Vero Boquete o los 20 años de carrera de una futbolista que rompió barreras
Embajadora de LaLiga desde 2016, la futbolista española más internacional continúa en activo, ahora en la Fiorentina italiana
Ocho países y tres continentes componen la secuencia vital de Verónica Boquete Giadáns (Santiago de Compostela, 1987), la futbolista española más internacional. Este llamativo cóctel de experiencias y culturas casa a la perfección con su condición de Embajadora de LaLiga. Un cargo que ejerce desde febrero de 2016. “Para mí es un placer y un plus ser embajadora de una marca tan importante mientras sigo jugando de manera profesional”, asume.
Este equipo especial de representantes de LaLiga está compuesto por treinta personalidades relacionadas con la competición. Vero comparte labor con leyendas como Futre, Eto’o, Lineker, Forlán, Puyol, Redondo, Hierro o Kluivert. Dentro de este grupo de elegidos, tras la retirada de Anaïr Lomba (también embajadora de LaLiga), solo la jugadora de Santiago continúa en activo, veinte años después de comenzar en la Sociedad Deportiva Xuventú Aguiño (La Coruña).
“A veces pienso que me quieren jubilar”, apunta sonriente una futbolista capaz de rendir en el centro del campo y en la delantera. Sin su histórica figura no se entiende el desarrollo en los últimos años del balompié femenino español. Dos buenos ejemplos de esta trascendencia son la medalla de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo concedida en 2015 y el cambio de denominación del campo de fútbol de Santiago de Compostela. Desde 2018 se llama Estadio Municipal Verónica Boquete de San Lázaro.
Semana tras semana, millones de personas siguen LaLiga en cada rincón del planeta. Es una competición plena de emoción e igualdad un año más. Vero, como el resto de embajadores, hace su aportación para que esta marea de aficionados no deje de crecer. “Siempre que tengo la oportunidad de hablar de LaLiga lo hago. Al final se trata de dar a conocer o de promocionar la marca en los distintos países por los que paso”, expone la gallega, cuyo futuro, tras la retirada, pasará por los banquillos. Lleva muchos años con una pizarra entre ceja y ceja, aunque todo comenzase con un balón cosido al pie.
La infancia a través de un balón
Mucho antes de coger las maletas por primera vez y empezar a dar vueltas por el mundo, Vero ya pasaba días enteros pegada a la pelota. Desde los cinco años jugó a fútbol y fútbol sala. Cuando podía y donde podía. “En Galicia apenas había fútbol femenino. Crecí sin saber que era posible ser profesional. Me fui midiendo según iba subiendo de nivel y cuando decidí irme al extranjero para ser profesional… Ahí ya no había marcha atrás. Tenía que darlo todo para conseguir lo que quería”, recuerda. Tras debutar en 2005 en la máxima categoría nacional con el Zaragoza CFF y pasar por el RCD Espanyol de Barcelona, club del que se declara seguidora, cruzó el Atlántico para vivir sus primeras aventuras en el extranjero. Chicago Red Stars (con un periodo de cesión en el Buffalo Flash) y Philadelphia Independence fueron sus destinos entre 2010 y 2011. “Llegas a un país gigante, en el que cada estado es como un país de Europa. Fue como estar en una película, porque la cultura que existe en torno a los deportes en Estados Unidos era como se veía en el cine en aquellos años. Es una de las características más especiales del país”, evoca Vero, que se convirtió en la primera española elegida como la mejor futbolista del año en la Women's Professional Soccer.
El fútbol femenino tiene una gran tradición en Estados Unidos. Al masculino le ha costado un poco más alcanzar su cuota de protagonismo, circunstancia que también ha afectado a la afición por las ligas extranjeras. Pero eso ha cambiado en los últimos años, como comprobó Vero en 2019, cuando volvió a Norteamérica para jugar en el Utah Royals FC: “Cada fin de semana mi casa se llenaba de gente para ver partidos de LaLiga”. La abundante presencia de latinoamericanos en la competición española es otro reclamo para los fans de Estados Unidos. Su conexión con el fútbol nacional se forjó en medio del duelo entre Messi y Cristiano, y ahora ha quedado reforzada por la presencia de grandes jugadores en todos los equipos de LaLiga.
De regreso a Europa
La competición en Estados Unidos tiene un calendario diferente a los torneos europeos. Vero se plantó en la segunda mitad de 2011 con el riesgo de pasar un periodo sin jugar, así que volvió a mirar a Europa: “Quería disputar la UEFA Women’s Champions League. Y la mayoría de equipos ya tenían sus plantillas al completo. Me salió la opción de ir a Rusia”. Allí, en las filas del FK Energiya Voronezh pudo pelear por el anhelado trofeo continental.
