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Un proyecto junto a

Calidad del aire

¿Qué estamos respirando? Así se puede mejorar la calidad del aire

Luchar contra la contaminación y mejorar la calidad del aire que respiramos nos concierne a todos: ciudadanos, gobiernos y empresas. Un problema de primer orden que ha de protagonizar la agenda de cara a la necesaria transición ecológica

Dani Cabezas

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El pasado 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó los estándares recomendados en lo referente a la calidad del aire que respiramos. Lo hacía poniendo unos baremos aún más estrictos que los anteriores con un objetivo claro: llamar la atención sobre un problema mayúsculo que afecta a la práctica totalidad de la población. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la contaminación ambiental causó la muerte prematura de unos 400.000 europeos en el año 2019. La mayoría de ellos, 373.000, por exposición directa a partículas inferiores a 2,5 micras de diámetro, las conocidas como PM 2,5.

Las organizaciones ecologistas también han puesto el foco en el problema. En su último informe sobre la calidad del aire en España, publicado el pasado mes de junio, Ecologistas en Acción alertó de que la práctica totalidad de la población española respiró aire contaminado durante el año 2021, un problema que se agrava en las principales áreas urbanas del país.

SOSTENIBILIDAD

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COMERCIO DE PROXIMIDAD

RECICLAJE

CUIDADO DEL PLANETA

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Una mirada diferente comprometida con la imaginación y con el mundo que le rodea.
Así podríamos definir a Diego Ingold, un enamorado del teatro y del arte entendido como autorrealización. Donde cualquier otro ve un libro viejo, un cable pelado o una botella de plástico tirada donde no debía estar, él ve arte. Con esos materiales (rescatados y reciclados), el artista mallorquín nos anima en +Naturales a cuidar del medioambiente y, de paso, mejorar nuestra vida.

La contaminación ambiental es, principalmente, un problema de salud. Pero su huella también causa serios daños en la economía. El Banco Mundial calcula que el coste económico de la mortalidad prematura y de la pérdida de días de trabajo por la contaminación del aire ambiente y en el interior de las viviendas se situó el 2013 en 38.000 millones de euros, equivalentes al 3,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) español en ese año. Eso, sin considerar los daños provocados a los cultivos, los ecosistemas naturales u otros bienes de cualquier naturaleza.

Pequeños y grandes pasos

En este contexto, la concienciación de todos los miembros de la sociedad es esencial. El compromiso no pasa únicamente por los gobiernos, sino también, y muy especialmente, por los ciudadanos a título individual y por las empresas, muchas de las cuales ya están poniendo su grano de arena en aras de una transición ecológica que ha de venir, cuanto antes mejor.

Una de las principales causas de la contaminación ambiental está en el transporte. En ese sentido, el progresivo paso a vehículos más sostenibles ha de marcar la pauta en aras de reducir nuestra huella de carbono: actualmente, se calcula que el número de coches eléctricos que circulan por las calles y carreteras españolas es pequeño, en torno a las 190.000 unidades, por debajo de otros países de nuestro entorno. Pero el número crecerá de manera exponencial en los próximos años: la Agenda 2030 exige la presencia de cinco millones de vehículos eléctricos, lo que representaría un 16% del parque automovilístico.

Para comprender la importancia de este cambio basta con calcular la huella de carbono de un coche. Si lo utilizamos diariamente para ir a trabajar, sin ningún otro acompañante, y recorremos una distancia de 12 kilómetros al día, nuestra huella de carbono se sitúa en 832,2 kilos de CO² al año. Si cambiáramos un vehículo de gasolina por uno eléctrico, a lo largo de la vida útil del coche reduciríamos esa huella en más de la mitad.

La apuesta por el transporte público es, igualmente, clave para la transición ecológica. Y aquí sí, los datos son para sentirse orgullosos. Un 30% de los españoles usa el transporte público, según un estudio del Observatorio de la Movilidad Metropolitana, lo que nos sitúa entre los que más lo usan en Europa, donde la media es del 21%.

La bicicleta, el vehículo sostenible por excelencia y un arma poderosa para reducir nuestra huella de carbono y mejorar la calidad del aire, también se abre paso poco a poco. En 2021 se vendieron más bicicletas que nunca: más de 1,5 millones. Se trata del segundo año consecutivo en el que se superó el millón y medio de unidades vendidas, según el último informe anual de AMBE (Asociación de Marcas y Bicicletas de España).

