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Escandinavo, eléctrico y exclusivo: así es el coche que se compra con un clic

Polestar irrumpe en el mercado español con sus exclusivos vehículos eléctricos, que pueden configurarse y adquirirse de manera online, y que combinan el diseño minimalista escandinavo con la excelencia tecnológica

Álvaro Piqueras-Corchano

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El momento es ahora. La sociedad de consumo necesita acometer importantes cambios estructurales y de mentalidad si quiere responder al acuciante desafío de contener las implacables consecuencias del cambio climático. En los últimos tiempos parece haberse instalado en el imaginario colectivo la percepción de que es urgente establecer una hoja de ruta con compromisos, y sobre todo acciones, encaminadas a preservar nuestro planeta. Pero la realidad es tozuda y los obstáculos, numerosos.

Con demasiada frecuencia asistimos a esperanzadores propósitos de enmienda que viven su momento álgido con la celebración de la cada vez más recurrente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, pero a nadie se le escapa que solo con palabras no se soluciona el problema. El último ejemplo se produjo el pasado noviembre en la COP27, celebrada en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheij, en la que una vez más se puso de manifiesto la ardua labor pendiente.

El informe más reciente de la ONU muestra que, aunque los países están cambiando la dinámica en lo que a las emisiones de gases de efecto invernadero se refiere, estos esfuerzos siguen siendo insuficientes para limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 grados centígrados para finales de siglo. De hecho, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU indica que las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse en un 45% de aquí a 2030 para alcanzar esa cifra. Estamos lejos.

Una marca sostenible con mucha personalidad

En este sentido, ante la inacción de algunos de los países más contaminantes y de las insuficientes medidas adoptadas por el resto, la iniciativa privada en alguno de los sectores más determinantes está decidida a cambiar las reglas del juego. Tal es el caso del fabricante sueco de vehículos eléctricos Polestar, que pretende liderar un cambio de modelo productivo que no solo permita disfrutar de algunos de los coches más vanguardistas y respetuosos con el medio ambiente, sino que además su fabricación no tenga costes nocivos para el planeta. 

Una apuesta que va en la línea de las demandas de los consumidores, que abogan porque la legislación acelere la adopción de vehículos eléctricos en detrimento de los vehículos de combustión interna cuanto antes. En un principio, el compromiso para la eliminación de vehículos basados en combustibles fósiles se sitúa en el lapso entre 2035 y 2040. Pero Polestar irá mucho más allá.

Y es que en los planes del fabricante sueco, dentro del llamado Proyecto Polestar 0, es prioritario producir un coche verdaderamente neutro desde el punto de vista climático para 2030. Pero no utilizando procesos tradicionales de ensamblaje o plantando árboles para compensar la emisión de CO2. El enfoque es mucho más ambicioso porque debe englobar la colaboración en todo el proceso de desarrollo y la cadena de valor, desde proveedores hasta minoristas. Algo que obliga a apostar por redefinir el concepto de innovación ya que la imposibilidad de resolver el cambio climático mediante soluciones ad hoc obliga a una reestructuración integral de los procesos de fabricación.

Precisamente ese aspecto es una de las principales diferencias entre Polestar y otros fabricantes. Nada es impostado ni forzado. Mientras hay marcas que viven la transición a lo eléctrico como una obligación impuesta por la normativa europea con plazos que generan tensión, Polestar nació eléctrica y con ADN centrado en la sostenibilidad desde sus inicios y su objetivo último es acelerar y promover el paso a la movilidad eléctrica de forma real y genuina sin atender a otro tipo de consideraciones.

Una gama en crecimiento

Y mientras se llega a ese punto, Polestar, cuya génesis se remonta a 2017 y comparte sinergias tecnológicas y de ingeniería específicas con Volvo Cars, ya está revolucionando la industria automovilística con propuestas que combinan el minimalismo escandinavo con la excelencia tecnológica.

Con sede en Gotemburgo, Suecia, Polestar ya ha producido tres coches eléctricos de alto rendimiento. El Polestar 1 se fabricó entre 2019 y 2021 como un GT híbrido eléctrico de bajo volumen y unidades limitadas con una carrocería de fibra de carbono, 609 CV, 1.000 Nm y una autonomía eléctrica de 124 km (WLTP), la mayor de cualquier coche híbrido del mundo en aquel momento.

Tras él llegó el Polestar 2 fastback electric performance, que se convirtió en el primer coche de gran volumen totalmente eléctrico de la empresa. Y a principios de octubre de 2022, la marca sueca presentó el que está llamado a ser el SUV de la era eléctrica, el Polestar 3, cuyo inconfundible diseño y excelente dinámica de conducción lo convierten en una opción tan responsable como atractiva.

Y el futuro es apasionante ya que este año se espera que llegue el Polestar 4, un SUV coupé eléctrico de menor tamaño y en 2024, está previsto el lanzamiento del Polestar 5 electric performance, un GT eléctrico de 4 puertas que será la evolución de producción del Polestar Precept, el prototipo anunciado que Polestar lanzó en 2020 y que muestra la visión de futuro de la marca en términos de diseño, tecnología y sostenibilidad.

Comprar desde casa

Pero si algo distingue al fabricante sueco es una forma diferente de hacer las cosas que no es sino consecuencia directa de su particular idiosincrasia. Los vehículos que factura Polestar son coches eléctricos, sostenibles, premium, de alto rendimiento, con tecnología punta y mucha personalidad en el diseño. Pero el proceso para adquirirlos se aleja, una vez más, de los convencionalismos. 

De ahí que su modelo de negocio sea el denominado ‘figital’, una mezcla de físico y digital, que permite a los clientes explorar, configurar y adquirir vehículos eléctricos online en Polestar.com/es, con una experiencia física incomparable para que puedan reservar una prueba de conducción y descubrir por sí mismos lo que se siente al volante de un Polestar.

Con dos Spaces ya en marcha, en Madrid y Barcelona, y toda una red de apoyo postventa fruto de la colaboración con Volvo, la idea es que los clientes puedan informarse y vivir una experiencia Polestar sin sentir ninguna presión de compra. Estos show rooms se apartan del concepto tradicional de los concesionarios de automóviles, ya que se trata de entornos que recuerdan a una galería de arte impregnada por el diseño escandinavo y donde los especialistas de Polestar, que no trabajan a comisión, ejercen de meros transmisores de las bondades de lo verdaderamente importante: los vehículos eléctricos. 

A la conquista del mercado español

Además, la irrupción de Polestar en el mercado español llega en un momento decisivo puesto que la venta de vehículos eléctricos necesita un impulso. Según los datos facilitados por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), en 2022, las ventas de estos coches suman 36.452 unidades, lo que representa un 31,3% más que en el mismo periodo del año anterior, aunque la cuota del acumulado del año es de 3,79%. Es decir, hay mucho margen de mejora y de crecimiento.

Bien es cierto que esa cuota de mercado se eleva hasta el 19,1% sí también se incluye en la ecuación los vehículos con motorizaciones híbridas, lo que significa que uno de cada cinco coches que se venden en España ya son electrificados. No obstante, la paulatina desaparición de los motores de combustión implica que el verdadero nicho de mercado es al que apunta sin titubeos Polestar, que pretende posicionarse como una de las principales opciones para el consumidor a la hora de adquirir un coche eléctrico. Un camino que ya ha comenzado a transitar con paso firme y excelentes resultados.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Polestar. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.