Suecia fue el siguiente destino de Verónica Boquete. “Fue una etapa muy especial. El país nórdico me marcó, a nivel deportivo y personal. Estuve dos temporadas en el Tyresö FF, con las mejores futbolistas del mundo y con un entrenador que se adaptaba a nuestras cualidades. Jugué una final de la máxima competición europea y disfruté muchísimo en cada entrenamiento y cada partido”, narra. “Es un país fantástico, muy avanzado y abierto, con gente muy simpática”.
Tras la inolvidable estancia en Suecia –donde fue elegida mejor centrocampista de la competición local- y otro paso por Estados Unidos (Portland Thorns FC), Vero llegó a Frankfurt en 2014. Un nuevo país en la maleta. Un nuevo idioma. Una nueva manera de vivir y de jugar. “Descubrí distintas metodologías y maneras de pensar, en el deporte y en la vida. Al estilo del fútbol alemán, más físico y con muchas transiciones, me costó adaptarme. Además, las expectativas eran muy altas, pero gané una Champions con el FFC Frankfurt, y jugando en todos los partidos”, asevera. Para la temporada 2015/16 fichó por el FC Bayern, un coloso a todos los niveles. En el equipo bávaro conquistó la Bundesliga y descubrió una gran ciudad: “Múnich es de los sitios más bonitos en los que he vivido”.
A su destino posterior tampoco le faltaba atractivo: París recibió a Vero en el verano de 2016. “El PSG llevaba unos años estando en la élite. La final de Champions que gané fue contra ellas. Sabía que era un club que buscaba brillar y ganarse la admiración de la gente”, relata. Respecto a los aficionados franceses, asegura que saben apreciar también las virtudes ajenas. “A los que son muy aficionados se les van los ojos hacia torneos como LaLiga”, afirma la jugadora santiaguesa.
De París a Pekín
Los años en Europa dieron paso a un giro brusco en el guion de su carrera. Vero aterrizó en China en febrero de 2018. Su destino fue la capital. Firmó contrato con el Beijing BG Phoenix FC. “Las primeras semanas fueron un ‘shock’, deportiva y personalmente. Nunca he estado tan fuera de mi zona de confort como en China. Pasó un tiempo hasta que empecé a colocar las piezas en el mapa de mi cabeza”, expresa antes de evocar con cariño aquella experiencia: “Fue fantástica; me hizo crecer muchísimo. Fue un antes y un después en mi vida. Vi un mundo totalmente distinto, que me abrió la mente de lado a lado”.
Entre camisetas de Iniesta, Xavi y otras estrellas, Vero percibió una de las grandes aficiones de la población local: “Están fascinados por LaLiga. Había sido la competición reinante los años anteriores a mi llegada. Además, en ese momento había un impulso gubernamental muy fuerte para potenciar el fútbol”. Y eso que todavía no había llegado Wu Lei al Espanyol.
El citado paso por Utah precedió al último gran viaje de la gallega hasta la fecha. Esperaba Italia. “Es un país lleno de pasión y locura por el fútbol. Cada ciudad está a muerte con su equipo”, destaca Vero, que fichó por el AC Milan en 2020 y a principios de este año se incorporó a la ACF Fiorentina. El paso del tiempo condiciona los planes de futuro, atados al corto plazo. “Por una parte tengo la sensación de que debo disfrutar de cada momento, pero por otro no me puedo quitar de la cabeza que el final de mi carrera se acerca. Es algo contradictorio”, asume.
El fútbol como agente de cambio social
Después de pasar por ocho países y de ser desde hace seis años Embajadora de LaLiga, Vero Boquete conoce de primera mano la trascendencia que tiene su deporte más allá del terreno de juego: “El fútbol es el evento social más importante que tenemos a nivel mundial. Es una herramienta de integración y de unión. Dentro de un campo, las diferencias entre personas quedan aparcadas”.
El compromiso de Vero con el movimiento ‘Common Goal’ (cuyos integrantes donan el 1 % de su sueldo a iniciativas solidarias relacionadas con el fútbol) canaliza su inquietud social. “Este deporte nos lo ha dado todo. Si queremos devolver algo tiene que ser a través de mejorar la vida de la gente en los diferentes países”, señala convencida. “Recuerdo una frase que leí hace años en un periódico. Todavía tengo el recorte: ‘El fútbol está hecho para crear ilusiones, para hacer feliz a la gente’”. Ilusiones como las que invadieron a Vero Boquete desde la primera patada que dio a un balón.