Botellas hechas con otras botellas: un reto necesario para cuidar el medioambiente
Leche Pascual apuesta por utilizar botellas fabricadas al 100% a partir de material reciclado, lo que las convierte en las más sostenibles del mercado
Cada año se producen en todo el mundo alrededor de 300 millones de toneladas de plástico y se estima que un tercio de todo ese material, que además tarda cientos de años en degradarse, se utiliza para fabricar envases de bebidas, sobre todo botellas de plástico.
Para evitar que esos envases acaben en vertederos, ríos, mares u océanos, causando daños significativos al medio ambiente, es de suma importancia que las empresas que los utilizan para comercializar sus productos sean conscientes de este problema y actúen en consecuencia, tratando de minimizar el impacto de sus actividades en la naturaleza.
Desde hace más de 50 años, Pascual forma parte de la rutina diaria de millones de hogares españoles, proporcionando productos alimenticios de alta calidad y cuidando cada uno de los eslabones de la cadena de valor. “Nuestro compromiso y responsabilidad para con las personas y el entorno no se limita a ofrecer productos de calidad, sino que se extiende a toda la cadena de valor láctea, preocupándonos por el impacto que nuestra producción y distribución puedan tener en el medioambiente, en las personas y en el conjunto de la sociedad”, afirma Natalia Fernández, directora del Negocio Lácteo de Pascual.
En este sentido, Leche Pascual ha dado un importante paso adelante con el lanzamiento de su nueva botella, fabricada al 100% a partir de otras botellas de plástico, lo que significa que no se ha utilizado ningún material nuevo en su producción y que la convierte automáticamente en la más sostenible del mercado. El nuevo envase ha permitido a la compañía reducir sus emisiones de CO2 en un 28,7%, lo que representa 395.106 kg de CO2 cada año. Esta cantidad equivale a más de 58 vueltas al mundo en coche o al CO2 absorbido por 4.582 árboles en crecimiento durante 30 años.
Un camino que pasa por el contenedor amarillo
Nada de todo esto sería posible sin el reciclaje. Depositar las botellas usadas en el contenedor amarillo permite que el plástico que las conforma pueda ser reciclado y utilizado en la fabricación de nuevas botellas. Se trata de un sistema que se ha bautizado como “bottle to bottle”, todo un ejemplo de economía circular que permite darle infinitas vidas a un mismo envase.
Gracias a este sistema, Pascual podrá reutilizar durante este año 7,5 millones de botellas de un litro y medio, lo que supondrá un ahorro de 315 toneladas de plástico virgen.
El compromiso de Pascual con toda la cadena de valor
Pero las iniciativas de la compañía no se quedan simplemente ahí. Como decíamos antes, uno de los sellos característicos de Pascual es cuidar de cada detalle de la cadena de valor de la empresa: desde el cuidado de las vacas hasta que el producto final llega a casa del consumidor, la compañía garantiza un producto de máxima calidad, respetuoso con la naturaleza y con un impacto positivo en el entorno y en la economía rural.
De acuerdo con esto, Pascual consiguió en 2018 el sello de Bienestar Animal Welfare Quality® para todas sus granjas. Una certificación que garantiza el más alto estándar europeo para las evaluaciones en granja de vacuno lechero, convirtiéndose en el primer gran fabricante en hacerlo de la mano de AENOR.
Por otro lado, la empresa trabaja con sus ganaderos en programas de eficiencia productiva, ayudándoles a rentabilizar y mejorar su negocio y, al mismo tiempo, fijando población en el medio rural y apoyando las economías locales. Es la manera que tiene Pascual de cuidar su relación con ellos, que es fundamental para la compañía, tal y como demuestra el hecho de que el 85% de ellos lleve más de 15 años colaborando con la empresa arandina.
Un ejemplo de esta colaboración es el Programa de Seguridad Alimentaria, Medioambiente, Salud y Bienestar Animal puesto en marcha en las granjas que proveen de leche a Pascual, que recibió en 2022 el Premio PRAN a la mejor iniciativa en vigilancia y control del consumo de antibióticos y sus resistencias en el ámbito de la sanidad animal. Este programa ha logrado mantener un estricto control en el uso de antibióticos, lo que se traduce en productos de alta calidad y seguros para el consumo humano.
Finalmente, la compañía también quiere contribuir a dar vida a los pueblos de la "España Vaciada" con iniciativas como las becas a los hijos de los ganaderos de la compañía y comprando el 100% de la leche a productores de origen español, sobre todo de municipios de menos de 40.000 habitantes, potenciando la actividad en las economías rurales y generando empleo y riqueza a través de la adquisición de bienes y servicios locales.