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LEICA

100 años compartiendo historias

Durante un siglo de historia, Leica ha acompañado a todos aquellos que miran enmarcando, que cuentan a través de imágenes. La historia continúa en 2024

Antonio Bret

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Una historia puede contarse de muchas maneras diferentes y hay quienes continuamente están buscando relatos con tan solo mirar al exterior. A través de su mirada, enmarcan momentos que cuentan, a veces, más de lo que simplemente muestran. De eso, precisamente, se trata la fotografía, de contar sin palabras y sin movimiento, de capturar un instante que nunca jamás se repetirá, para convertirlo en inmortal y que trascienda por sí mismo.

Leica, una historia de innovación fotográfica

Más o menos complejos, premeditados o espontáneos, estos relatos silentes nos han acompañado desde el principio de los tiempos, conteniendo en sí mismo fechas que han marcado su historia. Una la podemos situar en 1914: el nacimiento de la primera cámara compacta de imagen fija de la historia, la Ur-Leica. Gracias a ella, la democratización de la fotografía daba un paso de gigante, ya que esta pequeña cámara contenía, en su interior, nada menos que una película de cine de 35 milímetros.

Nunca hasta entonces había sido tan sencillo traducir la visión del fotógrafo en una instantánea que permaneciera en el tiempo para siempre. A lo largo de estos 100 años, Leica y el trabajo de fotógrafos célebres y anónimos han documentado nuestra historia. Y es que algunas de las imágenes más icónicas de la historia han sido captadas con una cámara Leica: desde el retrato del Che de Alberto Korda hasta las instantáneas de Robert Capa, de incalculable valor histórico, como la Muerte de un miliciano en 1936, hasta el exquisito trabajo, fundamentado en la captura del ‘momento decisivo’ de uno de los mejores fotógrafos de la historia Henri Cartier-Bresson.

Y es que gracias a Oskar Barnack, jefe del departamento de óptica la compañía de prismáticos Ernst Leitz, las cámaras ya no necesitaban un soporte para poder capturar ese ‘momento decisivo’ que marcaría el trabajo de Cartier-Bresson. Hasta ese entonces, las cámaras eran muy pesadas, y Leica, precisamente, es la traducción del alemán al español de ‘Cámara ligera’. 

A lo largo de estos 100 años, Leica y el trabajo de fotógrafos célebres y anónimos han documentado nuestra historia

Fotógrafos de todo el mundo ya podían lanzarse a la calle con una cámara que podían sujetar con sus propias manos, un efecto brutal en la evolución y crecimiento del fotoperiodismo. Posteriormente, Leica siguió trabajando en este sentido de innovación a la vanguardia: en 1932, por ejemplo, introdujo el sistema de telémetro en la cámara, lo que proporcionaba un enfoque más preciso y rápido; o La Leica M3, en 1945, que cambiaba la montura de la lente de un sistema de rosca al más sencillo de bayoneta.

100 años después de aquella incipiente Ur-Leica, todo ha cambiado. La revolución digital ha provocado que el mundo necesite, incluso, más testigos que nos cuenten qué pasa, y ahí ha estado Leica, acompañando la ruptura entre el viejo mundo y el nuevo. Prueba de ello fue el modelo M8 lanzado en 2006, la primera cámara digital de la historia con un sensor de 10,3 megapíxeles.

El presente de Leica sigue mirando hacia el futuro

Y llegamos a la era actual. Una historia que, en la actualidad, ha evolucionado hasta el modelo Q3, una cámara adaptada con lente 28 mm para que cualquiera que quiera contar sus historias pueda lograrlo sin complicaciones. Entre sus principales especificaciones, nos encontramos con un sensor Full-Frame con tecnología de triple resolución de 60 MP, una gama ISO desde ISO 50 hasta ISO 100.000 y la última generación del procesador Maestro Series con tecnología L² que ofrece un excelente desempeño.

La Leica Q3 es una opción muy a tener en cuenta para los amantes de la fotografía callejera, una cámara ergonómica, de calidad, y con prestaciones que satisfacen las necesidades de cualquier aficionado a la fotografía que busque buenos resultados sin necesidad de demasiadas complicaciones.

Asimismo, Leica acaba de lanzar al mercado su último modelo de cámara digital telemétrica, la Leica M11-P, la primera del mundo en incorporar el sistema de certificación de autenticidad de contenidos CAI, una iniciativa promovida por Adobe y el periódico New York Times para preservar la confianza de los lectores en las imágenes digitales. Y es que, en un mundo en el que la multiplicidad de las imágenes es mayor que nunca, también lo es la necesidad de que confiar en las historias que nos cuentan los medios.

Cartier-Bresson dijo que ‘Mi cámara es una extensión de mi ojo’. Leica lo acompañó a él y a otros fotógrafos inmortales (y a millones de aficionados) en su exquisito trabajo a lo largo de toda su carrera. Un siglo después, la marca sigue empeñada en que nuestro mundo, tal y como lo conocemos, siga teniendo ojos que cuenten historias a través de las imágenes que enmarcan.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Leica.