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Ciclismo, serpientes y estelas

El paso de una etapa de La Vuelta es una experiencia de frenesí y perplejidad. Al esfuerzo de los corredores se suma el apoyo de los vehículos más eficientes y fiables: la gran flota de vehículos ŠKODA.

Fran Reyes

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Tenemos el mejor estadio del mundo”. Lo dice Luis Ángel Maté, emblemático corredor de Euskaltel-Euskadi, y lo siente todo el pelotón. El ciclismo goza de un terreno de juego que es el mundo entero: la tierra, los árboles, el asfalto por el que descienden a 90 kilómetros por hora o ascienden a pedaladas espaciadas, retorciendo el torso como si estuvieran exprimiendo su alma.

Esperar el paso de La Vuelta por un puerto de montaña es una experiencia emocionante. En primer lugar te rodeas de la quietud de un paraje bello y cruel: una carretera empinada que surca una ladera agreste y por momentos hostil. Conforme se aproximan los corredores, el silencio se ve interrumpido por un coro de sonidos que anuncian la llegada del espectáculo. Las primeras motos, los primeros coches ŠKODA ; el monótono helicóptero de televisión, la histriónica transmisión de Radio Vuelta; el deslizar mecánico de las bicicletas, el respirar humano de los ciclistas.

Hay tantas sensaciones como corredores. En esta edición de la gran ronda española partieron 175. A pie de carretera se puede leer en sus rostros el frenesí de la competición puntuado por la exasperación de la exigencia suprema. El ciclista toca su límite cada día: es su sino y su cualidad. Es imposible ponerse un dorsal en La Vuelta sin haber desfallecido mil veces antes por carreteras de medio mundo.

La escapada pasa embravecida y el pelotón discurre fugaz. Los locutores radiofónicos de los 80 dieron en denominarlo como “la serpiente multicolor”, y acertaron de plano. En primer lugar, porque las coloridas vestimentas de los distintos equipos pasan por las pupilas del espectador como golpes de ‘flash’: la fascinación apenas permite reconocer la túnica roja del número uno de la general individual y la verde del líder de la clasificación por Puntos, patrocinada por ŠKODA . En segundo, porque dota a ese grupo humano llamado pelotón de una entidad colectiva y animal: efectivamente, en un puerto de montaña se estira, estremece y reacciona como una auténtica fiera. En tercero, porque inocula veneno en quien se acerca demasiado a él: es imposible ver una carrera ciclista desde la cuneta por primera vez y no sentir deseos de que la segunda llegue cuanto antes.

La flota de Škoda la componen unos 125 vehículos que prestan servicio a toda la logística de La Vuelta, desde el coche del director de carrera hasta los coches de apoyo y de equipos

A la estela del pelotón pasan los coches de equipo. Se trata de vehículos que cada año completan miles de kilómetros separados por apenas unos centímetros del anterior y el siguiente de la fila. Sus conductores, normalmente los directores deportivos, deben reaccionar con presteza y reflejos a todas las situaciones que se les pueden presentar a lo largo de las cinco horas que suele durar una etapa de gran vuelta, y necesitan una máquina fiable, sólida y segura. Ocho equipos participantes en esta edición de La Vuelta apuestan por los modelos Superb y Octavia Combi de ŠKODA ; entre ellos, los españoles Burgos BH, Equipo Kern Pharma y Euskaltel-Euskadi. También lo hace Unipublic, organizadora de la carrera. En total, la gran flota Škoda la componen unos 125 vehículos que prestan servicio a toda la logística de La Vuelta, contando con coches de apoyo, de jueces o patrocinadores. Entre todos ellos destaca el ŠKODA Enyaq iV del director de carrera, rojo terciopelo, totalmente eléctrico y esencial para el desarrollo de la competición.

Entre los coches, más ciclistas. Buscan en ellos el consuelo de una referencia de velocidad, de unas palabras de aliento. También el apoyo de un rebufo redentor, de un bidón salvador. En contadas ocasiones, los vehículos se convierten en el cobijo último: la posada del guerrero cuando renuncia a su empresa y se rinde. El campeón israelí, Itamar Einhorn, pasa frente a nosotros media hora más tarde que la escapada. Claudica; echa pie a tierra y se sienta en el capó del ŠKODA de su equipo, Israel-Premier Tech. Rápidamente emerge de él su novia, que le abraza y besa para confortarle. La próxima será mejor.

Parte esencial de La Vuelta desde 2011

ŠKODA es el patrocinador oficial de La Vuelta desde 2011 y desde entonces suministra el vehículo más destacado de la carrera: el coche del director de carrera. Hasta 2019, esta función esencial para el desarrollo de la carrera recayó en el fiable ŠKODA SuperB. Ahora, el coche líder de La Vuelta es también el más sostenible: el ŠKODA Enyaq iV es totalmente eléctrico y funciona en perfecto silencio y suavidad para rodar sin problemas entre otros coches y los ciclistas. Se utiliza como centro de mando móvil gracias a sus adaptaciones especiales como la radio bidireccional conectada a seis antenas exteriores y un amplio techo solar retráctil. Además está equipado con un paquete de baterías que le proporcionan una autonomía de hasta 510 km. Un cambio que refuerza el compromiso de ŠKODA y de La Vuelta por hacer del ciclismo un deporte cada vez más verde.

Los ŠKODA SuperB son coches híbridos e incorporan tanto el motor 1.4 TSI sobrealimentado convencional como un motor eléctrico que añade unos 115 caballos extra a la potencia. Son utilizados tanto por los comisarios de carrera como por los equipos como vehículos de apoyo, ya que se trasladan de manera eficiente y rápida para estar lo más cerca posible de los corredores de La Vuelta por si necesitan ayuda o asistencia (bicicletas de repuesto, piezas, kits, chubasqueros o refrescos).

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con ŠKODA. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.