Retratos con Esperanza: cuando el arte se convierte en el mejor medio para la investigación
Gilead lanza una iniciativa por la lucha contra el Cáncer de Mama Tripe Negativo metastásico, el más devastador, de la mano de tres pacientes y un familiar que se han convertido en pura inspiración
“Si mañana cayera un meteorito en la tierra, ¿qué harías?”, preguntaban hace tiempo en el grupo de amigos de Santiago Picatoste, artista plástico y escultor. “Aprovecharía para hacer aquello que siempre he deseado”, decía uno. “Gastaría todo mi dinero”, comentaba otro. Él lo tenía claro: “Trabajaría para que no colisionara contra nosotros”, aseguraba. Es precisamente esta filosofía luchadora la que lo conecta a él —y a Lara, Luis y Silvia, los otros tres creadores que participan en este proyecto— con Pilar, Sonia, Gema y Mario, tres pacientes y un familiar de Cáncer de Mama Triple Negativo metastásico, el subtipo más agresivo de cáncer de mama que existe. Su vida cambió en el momento en el que les fue diagnosticado y se han convertido en un ejemplo de fortaleza por mejorar y ayudar a las generaciones que vendrán en el futuro porque, por desgracia, se detectan casos a diario, cada vez a personas más jóvenes. Hoy, esta enfermedad cuenta con un mal pronóstico, pero una enorme voluntad por parte de quienes lo sufren para avanzar en la investigación que requiere. De ahí nace Retratos con Esperanza, una iniciativa de Gilead que une innovación e inspiración con el objetivo de aportar luz a esta causa. Los testimonios de los cuatro protagonistas fueron monitorizados con un fonendo digital conectado mediante un transmisor de latidos a cada uno de los artistas, de forma que pudieran sentirlos en su propia piel y crear a partir de ellos. Como resultado: Crystallize, Dancing Together, The Space Between Us y Be water my friend, cuatro obras que reflejan a la perfección los sentimientos de aquellos que tienen presente en su vida esta desoladora enfermedad.
Pilar Fernández y Santiago Picatoste
Crystallized es el retrato que representa a Pilar Fernández, presidenta de la Asociación Española de Cáncer de Mama. Incertidumbre, miedo, esperanza, amor y algo de rabia son los sentimientos que aparecen reflejados en la obra. “El mejor apoyo es compartirlo con gente que está pasando por lo mismo. Encuentro la fuerza en las historias reales que conozco cada día”, explica. Como paciente oncológica desde hace 30 años, recuerda a las personas que ha conocido en el camino y alega a la conciencia social para avanzar: “Todavía hay pánico a hablar de cáncer, la gente es ajena y no quiere mirar”, dice. “Para el cuadro, he traducido todo lo que ella ha vivido y visto en colores que forman una imagen en abstracción geométrica, creando un rostro”, explica por su parte Picatoste, que ha encontrado en este proyecto una oportunidad para llegar a una instancia donde existe esta realidad: “Cuando tenemos la oportunidad de colaborar con las emociones en una situación real, todo cambia”, dice.
Sonia Vázquez y Lara Padilla
La enfermedad apareció en la vida de Sonia Vázquez en 2017. “Cuando te cuentan que tienes cáncer de mama, es un jarro de agua fría, pero cuando te dicen que es triple metastásico, te hunden totalmente”, explica. Sin embargo, la esperanza la acompaña en este proceso: desde el comienzo hasta hoy, ha encontrado tratamientos que le permiten llevar un estilo de vida lo más normal y activo posible. Esto lo ha conseguido gracias a la investigación oncológica de los últimos años y a la llegada de nuevos tratamientos, que han arrojado algo de luz y esperanza en estas pacientes: “Es una montaña rusa, pero intento vivir al 100%, aparcar lo gris”, cuenta. Retratos con Esperanza supone para ella una difusión muy necesaria: “Quiero que se comparta, que se sepa que vamos avanzando poco a poco”. Danicing Together, la obra que Lara Padilla ha creado a partir de sus latidos, representa todas sus emociones, partiendo del mar, con sus olas y su calma y el azul, color de la tranquilidad, como base. “Los cuerpos de mujeres juntas representan la unidad entre pacientes y profesionales luchando por esa luz, el movimiento, la danza, el fluir con las olas para volver a la vida”, cuenta la artista.
