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Acción social

Legos y ciencia: la historia de Ada y Marta, dos generaciones y una vocación

Ada Villar tiene claro a sus 14 años que quiere estudiar una carrera relacionada con la ciencia y la robótica. Marta Redondo, con 37, también lo tuvo claro de niña y hoy ha hecho de ese sueño su profesión. Ambas representan las vocaciones y las oportunidades laborales de las habilidades STEM, un terreno en el que las mujeres siguen siendo minoría

Prado Campos

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Ada Villar tiene claro a sus 14 años que quiere estudiar una carrera relacionada con la ciencia y la robótica. Marta Redondo, con 37, también lo tuvo claro de niña y hoy ha hecho de ese sueño su profesión. Ambas representan las vocaciones y las oportunidades laborales de las habilidades STEM, un terreno en el que las mujeres siguen siendo minoría

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Les separan 23 años, pero cuando hablan de ciencia, de las posibilidades de la robótica y, sobre todo, de los Lego parece que esa diferencia de edad no existe. Ada Villar, a sus 14 años, hace en el colegio robots con piezas de Lego y sensores para que, por ejemplo, sepan dibujar solos. Cuando lo escucha, Marta Redondo, de 37 años, recuerda que de niña le chiflaban esos juguetes de plástico que le abrían un mundo infinito de posibilidades, pero en clase, por aquel entonces, lo más tech que se hacían eran circuitos con cables, bombillas y timbres.

A pesar de la diferencia generacional, a ambas les une su pasión (y vocación) científica y son dos ejemplos que ayudan a romper barreras dentro la realidad de la presencia femenina en los estudios y trabajos relacionados con las carreras conocidas como STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). Solo el 35% de los estudiantes matriculados en carreras STEM en educación superior son mujeres, según el informe Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia STEM, de la UNESCO. En España, el estudio El estado de la ciencia 2020, de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), refleja que solo un 13% de las estudiantes de estas carreras son mujeres. Estas diferencias tan profundas entre hombres y mujeres no se dan por casualidad: los estereotipos de género, las normas sociales, las expectativas y la discriminación, sumado a la falta de representación y de referentes, hacen que, aunque vaya aumentando, aún hoy la elección de estudios y profesiones STEM por parte de las mujeres siga siendo minoritaria.

“Yo estudié la carrera de Ingeniería Industrial y fui la única de todo el instituto. Además, éramos muy pocas chicas en la universidad: el primer año solo dos y terminamos cinco en mi promoción”, recuerda Marta Redondo. Ella, que de niña se imaginaba como una bata blanca de investigadora, hoy trabaja como Operational and Maintenance Improvement en Endesa Generación o, dicho de otro modo, «a través de los datos, de la eficiencia o de la Inteligencia Artificial buscamos soluciones para mejorar la eficiencia de nuestras centrales de generación eólica, solar o hidráulica”. Ada Villar, con una sonrisa sempiterna en la cara, abre los ojos al escuchar cuál es el día a día del trabajo de Marta. Está en 3º de la ESO en el Colegio SEK Ciudalcampo (Madrid) y tiene clarísimo que quiere estudiar y dedicarse “a algo relacionado con las ciencias, la tecnología y la robótica. En mi casa me dicen que me pega mucho acabar siendo ingeniera”, cuenta risueña.

Ciencia

La ciencia también es para chicas… a pesar de los datos

Según los datos de la UNESCO, solo un 30% de las mujeres del mundo eligen carreras STEM en educación superior y solo el 28% de todos los investigadores del mundo son mujeres. En España, la proporción de investigadoras se mantiene por debajo del 40% desde 2009, tal y como apunta la Secretaría de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación.

3%

es el porcentaje de mujeres que estudia Tecnologías de la Información y la Comunicación

5%

de las mujeres eligen carreras de Ciencias Naturales, Matemáticas o Estadística

8%

de los estudiantes de Ingeniería y Construcción son mujeres

* Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia STEM, de la UNESCO

Si en casa predicen su futuro, entre sus amigos “no llama la atención que a las chicas nos gusten la ciencia y las mates” y en su colegio puede experimentar con la ciencia cada día. “En la asignatura de Tecnología o en el Maker [el aula tecnológica] ya sea trabajando en el ordenador, haciendo diseños 3D, montando circuitos o construyendo robots con Lego vamos introduciéndonos en el mundo de las ciencias y la robótica y aprendiendo a resolver problemas”. Porque si la familia y los amigos son determinantes a estas edades, que es según el informe de la UNESCO cuando la brecha de género en las disciplinas STEM se asienta, la educación es el otro pilar. Iniciativas como Back to School, Ella, te cuenta o Coeducación en las aulas. Desmontando los estereotipos de género en la escuela que lleva Endesa a los centros educativos son fundamentales para despertar esas vocaciones en las niñas y acabar con los estereotipos de género que ponen límites a su futuro.

La brecha de género científica… desde niñas

Es en la primera infancia, en el patio del colegio, cuando empiezan a construirse los roles de género y las creencias limitantes asociadas a esos roles (ellos jugar, ellas cuidar). El estudio Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children’s interests, publicado por la revista Science, deja claro que con tan solo seis años las niñas se consideran menos brillantes que sus compañeros y es en la educación secundaria cuando muchas chicas deciden no cursar materias STEM, aun teniendo notas equiparables o superiores a las de los chicos, como apunta el estudio Brechas y sesgos de género en la elección de estudios STEM. ¿Por qué ocurren y cómo actuar para eliminarlas? del Centro de Estudios Andaluces.

