Aunque no te lo creas, tus decisiones de compra tienen mucho que decir sobre el futuro que vas a vivir. Pero no solo tú, tus vecinos, compañeros de trabajo e, incluso, todas las especies animales del planeta. Así que ya ves, comprar con coherencia y pensando en un mundo mejor para todos es más importante de lo que parece.
Y es que, en el mundo actual, hay un problema grave. No es ningún secreto que el cambio climático y la gestión de los residuos está copando de malas noticias nuestros días. Según datos de Greenpeace, cada año llegan a mares y océanos el equivalente en basura de hasta 1.200 veces el peso de la Torre Eiffel.
En este contexto, el plástico de un solo uso, además, se ha convertido en una de las grandes amenazas medioambientales. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ya alerta de que en España se consumen cerca de 13,6 millones de toneladas de plástico al año. De estas, 1,1 millones de toneladas son de un solo uso.
Y el problema radica en que una botella de plástico tarda unos 500 años en descomponerse. Reducir el impacto de estos plásticos es responsabilidad de todos. La solución a este problema pasa, entre otros aspectos, por apostar por la reducción y la reutilización de los envases.
Grandes empresas mundiales, como Coca-Cola, llevan años comprometidas en abordar este problema. Y lo hacen con una gran responsabilidad ya que operan en un sector donde los envases forman parte indispensable del día a día. El cambio de paradigma está llegando ya al sector Horeca y, afortunadamente, las botellas ecológicas y retornables están cambiando la industria. Cada vez, menos envases de vidrio y más vidrio reciclado.
Reducir el impacto de estos plásticos es responsabilidad de todos.
El envase de vidrio se considera el envase más sostenible para la hostelería por su circularidad. Permite a restaurantes, cafeterías y hoteles incluir un recipiente reciclable y retornable que les hará ganar, además, en competitividad.
Coca-Cola es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo y que abandere una lucha como esta es muy positivo para la industria. Gracias a su botella de cristal retornable –y a muchas más iniciativas que lleva impulsando los últimos años-, la popular marca colabora activamente con la supervivencia el medio ambiente.
Rellenar, reciclar y retornar
Cada botella de plástico tiene el potencial de transformarse en otra nueva. Es cierto. Pero las botellas de cristal retornables pueden permanecer intactas, lavarse y rellenarse con otras bebidas varias veces. Muchas veces más.
El vidrio es un material 100% reciclable, con lo que puede reciclarse infinitas veces. De hecho, “el proceso de fabricación de las botellas de vidrio de Coca-Cola empieza con cada uno de nosotros como consumidores, cuando decidimos reciclar el envase de vidrio”, explica Sofia Alves, Chief Markets Officer (CMO) de BA Glass. Aquí, el viaje del vidrio comienza con el tratamiento de los envases reciclados.
El proceso de fabricación empieza con cada uno de nosotros como consumidores
Una propuesta que, además, cada vez gana más adeptos entre los consumidores finales. Según un estudio de 2023, el 80% de los españoles prefiere las botellas de vidrio cuando consume en este tipo de establecimientos. En este mismo informe de Conecta para Coca-Cola, los usuarios destacan del envase de vidrio su calidad, sostenibilidad y su iconicidad.
Y es que, sin duda, la botella de vidrio de Coca-Cola es tan singular que se ha convertido en sinónimo de la propia marca. Sofia Alves añade que “su singular forma contorneada, con sus curvas fluidas y crestas estriadas, la hace reconocible al instante. Incluso con los ojos cerrados, la mayoría de la gente reconocería una botella de Coca-Cola por su forma. Este es un testimonio de lo poderoso que puede ser el envase para crear una impresión duradera y memorable”.
El vidrio salvaguarda el sabor de la Coca-Cola, garantiza la salud del consumidor y se alinea con una imagen de marca premium, pero también contribuye a la sostenibilidad del planeta.
El papel de las nuevas tecnologías
En Coca-Cola también están reinventando los hábitos de compra y consumo para que sus seguidores puedan disfrutar de sus bebidas de una forma práctica y sostenible. Por eso, la compañía trabaja en proyectos piloto de dispensación de bebidas que se encaminan hacia el envase del futuro: rellenable, ligero, con menos materia prima y más material reciclado o renovable.
Un ejemplo de ello es Coca-Cola freestyle®, un modelo que se ha implementado, por ejemplo, en el Parque Warner de Madrid. ¿Su secreto? La combinación perfecta entre la personalización de la bebida, pudiendo elegir cantidad y sabor, con el uso de vasos reutilizables.
Por otro lado, España ha sido el país europeo elegido para probar el piloto de Pour My Beverage. Este sistema de autoservicio pensado para estadios, parques de atracciones, restaurantes, oficinas o cafeterías permite que los consumidores puedan rellenar y pagar sus propias bebidas sin necesidad de hacer largas colas.
Y, por último, una frase que resuena en el ADN de la marca de refrescos: “Un mundo sin residuos”. Una frase que, a su vez, es el lema que se ha convertido en la estrategia internacional de Coca-Cola que, de aquí a 2030, ha adoptado el compromiso de recoger una botella o lata por cada una que venda. Y es aquí el papel de los envases reutilizables es crucial para fomentar, de verdad, una economía mucho más circular.