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Jane Millares, cuando recibió en 2003, de manos de Pepa Luzardo, el título de Hija Predilecta de Las Palmas de Gran Canaria. c7

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Jane Millares, cuando recibió en 2003, de manos de Pepa Luzardo, el título de Hija Predilecta de Las Palmas de Gran Canaria. c7

Jane

«Con paso decidido creó un imaginario propio, valiente, arriesgado, coherente y explícito, sin titubeos y dando poco margen a la ambigüedad».

Laura teresa garcía morales

Miércoles, 2 de noviembre 2022

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Hoy vuela alto un espíritu noble y radiante. Jane Millares Sall descansa ya, clara y serena. No obstante, me resisto a decir que nos deja, pues creo que logró construir un sólido legado de creación sobre el que se hizo a sí misma, silenciosamente, al menos en apariencia, y que fue hecho para permanecer. Dedicó su vida a luchar por estar presente, por expresarse abiertamente; por hacerse oír a través de su arte y, en el mismo modo, dar voz a muchas otras personas silenciadas. En definitiva, no cesó de elevarse en ese universo suyo, de dignidad, de amor, de tolerancia… que ya es de todos, donde le fue posible «llegar a ser».

No puedo referirme a Jane únicamente como historiadora del arte o como mera conocedora de su obra, lo hago hablando con el corazón en la mano, porque es lo que ella y su obra me suscitan. No sólo me abrazó como una madre, próxima y entregada en afecto, justo en aquel tiempo en que yo acababa de perder a la mía, sino que me ofreció un cariño sincero y desinteresado que me caló muy hondo y que jamás olvidaré. He de decir que le debo muchísimo, aunque ella nunca lo supiera –o al menos, no, hasta qué punto–. Jane ha sido el basamento de toda mi senda profesional y de buena parte de mi motivación y entusiasmo en determinados proyectos que he enfrentado desde hace más de una década. Y es que la amplitud de los temas que plantea su trabajo me permitió ir conociendo paulatinamente la cultura de mi tierra en toda su extensión, y desde muy distintos puntos de vista sobre los que no ahondaré en esta ocasión, pero tan solo quería destacar la llamativa trascendencia de su obra; de los entresijos de su obra que no he dejado de admirar, que puede llegar a ser verdaderamente pasmosa y esclarecedora acerca de asuntos que nos son comunes a todos los seres humanos, en realidad. Explica muchas cuestiones relacionadas con las emociones, con los apegos, la aceptación, la existencia misma...

En este sentido, más allá de su calidad artística, su obra alberga un contenido cargado de valores y hondas reflexiones sobre la fragilidad del ser y el conmovedor drama de la humanidad, sobre la sordidez de la opresión y del dolor, entre otros sentimientos, pero también habla de la dignidad del esfuerzo; de los que callan y se resignan, del amor en todas sus formas y de su tierra amada, Canarias, que impregna todo su alegato.

Siempre he creído que su discurso fue muy claro desde el principio. Con paso decidido creó un imaginario propio, valiente, arriesgado, coherente y explícito, sin titubeos y dando poco margen a la ambigüedad.

Ha sido un enorme privilegio haber estado tan cerca de ella y haber podido contribuir, desde mi visión, a continuar con la tarea de comunicar su labor, sobre la que queda aún tanto por decir. Recibo con enorme alegría ver la consideración que se le empieza a otorgar de un cierto tiempo hasta esta fecha. En los últimos dos o tres años, ha sido incluida en libros de literatura infantiles, en actividades en las escuelas, incluso en artículos de corte académico, charlas o en trabajos audiovisuales de distinta índole, entre otros muchos destinos. Saber que se están llevando a cabo acciones diversas que, en definitiva, se suman a difundir su nombre y su legado, me causa una intensa emoción, al pensar que ya no se van a olvidar de ella, y que muchas otras personas que la descubran van a poder seguir avanzando en la difusión de su significativa aportación, a través de la investigación e interpretación de una obra inagotable útil y necesaria como la suya.

Con su imponente trayectoria demostró que la adversidad se supera y que, si lo pensamos, todos tenemos en nuestra mano el poder de transformar muchas cosas por un entorno mejor, por un mundo mejor para todos; sólo hay que dar un paso al frente, continuar y perseverar. De este modo, lo pequeño un día se hace grande.

No me cabe duda de que Jane se convertirá en referencia para muchas otras personas, como lo es ya para mí: un ejemplo de tenacidad y constancia, un ser humano pacífico y generoso y, sin lugar a duda, una grandísima artista.

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