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Isolina Díaz exhibe el color perdido de la capital grancanaria en Roma

Isolina Díaz exhibe el color perdido de la capital grancanaria en Roma

Los 23 artistas e investigadores españoles y latinoamericanos que han realizado una residencia en la Real Academia de España en 2018-2019 exhiben su trabajo en la exposición colectiva Processi 146, que se puede ver hasta septiembre en la Academia de España en Roma. Entre ellos hay una canaria, la doctora en Arquitectura y licenciada en Bellas Artes, Isolina Díaz.

Jueves, 1 de enero 1970

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Las Palmas de Gran Canaria

Durante su estancia de cinco meses en la capital italiana, la experta en preservación y restauración del patrimonio analizó 98 muestras de mortero histórico pertenecientes a nueve edificios del barrio de Arenales, en la capital grancanaria. A través de estos restos, la investigadora propone un viaje en el tiempo para imaginar el aspecto de Las Palmas de Gran Canaria hace algo más de un siglo en su proyecto La ciudad invisible. Los pigmentos del paisaje urbano y su conservación, inspirado en la novela de Italo Calvino, Las ciudades invisibles. «Tras su lectura, me planteé cómo sería mi ciudad invisible, para darme cuenta que no es otra que la ciudad que suelo habitar: Las Palmas de Gran Canaria, pero la sitúo en un período que me hubiese gustado presenciar, aquél comprendido entre fines del siglo XIX y principios del XX, invisible a día de hoy bajo capas de color y modificaciones realizadas en los edificios construidos en aquél entonces. Estas fechas coinciden con un momento de expansión y modernidad de la ciudad, en el que son construidos el Puerto de la Luz y de Las Palmas y surgen nuevos barrios extramuros, como es el caso de Arenales, lugar donde localizo mi proyecto», explica Díaz desde Roma a través de un cuestionario.

Objetivo.

Con su trabajo, la investigadora intenta buscar respuestas a estas preguntas: «¿Cómo hubiese sido pasear por ese nuevo barrio en construcción? ¿Cuáles serían los colores originales que acompañaban a esa nueva arquitectura?».

Por ello, puntualiza Díaz, su proyecto invita «a dar un paseo por el color de nuestro patrimonio arquitectónico, a conocer junto a las capas de color, las texturas y materiales que decoraban el paisaje urbano a fin de poner en valor los morteros históricos, un elemento más a conservar y restaurar dentro de los bienes patrimoniales».

Morteros y estratigrafías

En La ciudad invisible. Los pigmentos del paisaje urbano y su conservación, que se exhibe en la Academia de España en Roma, Isolina Díaz muestra al público «los morteros extraídos para su estudio y caracterización, junto a las estratigrafías, o englobes en resina de fragmentos de revoco para poder ser vistos a través de un microscopio óptico».

La propuesta se acompaña de un vídeo que «recoge todo el proceso de investigación y se aportan además los documentos técnicos empleados junto a los apuntes tomados para determinar esa última capa o color de los edificios de estudio».

Las piezas rescatan el color original de edificios en perpetua transformación. «En el caso del edificio situado en la calle Senador Castillo Olivares número 42, construido hacia 1920, fueron halladas hasta 23 capas cromáticas. Generalmente una fachada se suele remozar cada 10 años, siendo esta vivienda, obviamente, una excepción», cuenta la investigadora que pudo terminar su trabajo gracias al premio de la Fundación Bogliasco, con sede en Nueva York y base en Génova, que apoya a artistas o investigadores relacionados con las artes y las humanidades.

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