Con tan solo seis años las niñas se consideran menos brillantes que sus compañeros y es en la educación secundaria cuando muchas chicas deciden no cursar materias STEM

En la educación superior los patrones de género cristalizan en enormes diferencias entre qué titulaciones escogen los chicos y las chicas. Los varones son mayoría en las carreras relacionadas con ingeniería, manufactura, construcción, tecnologías y ciencias de la comunicación, mientras que las mujeres lo son en los estudios de educación, artes, salud, bienestar, ciencias sociales, periodismo, negocios y leyes. Pero no solo la participación femenina es baja en las carreras y empleos STEM, sino que la tasa de deserción “es especialmente alta”, agrega el estudio de la UNESCO. Las mujeres abandonan estas disciplinas de forma “desproporcionada” durante sus estudios, en la transición al mundo laboral e incluso durante su trayectoria profesional. “Estas disparidades de género son tanto más alarmantes cuanto que se considera que, en general, las carreras vinculadas con las STEM constituyen los empleos del futuro, la fuerza motriz de la innovación, del bienestar social, del crecimiento inclusivo y del desarrollo sostenible”, agrega.

60%

de las nuevas contrataciones previstas por Endesa para los próximos tres años son de puestos relacionados con carreras STEM.

Solo un 13% de los estudiantes de carreras STEM en España son mujeres.

Marta está de acuerdo con esta afirmación cuando Ada le pregunta si merece la pena el esfuerzo de estudiar una carrera de ciencias. “Oportunidades de futuro tienes todas las que te imagines. Por ejemplo, en la empresa donde yo trabajo cada vez se necesitan más perfiles STEM. Se estima, de hecho, que el 60% de las nuevas contrataciones que hará Endesa en los próximos tres años serán STEM, pero no solo eso yo diría que en cualquier departamento, aunque a priori parezca que no es tecnológico como Comunicación o Recursos Humanos, también se necesitan perfiles STEM”.

Tanto es así que, a pesar de que cada vez se solicitan más empleos ligados a habilidades STEM, las empresas tienen muchas dificultades para cubrirlos. Según cifras de la Comisión Europea, más de 300.000 puestos quedaron vacantes en 2020 para profesionales de datos o 168.000 en ciberseguridad. Por eso, prosigue Marta a Ada, “te animo a que persigas tus sueños y no te pongas límites. Hay muchísimas oportunidades y hacen falta mujeres porque desgraciadamente todavía somos minoría. Hay muchísimo por hacer”. El mejor ejemplo de ello es escucharlas:

Marta: ¿Cuál es el último reto al que te has enfrentado?

Ada: Hace poco llegamos a clase de Tecnología y nos dijeron que teníamos que construir una máquina con Lego que dibujara. Al principio nos pareció imposible, pero nos pusimos a investigar y conseguimos hacer un robot con Lego, añadiendo sensores y motores, que tenía una hoja que rotaba e iba dibujando lo que le dijéramos. ¿Y tú?

Marta: Hace no mucho, nuestros compañeros de solar nos propusieron un reto que les era muy difícil de resolver: decidir cuándo era el momento óptimo para limpiar los paneles solares. Nos pusimos a pensar y jugando con los datos de los sensores de los emplazamientos y los meteorológicos de AEMET elaboramos un nuevo método de cálculo predictivo que nos permite determinar el mejor momento para limpiar los paneles solares, algo que supone uno de los mayores gastos de operación y mantenimiento. Es algo tan novedoso que ha sido la última patente que hemos hecho con Endesa. Y, la verdad, es que me siento muy orgullosa.

Por eso, cuando a ambas se les pregunta qué piensan sobre esa afirmación anticuada de que “la ciencia no es para chicas” coinciden. “La ciencia no es para chicos o chicas. La ciencia es de todos en función de lo que a cada uno nos guste y apasione, pero lo importante es que todos tengamos esas oportunidades”, resume Marta.

Vocaciones tempranas y sin techo de cristal

Newton, Einstein, Edison, Darwin… Los referentes masculinos en ciencia están por todas partes, pero ¿y los femeninos? El llamado efecto Matilda, que ha ignorado el nombre y los logros de las científicas durante siglos, hace que pocos puedan citar a mujeres como Margarita Salas, Esther Lederberg o Rosalind Franklin. Si a esto se une que, tal y como afirman los principales estudios, a los siete años aparecen los roles de género y entre los 10 y los 12 las creencias limitantes, las chicas lo tienen muy difícil en un mundo estereotipado para abrirse camino en las disciplinas STEM. Para luchar contra ello, Endesa organiza los talleres Coeducación en las aulas. Desmontando los estereotipos de género en la escuela en centros educativos de la Comunidad de Madrid y Andalucía. “El objetivo es ir a la raíz del estereotipo, no solo fomentar las vocaciones STEM”, explica Marta Cotrina, responsable de Cultura de Endesa.

Durante la pandemia, la compañía también ha puesto en marcha el programa Ella, Te cuenta, junto a la Fundación Universidad-Empresa (FUE), dirigido a alumnas de la ESO. A través de webinars pudieron compartir experiencias y su visión sobre la ciencia y la tecnología con las profesionales con perfiles técnicos de Endesa. De igual modo, este año han lanzado la iniciativa Back to School en todos los países del Grupo Enel, por el que las empleadas de Endesa van a volver a sus institutos para compartir con las alumnas “cómo sus estudios técnicos las han ayudado a lograr una carrera profesional exitosa”. Además, Endesa pagará las tasas universitarias de una carrera STEM a una de las alumnas. “Queremos demostrar que nuestro compromiso es real y que apostamos por el talento femenino”, agrega Cotrina.