Laura Fortuño

19 agosto, 2022 - 13:10

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Dime cómo preparas tú los pimientos de Herbón”. No me puedo resistir a lanzarle la pregunta a Milagros González, pero es que una no tiene la oportunidad todos los días de conversar con la presidenta de la cooperativa A Pementeira y del Consello Regulador de la Denominación de Origen. “A mí fritos ya me encantan, con aceite y sal”. Y es que cuando la materia prima es exquisita, no hace falta nada más. Aunque antes de seguir, yo, que toda la vida he escuchado el refrán gallego de pementos de Padrón, uns pican e outros non, le pido que aclare la confusión: ¿Padrón? ¿Herbón? ¿Cuáles son los ‘buenos’? “Los pimientos de Herbón son los auténticos, los que toda vida se conocieron como pimientos de Padrón, pero estos son los auténticos”, aclara Milagros con la paciencia de quien ya ha repetido esta explicación en varias ocasiones.

“Las pimenteiras, cuando iban a vender a las plazas y a los mercados, no decían el nombre de Herbón porque es una aldea muy pequeña que pertenece al municipio de Padrón. Ellas para que fuera más conocido, decían que los pimientos eran de Padrón”, cuenta Milagros. Y así se hizo la fama de los pimientos de Padrón. En el año 82, 83, cuando los pimenteiros fueron a solicitar la Denominación de Origen, se descubrió que una casa de semillas se había apropiado del nombre llamándole ‘semillas de pimiento de Padrón’. “Y entonces nosotros ya no lo podíamos usar. Los trámites se quedaron en el olvido por la desilusión que tuvimos, y los volvimos a retomar en el año 95. Decidimos que si no podíamos llamarlos pimientos de Padrón, pues lo llamaríamos pimientos de Herbón, porque es el sitio original y auténtico”, termina de narrar.

“Yo me casé con 21 años y me vine a Herbón, en A Coruña, y con 22 empecé a trabajar en los pimientos. Desde entonces, llevo 40 años. Soy productora de pimientos, tengo mis fincas, mis invernaderos, produzco pimientos y los vendo, pero también estoy siempre ahí, en la prensa, en la radio, visibilizando los pimientos y a las pimenteiras, y también estuve con los papeleos cuando nos concedieron la DOP, encabezando a la gente”, recuerda.

Y de una historia bien real que cumplió un sueño, a una leyenda que alimentó otro. Tiene varias versiones y una de ellas nos remonta al siglo XIII, cuando un peregrino gallego que pasaba por la localidad portuguesa de Barcelos fue condenado a la horca tras ser acusado de robo. Como última voluntad pidió ser llevado ante el juez, que en ese momento se estaba comiendo un gallo. El acusado le dijo que como prueba de su inocencia, el gallo se levantaría y se pondría a cantar. El juez hizo caso omiso, pero cuando el peregrino estaba a punto de ser ahorcado, el gallo se levantó y cantó. Desde ese momento, la figura del gallo de Portugal se asocia a la fe, la justicia y la buena suerte.

Los hermanos Moisés y Vitor Baraça continúan con la tradición familiar en su taller de Barcelos. Su abuela, Ana Baraça, comenzó a principios del siglo XX a hacer piezas artesanales, principalmente gallos, cuando solo era una niña. Modelaba todo lo que la rodeaba de forma tierna, sencilla y puramente artesanal. «Todo lo que tenemos se lo debemos a nuestra abuela», reconoce Vitor Baraça. Él y su hermano Moisés son escultores de figuras de Barcelos, y apuestan por la innovación preservando la personalidad del figurado de la familia: «Trabajamos el figurado de Barcelos, tenemos los famosos gallos hechos a mano, piezas relacionadas con la agricultura, la religión, Dios, el diablo o las profesiones. Trabajamos fundamentalmente con la cerámica, y nuestros métodos de trabajo son muy artesanales», explican los hermanos Baraça.