Gema Sánchez y Luis Feo
“El agua puede golpear o fluir, adaptarse a una tetera, a un vaso o a cualquier otra forma”, comienza contando Luis Feo sobre Be water my friend —todavía se le eriza la piel al recordar momento en el que le conectaron el sensor de latidos—. En su caso, ha plasmado sobre el lienzo una bolsa que contiene este líquido, marcada por los brillos, las sombras y las burbujas de aire como metáfora del camino que recorre Gema Sánchez y lo que lleva dentro. “Así va nuestra vida. Cada día tienes incertidumbre, pero hay que seguir sonriendo”, explica la paciente, diagnosticada en 2021. “Al principio fue muy duro, durante seis meses no quise hablar con nadie, hasta que fui conociendo a gente que padecía lo mismo que yo. Después, empiezas a ver la vida de otra manera, valoras incluso cuando te tomas un café en una terraza. Ahora intento no discutir y disfrutar de los buenos momentos”, relata, a la vez que aboga por la visibilidad. Su capacidad de lucha es lo que más ha inspirado a la artista, además de su enorme positividad: “Encuentro la fuerza en mi hija y mi marido. Precisamente por ellos, yo estoy aquí cada día”, concluye.
Mario Rico y Silvia Kowalsky
A menudo hablamos de las mujeres que padecen la enfermedad, pero no tanto de quienes las acompañan en su proceso. “Ver a la persona que amas apagarse poco a poco es durísimo, tanto que ella era la que me animaba a mí”, cuenta Mario Rico, marido de Ángela, diagnosticada con Cáncer de Mama Triple Negativo metastásico. “No permitió que la enfermedad le quitara las ganas de vivir y tuvo una sonrisa hasta el día que se fue. Quiero continuar lo que empezó y sé que está orgullosa de este proyecto y su visibilidad”, añade. La artista Silvia Kowalsky vivió una situación similar con su padre, por lo que conectó al instante con los sentimientos de Mario: “Vi en sus ojos una fortaleza y un brillo increíbles, de ahí el rojo, un color que también describe la pasión de ella”, explica. Lo ha combinado con verde, por la esperanza, blanco, por el vacío y el miedo, y azul, una representación de lo emocional. Así surge The Space Between Us, una obra que los representa a ambos y que da voz a paciente y acompañante. “Tenemos una réplica en el salón, junto con una foto de ella en la que está guapísima, está con mi hijo y conmigo”, añade él.
Subasta con un gran fin
El fin último de este proyecto es recaudar fondos para la investigación e innovación sobre el Cáncer de Mama Tripe Negativo metastásico a través de la subasta de los cuadros creados por Santiago Picatoste, Lara Padilla, Luis Feo y Silvia Kowalsky, que Gilead donará previamente a AECMM. La sala Durán será la encargada de subastar estas obras junto a las de la fase inicial del proyecto (“Cuadros con esperanza”) creados con inteligencia artificial a partir de los testimonios de estas pacientes.
La experiencia de vida de Pilar, Sonia, Gema y Mario, sus testimonios, se han transformado en inspiración y arte… , y son capaces de llegar a todos, para que así se pueda dar una mayor visibilidad y parar esta enfermedad. “Más investigación para más vida” es el lema de la asociación, que las pacientes y su entorno llevan grabado en la piel y por el que luchan a diario. Aunque se continúa dando pasos, estas pacientes aún tienen pocas opciones terapéuticas, e, incluso, en otros tipos de cáncer de mama metastásico aún existen necesidades médicas por cubrir. El margen de mejora es infinito, pero gracias al ejemplo de fortaleza de Pilar, Sonia, Gema y Mario, y a iniciativas como Retratos de Esperanza, cada día la esperanza es mayor.