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El sector vitivinícola español, comprometido con el consumo responsable del vino

Entre 2021 y 2022 se publicaron alrededor de cinco mil artículos científicos sobre el vino que demuestran que el vino puede formar parte de un estilo de vida saludable

Galo Martín

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El vino es parte de un estilo de vida saludable, si se consume con moderación, es decir, una o dos copas de vino al día, dependiendo de nuestra complexión y sexo. Un patrón de consumo responsable que encaja en el marco de la Dieta Mediterránea, declarada en 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Dieta que se caracteriza por la abundancia de alimentos vegetales, el empleo de aceite de oliva, el consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, productos lácteos, carne y huevos y, por supuesto, vino. La Organización Mundial de la Salud señala que esta dieta está directamente asociada con una menor tasa de mortalidad gracias a sus efectos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, cognitivas, la diabetes tipo 2 y algunos tipos de cánceres, entre otras.

La Fundación para la Cultura del Vino y la Nutrición (FIVIN) promueve la difusión de las numerosas investigaciones científicas relacionadas con los beneficios que el consumo moderado del vino aporta a la salud, además de trabajar en una comunicación rigurosa y con base científica de los posibles efectos saludables del vino en adultos sanos. Para FIVIN es importante comunicar las últimas evidencias científicas para que la población esté informada y  tome las decisiones adecuadas para su salud. Decisiones que se pueden apoyar en los datos que extraen los estudios realizados al respecto y que demuestran los beneficios para la salud del consumo moderado del vino en el caso de adultos sanos. 

La moderación es la clave

El sector vitivinícola de todo el mundo tiene muy presente la concienciación del consumo moderado y para ello trabaja en programas internacionales como Wine in Moderation una iniciativa nacida en 2008 donde nuestro país es uno de los más activos, ya que cuenta con casi mil adheridos. En España, además, contamos con un Código Comunicación Comercial del Vino que está auditado por Autocontrol y que se centra en cuidar la publicidad del vino, respetando siempre la moderación en el consumo.

También existen plataformas como la Ciencia del Vino, de la FIVIN, en las que a través de su comité científico se valoran y analizan los diferentes estudios e informaciones sobre los efectos del consumo moderado de vino sobre nuestra salud. Todas estas acciones reflejan el compromiso del sector del vino por un consumo responsable.

Entre 2021 y 2022 se publicaron alrededor de cinco mil artículos científicos sobre el vino, unos cuatrocientos de los mismos están relacionados con los efectos del vino en la salud de los consumidores. Muchos de esos estudios científicos demuestran que el vino puede formar parte de un estilo de vida saludable y que su consumo tiene contrastados beneficios en la salud, en el caso de adultos sanos, si se consume de manera moderada. 

Un estudio publicado el pasado mes de mayo en la revista científica Frontiers In Nutrition demuestra que el vino podría ser un aliado de la salud cognitiva en personas mayores. Este estudio observa una relación inversa entre el consumo moderado de vino y el riesgo de deterioro cognitivo en personas mayores de 65 años, ya que la manera en la que se consume es la clave para definir el impacto sobre la salud. Es decir, la cantidad, la clase de bebida, el patrón de consumo o el contexto.

Por otro lado, la revista médica The Lancet publicó en el mes de julio un informe del “Global Burden of Diseases” en el que se afirma que el consumo moderado y responsable de vino podría tener beneficios en las personas que superan los 40 años, sobre la salud cardiovascular o la diabetes, siempre y cuando se consuman dosis moderadas, equivalentes a entre una y dos copas de vino al día.

A pesar de estos y otros muchos estudios que han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado del vino, FIVIN recuerda que la mayoría de los investigadores advierten que ello no es suficiente motivo para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud. Cualquier estudio sobre el vino y la salud no reemplaza el consejo médico de un profesional.

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