En el buen camino

Todos esos cambios se plasman en realidades que nos deben hacer seguir mejorando: España se sitúa en el puesto 14 sobre un total de 29 países de Europa en el primer Índice de Transición Verde (ITV) elaborado por la consultora estadounidense Oliver Wyman, en la que los Países Bajos, Dinamarca y Noruega lideran, respectivamente, la clasificación.

Empresas como Naturgy han decidido apostar con firmeza por la transición energética. “Gobiernos, reguladores, mercados, empresas y, en definitiva, las personas estamos cada vez más unidos ante retos como el cambio climático, la economía circular o la desigualdad”, explica el presidente ejecutivo de la compañía, Francisco Reynés. Para ello, la compañía ha puesto en marcha un Plan de Sostenibilidad, alineado con el Plan Estratégico 2021-2025, en el que Naturgy define seis palancas con 21 líneas de acción y 74 objetivos comprometidos y alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. “Supone una hoja de ruta retadora y coherente con la transformación que Naturgy ha estado llevando a cabo durante los últimos cuatro años. Este Plan Estratégico, con una inversión de 14.000 millones de euros, tiene como objetivo primordial el crecimiento, manteniendo la disciplina financiera, consistente con la transición energética y que nos debe ayudar a acelerar esta transformación”, agrega Reynés.

El impulso de la transición energética y la apuesta por la generación renovable son las líneas maestras de este compromiso, cuyo objetivo es alcanzar la neutralidad en emisiones en 2050 y una potencia instalada de fuentes renovables del 60% en 2025. De hecho, la apuesta renovable de la compañía se ha materializado en la puesta en marcha en 2021 de 562 MW de nuevos proyectos renovables a nivel global, tanto eólicos como fotovoltaicos, con un incremento de la potencia renovable instalada hasta el 33%. Estas nuevas instalaciones contribuyen asimismo a acelerar el proceso de descarbonización para hacer realidad el compromiso de la compañía de ofrecer un mix energético más sostenible.

El progresivo paso a vehículos más sostenibles ha de marcar la pauta en aras de reducir nuestra huella de carbono

En línea con este objetivo, la compañía presentó en 2018 la solicitud de cierre de todas sus centrales de carbón en España, cesando en 2020 por completo la generación de carbón y como parte de un plan que terminará en 2025 con el desmantelamiento de la última central térmica, la de Narcea (Asturias), que prevé, además, reutilizar o reciclar el 90% de sus residuos y renaturalizar la zona.

Estas decisiones empresariales están acompañadas de iniciativas en el ámbito de la biodiversidad, de las que Naturgy realizó 302 durante el pasado año. Entre ellas, Bosque Naturgy, su primer bosque corporativo reforestado, para contribuir a la creación de capital natural, generando ecosistemas autóctonos, y avanzar hacia la neutralidad climática. Un proyecto que responde al compromiso de creación neta de capital natural y con un impacto positivo sobre la población de la zona, objetivos siempre de las soluciones climáticas planteadas por la compañía. 

Todo ello son ejemplos claros de lo que las empresas pueden (y deben) hacer para reducir su huella de carbono.

DE ESTE CONTENIDO

El 50% de las personas implicadas en este contenido se mueven por sus ciudades en bicicleta

Todo el equipo que participa en este proyecto usa botellas de agua reutilizables

Las revistas y enciclopedias utilizadas para este vídeo proceden de la basura y del Mercat dels Encants de Barcelona

En la producción de este contenido se han emitido 0,01884 toneladas de CO², el equivalente a un viaje en avión Madrid-Barcelona o a un árbol absorbiendo emisiones durante un año. El 31,4% de las emisiones ligadas a la producción de este contenido se corresponden con la creación de los vídeos animados, mientras que la producción y el desarrollo del contenido ha supuesto un 68,6% de las emisiones totales. Naturgy, a través de la iniciativa #BuenaHuella, va a compensar el total de las emisiones producidas por el proyecto +Naturales.

Créditos

Content Strategy

Prado Campos

Diseño UI y Dirección de Arte

Alessandro Marra & Sofía Sisqués

Video Artist

Diego Ingold

Maquetación

Saúl Fernández

Producción Ejecutiva

Delia Blesa