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Imagen de la intérprete Verónica Cruz cedida por la Orqueda Filarmónica de Gran Canaria. Sabrina Ceballos

Verónica Cruz | Oboísta de la OFGC

«Me apetece visibilizar el oboe d'amore, va a sorprender»

La solista de la OFGC pondrá el acento barroco con otro estreno en la temporada de abono, el Concierto para oboe d'amore de Bach

Patricia Vidanes Sánchez

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 8 de octubre 2025, 23:18

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El Auditorio Alfredo Kraus acoge este viernes un nuevo concierto de abono de la temporada de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC) bajo la dirección de Karel Mark Chichon. En este escenario, Verónica Cruz tendrá un papel estelar. Desde 2018 corno inglés solista de la OFGC, llegó «tarde» –con 13 años– y casi «por casualidad» al oboe, según cuenta, pero «me enamoré completamente del instrumento». Ahora, pondrá el acento barroco en el Concierto para oboe d'amore de Bach, reconstrucción basada en el Concierto para clave BWV 1055. Y, recuerda, será también un homenaje al fallecido Manfred Stettler, quien fuera el corno inglés de la formación, y que «tanto hizo por la orquesta».

–El viernes se estrena como solista con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, ¿es así?

–Sí, yo soy músico, o sea, soy miembro de la Orquesta Filarmónica, y me han ofrecido la oportunidad de tocar de solista en este concierto de abono; y sí, es mi primera vez, la verdad, o sea, estreno total porque es mi primera vez como solista con una orquesta.

–¿Y qué se siente?

–Pues muchísima emoción, bueno, primero muy agradecida, obviamente, a la oportunidad, al maestro Karel Mark Chichon, y por supuesto, a mis compañeros de la orquesta; muy agradecida, muy feliz, con muchísima ilusión, con muchísimas ganas, nervios también, obviamente, sí, sobre todo por la gestión del escenario y de la presión que uno siente cuando se sube ahí, ya no sólo como solista, sino como miembro de la orquesta. Esto es importante también, visibilizarlo y que se tenga en cuenta que al final pasamos por periodos de estrés y de tensión bastante constantes, casi semanales. Hay gente que lo gestiona mejor o peor, y es necesario tenerlo en cuenta para, precisamente, la gestión.

–¿Es habitual que los oboes sean protagonistas de un concierto?

–El oboe en sí, a nivel orquestal, digamos, suele tener mucho protagonismo. Luego sí que es verdad que como solista, con una orquesta acompañando, hay cierto repertorio, pero no muy extenso. La particularidad de este concierto es que voy a tocar el oboe d'amore.

–¿Suena diferente?

–Sí, exacto, es un instrumento de la familia del oboe, pero está afinado, bueno, es un transpositor, que esto significa que está afinado en otra nota: entonces lo que yo de la partitura no es lo que suena realmente, es decir, la nota que yo estoy tocando, escrita, no es lo que está sonando. Hay muchos instrumentos transpositores dentro de la orquesta, este es uno de ellos; es un poquito más grande que el oboe, está entre el oboe y el corno inglés, en el medio, y el sonido sí es un poco diferente, tiene un timbre bastante especial, un poco más velado, algo más íntimo. Es un instrumento que no se suele ver mucho, no se suele utilizar, y menos como instrumento solista con una orquesta, y por eso me apetecía visibilizarlo y darlo a conocer. Tiene un timbre y un volumen algo más recogido que va sorprender.

–Representa dentro de la orquesta, como mujer joven, a las nuevas generaciones, ¿qué grado de responsabilidad siente?

–En ese sentido no lo había pensado, pero obviamente sí en el sentido de dar a conocer mi instrumento, de dar a conocer mi sección, la sección de oboes. En este concierto hay un solista también, reconocido internacionalmente, Radek Baborák, trompista, con el que es un honor compartir escenario. Obviamente, necesitamos y queremos ver en la isla gente de este calibre, pero creo que es muy necesario también el hecho de que miembros de la propia orquesta nos expongamos a ponernos ahí, a saber qué se siente y a sacar un poco el nombre de la orquesta también hacia adelante.

–¿Y cómo es el público del Auditorio Alfredo Kraus?

–Es maravilloso, yo llevo ocho años en la orquesta y desde entonces he sentido un calor tremendo, ya no solo los días de concierto, sino cuando a veces nos los encontramos por la calle. Es tremendo la admiración que tienen por nosotros, por la orquesta, que sienten suya. Además, se vuelcan absolutamente. Tenemos un proyecto que salió adelante la temporada pasada, que se llama Miércoles con tu orquesta, y los ensayos que hacemos los miércoles por la tarde, algunos de ellos se hacen con parte de los abonados entre nosotros, en medio de la orquesta, para que sientan cómo es un ensayo. Así hemos tenido la oportunidad de tener una cercanía mayor con el público, y es maravilloso sentir ese apoyo, sentir que siempre están dispuestos a más. Y muestra de ello es que este año tenemos todavía un número mayor de abonados. Es un público inmejorable.

–Y para escuchar música clásica, ¿simplemente hay que ponerle ganas o hay que ser entendido?

–No hace falta sino tener ganas de un momento de relax: terminar la semana en el Auditorio, que es un sitio precioso, un marco incomparable para sentarse, calmarse, abrirse a algo que te pueda sorprender por novedoso, abrirse a lo que tenemos que ofrecer.

–Pero el público de la Orquesta Filarmónica tiene cierta edad, ¿qué hacer para atraer a las nuevas generaciones?

–Quizás sacar la orquesta más a la calle, a los pueblos, que lo estamos haciendo; acercársela de alguna manera a las nuevas generaciones, ahora tenemos una cantera fuerte con la Orquesta Joven, y son gente que está tirando mucho de nuevas generaciones y vienen mucho a los conciertos y atraen a otra gente, gente de conservatorio, de escuelas de música. O hacerla formar parte quizás de un ambiente que la gente no sienta cerrado.

–Formada entre Galicia, su tierra, y Alemania, ¿algo que envidiar?

–Es verdad que la cultura musical en otros países está muchísimo más desarrollada, en Alemania cada pueblo pequeño tiene sus formaciones, sus orquestas, sus escuelas. En España ha crecido muchísimo la enseñanza musical, ha salido muchísima gente de calidad, prueba de ello son las orquestas de renombre en Europa, con una gran mayoría en puestos de responsabilidad de españoles y obviamente eso es por la buena formación que hay en el país. Pero sí que es verdad que en otros países siempre se tiene muy en consideración la figura del músico, y quizás esto no ocurre tanto aquí. Creo que es una profesión admirable y que hay que darle el peso y el valor que tiene.

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