del arte chino tradicional son la caligrafía, la poesía y la pintura. Hildegard Hahn actúa como una poeta china, pero ella combina signos, marcas y caracteres de diferentes lenguas con los que elabora versos de múltiples lecturas. En 'La Torre de Babel' se nos hace una llamada de atención sobre las dificultades de la comunicación humana en cualquiera de sus formas. Nos ofrece una lectura parecida a la que el artista chino Xú Bīng propone en su obra 'Tiānshū, El Libro del Cielo', y que irónicamente también se puede traducir como 'El Libro Ilegible'. Se trata de una reflexión sobre la complejidad de la escritura con caracteres chinos y su dificultad de aprendizaje y comprensión. En ambos casos se manifiesta el bloqueo cultural y comunicativo que supone para una sociedad el desconocimiento de su lengua escrita. Ambos artistas demuestran maestría y dominio del oficio, lo que a mi modo de ver se concreta en certeza en el trazo, riqueza de contenido, elegancia compositiva y actualidad de un discurso acertado que transmite un mensaje claro.
La noción de paisaje existe en China desde muy antiguo. Según el geógrafo, orientalista y filósofo francés Augustin Berque (Rabat, 1942), el concepto de paisaje comienza hacia el año 440 con la obra 'Introducción a la pintura del paisaje de Zong Bin (375-443)'. El término 'shanshu', literalmente montaña-agua, define la idea tradicional de paisaje en la pintura desde la filosofía y el pensamiento chino. Esto da lugar a decir que la pintura china no representa, sino que interpreta el paisaje. En la actualidad, el arquitecto chino Wang Shu, vincula el 'shanshu'ǐ–ideal máximo de la pintura tradicional de paisaje chino– con su trabajo arquitectónico. Shu nos enseña que, en vez de construir el edificio y luego acondicionar el paisaje circundante, la nueva edificación es la que se debe adaptar al entorno. Esta idea de paisaje como escenario nos invita a la ensoñación y de nuevo a la interpretación y no a la representación del mismo. Esto ocurre también en los escenarios de Hildegard Hahn: no representa, interpreta lo que ve. Esta relación no es un capricho circunstancial, sino que se deriva de la implicación que la artista asume en sus propuestas y de cómo, así, ella pasa a formar parte de la escena de la naturaleza. La artista parece tener muy presente las palabras de Michel Foucault cuando afirma que: «No vivimos en un espacio neutro y blanco» y añade que «no vivimos, no morimos, no amamos dentro del rectángulo de una hoja de papel», pues la realidad circundante es «un espacio cuadriculado, recortado, abigarrado, con zonas claras y zonas de sombra, diferencias de nivel, escalones, huecos, relieves, regiones duras y otras desmenuzables, penetrables, porosas». Luego están «las regiones de paso: las calles, los trenes, el metro; están las regiones abiertas de la parada provisoria: los cafés, los cines, las playas, los hoteles». Y, además, «están las regiones cerradas del reposo y del recogimiento». A partir del 2000 Hahn se acerca a la física cuántica y surge su obra 'Strings und Quanten'. La naturaleza existe per se, pero el concepto de paisaje necesita la complicidad de la mirada humana —una mirada cuántica—. El paisaje si no se mira no existe como tal.
Hildegard Hahn, artista multidisciplinar, afronta la vida con todas sus fuerzas y la abraza a través de la creación artística. Nos sugiere que nos fijemos en lo que tenemos enfrente. La contraseña ábrete sésamo nos permitirá acceder, como en el cuento, a los tesoros de la naturaleza guardados en la obra artística que se expone actualmente en el CAAM como homenaje a una creadora que ha dedicado su vida a las artes visuales.
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