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Fotografías que fijan en el lugar

Fotografías que fijan en el lugar

Sus fotografías se mueven entre el movimiento urbex (conocido como exploración del abandono urbano) y el documentalismo social. Trazan en blanco y negro perspectivas heterogéneas del lugar, del enclave como instrumento de fijación humana al sitio, al ecosistema vital en el que se desarrolla la vida doméstica vinculada al ejercicio de la memoria. La fotógrafa Sheila Melhem presenta el jueves, día 9 de julio, en Gran Canaria Espacio Digital, a partir de las 19.30 horas, su proyecto Yo, aquí, en el que se involucró el pasado año la creadora grancanaria junto a la socióloga Guacimara Gil y un amplio equipo de producción.

Francesc Zanetti/ Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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El público y todas las personas que formaron parte de la empresa podrá contemplar las fotografías expuestas, el fotolibro editado resultado de la propuesta, así como las cinco piezas audiovisuales extraídos del intenso trabajo llevado a cabo por Melhem en los barrios de Las Rehoyas y Escaleritas de la capital grancanaria, así como Acusa, en Artenara, El Carrizal de Tejeda, El Matorral, en San Bartolomé de Tirajana y Balos, en Agüimes.

¿El lugar nos define como individuos o por el contrario son nuestros hábitos los que terminan por apoderarse del mismo hasta convertirlo en un icono identitario? El barrio y la confusión de sus calles, las planicies de la cumbre, los desechos, los invernaderos abandonados del sureste grancanario... y cmo no, los rostros de aquellos y aquellas que los contemplan a diario. Las secuencias fotográficas de Sheila Melhem quizás revelen mucho más de la propia fotógrafa.

Como explica la fotógrafa, «nuestro propósito al plantearnos este proyecto era buscar lugares cuya proyección pública no estuviera acorde con la imagen que sus habitantes querían transmitir, por estar estereotipada, ser negativa o casi inexistente. Nos interesaba saber cómo esas personas relataban su barrio y también retratarles para dotar a esos espacios de rostros, ofreciendo un espacio así de representación para las personas que los habitaban».

Pero, ¿qué deducción ha extraído Sheila Melhem de esa instrospección sobre el lugar como elemento de reflexión? «Más que una deducción general y común destacaría pequeños descubrimientos que hemos realizado a lo largo del desarrollo del trabajo y que están muy vinculados a la aportación sociológica realizada por Guacimara Gil Sánchez», apunta. «Muy resumidamente podemos decir que en el mundo urbano las personas se defienden del estigma asociado a la pobreza urbanística de sus barrios, mientras que en el campo se resisten a ser devaluados», añade.

Los lugares son una construcción de primer orden de la cultura, del espíritu de la comunidad. Preguntada por la manera en que esa aparente heterogeneidad que subyace en el espíritu de este proyecto definiría a Gran Canaria en su conjunto, Melhem responde: «Este proyecto no tiene vocación de ser ejemplo ni representación, sino todo lo contrario, busca atender a los detalles y la especificidad de cada uno de los barrios visitados y, es más, las vivencias concretas de las personas entrevistadas y retratadas en ellos. Así, en el fotolibro, las personas aparecen contrapuestas a los espacios que habitan, y estos espacios también dialogan entre sí: los bloques de Las Rehoyas con las montañas de Acusa, las cuevas con las casas prefabricadas de El Matorral... A travs de esta contraposición y este diálogo se va narrando una historia sin palabras a lo largo del libro. Estas palabras, en forma de declaraciones de las personas entrevistadas, aparecen en las piezas audiovisuales, donde el contexto adquiere mucha más importancia, lo que se compensa con los retratos de la exposición, donde el contexto desaparece».

Su proceso tuvo un protocolo: «He intentado separar al individuo del espacio a través del fondo blanco que, además, al ser físico, tangible, les hacía entrar en la fotografía saliendo, de algún modo, de su barrio, de su entorno, tomando así todo el protagonismo de la imagen. Luego fotografiaba los espacios, el contexto sin el individuo, para poder confrontar los retratos de las personas con los paisajes que habitan».

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