“Nos identificamos mucho con Galicia porque es una región muy parecida a la nuestra en cuanto a lengua y cultura”

Vitor Baraça

Ellos y la pimenteira Milagros González forman parte de la exposición “Las Estrellas del Camino”, con la que Estrella Galicia rinde homenaje a las personas anónimas que mantienen vivo el espíritu del Camino de Santiago. La exposición, que ya tuvo un gran éxito el año pasado cuando conectó las últimas siete etapas del Camino Francés, une ahora el Camino Portugués entre Oporto y Santiago de Compostela a través de una colección de murales que hacen del diálogo su hilo conector, para reivindicar la importancia que este tiene en el Camino, ya que a través de las palabras, los peregrinos, sin importar su procedencia, comparten experiencias y se brindan apoyo en su ruta hasta la catedral.

Por eso, los murales, pintados por la artista gallega Lula Goce y el portugués Daniel Eime, se van alternando a lo largo de todas las etapas, manteniendo un diálogo artístico entre ellos que evidencia también el hermanamiento entre los pueblos de Galicia y Portugal. “A nosotros nos gusta mucho Galicia”, asegura Vitor Baraça. “Además de ser vecinos, es una región muy parecida a la nuestra y nos identificamos con ella en cuanto a lengua y cultura, además, le hemos hecho muchas visitas”.

Los pimientos de Herbón se comercializan sobre todo en Galicia, pero gracias a la venta online ya pueden llegar a cualquier parte del mundo. «Su sabor es inconfundible, son un manjar, qué te voy a decir yo», asegura Milagros, a quien le hemos preguntado por una receta sencilla pero que sea una delicia para el paladar. Toma nota: coge un puñado de pimientos de Herbón y no aceptes imitaciones. Los que están amparados por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP). Ahora sácales el rabo (aunque en los bares no lo hagan así, nosotros seguimos al pie de la letra los consejos de Milagros, gallega de pura cepa y sibarita del pimiento). Fríelos en aceite de oliva virgen extra a temperatura moderada, y remuévelos. Que floten. Sácalos y ponles sal gruesa. Coge una tosta, añade un poco de lomo a la plancha, un queso gallego, los pimientos por encima, y mételo todo en el horno hasta que el queso se derrita un poco. Mimadriña qué bo, que dirían los gallegos.

Y para quemarlo, pensemos ahora en caminar. Los hermanos Baraça todavía no han hecho el Camino de Santiago, es un plan que tienen a la vista, seguramente a principios de septiembre (lo están deseando) y Milagros incluso es reincidente: desde Herbón ya lo ha hecho en dos ocasiones, siempre con su familia: «Lo hicimos en noviembre porque en verano a las 7 de la mañana ya estoy recogiendo pimientos. Después, a mediodía, nos ponemos a seleccionar, porque con la Denominación de Origen tenemos que cumplir con unos tamaños (entre 3,5 y 5,5 cm) y tenemos que separar los que son muy picantes, los que tienen alguna mancha… para mí es to es más complicado que recogerlos», reconoce la pimenteira, que cuenta con la ayuda de su familia: «Mi hijo estudia y mi hija es farmacéutica, pero cuando hay que echar una mano, se vienen».

Tanto Milagros como los hermanos Baraça están encantados con sus murales del Camino de Santiago y emocionados con la manera en la que Lula Goce les ha retratado: «Para mí ella tiene una mirada que sonríe, transmite positividad», asegura la artista, que también nos ha narrado cómo el mural de los hermanos Baraça cambió en el último momento: «En principio tenía que representar solo a Moisés. Pero cuando fui a conocer su taller, porque quería ver cómo trabajaban, vi que estaban los dos hermanos tan unidos, que pensé que no podía retratar solo a uno. Así que lo hablamos y reescribimos el boceto para pintar a los dos. Quedó genial porque Moisés está en un primer plano, Vitor está trabajando en su taller, y los dos tienen una cara de felicidad que me encanta. Además estoy muy contenta porque me regalaron un gallo». Y es que Lula y los hermanos Baraça tienen un talento común: los tres son capaces de crear obras de arte de las que todo el mundo habla solo con sus manos.