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Supervivientes, jueces, policías, periodistas y líderes políticos recuerdan en el documental ’El desafío: 11M’ el día que cambió España para siempre

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Las DIEZ explosiones

11M

el día que nos cambió la vida

Madrid, 11 de marzo de 2004. Entre las 7.36 horas y las 7.40 horas de la mañana, diez artefactos explosivos estallan en cuatro puntos de la red de cercanías madrileña. Las bombas dejan 192 muertos y 1.857 heridos, convirtiéndose en el mayor atentado ocurrido en Europa.

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7:01
DIEZ BOMBAS
en cuatro trenes
7:38
Explosiones
en Atocha, Téllez, El Pozo y S. Eugenia
8:00
Dos bombas
Se encuentran dos artefactos sin explosionar
Ibarretxe
Condena el atentado y lo atribuye a ETA
LA CAMPAÑA
electoral se suspende
Renault Kangoo
Se localiza una furgoneta en Alcalá de Henares
Evacuación
Todos los heridos han sido evacuados
11:51
Arnaldo Otegi
descarta que haya sido ETA
Aznar llama
a los directores de los medios
Acebes
señala a ETA en rueda de prensa
20:00
Acebes
comunica el hallazgo de la furgoneta
2:40
La mochila
Se encuentra la mochila de Vallecas

Este viernes, cuando se cumplen 18 años de la tragedia, Prime Video estrena El desafío: 11M, una serie documental dirigida por Carlos Agulló que pone el foco en los acontecimientos nunca vistos que rodearon el ataque terrorista. En sus cuatro episodios, esta docuserie cuenta con los estremecedores testimonios de supervivientes y con entrevistas a líderes políticos, altos cargos de la Policía, jueces, periodistas de renombre y otros testigos que ofrecen su propia visión de lo vivido durante esa aciaga jornada y los meses que sucedieron al terrible ataque. Ese día el caos y la confusión se adueñaron de la ciudad de manera vertiginosa. En medio del horror, la impecable coordinación de los servicios de emergencias y la colaboración de cientos de héroes anónimos que salieron a la calle con lo puesto para intentar ayudar a las víctimas del atentado convirtieron Madrid en un ejemplo de solidaridad y unión ciudadana. En el recuerdo quedan ya las imágenes de los vecinos bajando en pijama para auxiliar a los heridos, de los taxis y autobuses ejerciendo de ambulancias improvisadas o de las larguísimas colas para donar sangre.

Superviviente

Adoración

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Traumatólogo

Ricardo

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Subinspector PM

Carlos

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La rápida actuación de los servicios de emergencia permitió que a media mañana todos los heridos hubieran sido evacuados a distintos hospitales de la ciudad. La peor parte sucedió en IFEMA, lugar al que fueron trasladados cientos de cuerpos sin identificar. Los pabellones del recinto ferial se convirtieron así en una gran morgue a la que se iban acercando cientos de personas en busca de sus seres queridos, dejando a miles de familiares desconsolados y privados de cualquier esperanza. A las 48 horas, 155 cadáveres habían sido ya reconocidos y entregados a sus familiares. A la semana, todos.

Alberto Ruiz Gallardón, en aquella fecha alcalde de Madrid, fue uno de los primeros en acercarse al tanatorio improvisado organizado en el recinto ferial de Madrid. “Emocionalmente, lo peor fue IFEMA. Fue una sucesiva muerte de esperanzas”, recuerda ahora.

El dolor en IFEMA

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Las primeras preguntas

El atentado terrorista ocurrió tres días antes de las elecciones generales del 14-M. A las pocas horas de la masacre y tras conocer las dimensiones de la tragedia, los partidos políticos suspendieron la campaña electoral. En esas horas tempranas, las primeras sospechas señalaban a ETA, la organización armada que había sembrado el terror en España durante 40 años. Durante todo el día, diversos miembros del Gobierno apuntaron en público en esa dirección. El documental, no obstante, revela una conversación entre Baltasar Garzón, exmagistrado de la Audiencia Nacional, y Alberto Ruiz Gallardón, por entonces alcalde de Madrid, en la que los propios protagonistas cuentan cómo a primera hora de la mañana Garzón aseguró a Gallardón que esta matanza no habría sido obra del grupo terrorista vasco. En paralelo, sobre las 11 de la mañana, la policía localizaba una furgoneta sospechosa aparcada en las cercanías de la estación de Alcalá de Henares que había sido robada previamente. En su interior se encontraron siete detonadores y una cinta con versículos del Corán. A última hora de la tarde, el Ejecutivo anunciaba la posibilidad de que la autoría fuera del terrorismo islámico tras anunciar el hallazgo de este vehículo. Unas horas más tarde, ya de madrugada, apareció una bomba en una mochila en Vallecas. Los expertos en desactivación de explosivos lograron desactivarla en el Parque Azorín de la capital y, a partir de ese momento, para los TEDAX la autoría de ETA dejó de ser válida. Nos encontrábamos ante el mayor ataque yihadista jamás sucedido en suelo europeo.

La investigación

26M

La finca de Morata de Tajuña, que llevó a los investigadores a los autores materiales

Pedro Melida Comisario General Policía Científica

"El terrorismo se sale de mi lógica. No me planteo en ningún momento qué es lo que quieren ni qué pretenden, sino lo que han hecho y que no hay justificación para ello"

Mientras la versión oficial del Gobierno apuntaba a ETA como los autores de los atentados desde primera hora de la mañana de aquel triste 11 de marzo de 2004, apenas tres horas después de que estallaran las bombas se localizaba en las inmediaciones de la estación de Alcalá de Henares una furgoneta sospechosa modelo Renault Kangoo de color blanco que había sido robada días antes en el distrito madrileño de Tetuán. Tras un primer reconocimiento superficial con guías caninos para evitar riesgos, se trasladó el vehículo hasta la oficina principal de los TEDAX. Allí, sobre las 15 horas, la policía científica inspeccionó la furgoneta en profundidad y descubrieron que en el salpicadero había una cinta con cánticos coránicos. Debajo del asiento del copiloto, además, encontraron una bolsa de basura color azul con un resto de dinamita Goma 2 ECO y siete detonadores. Ese mismo día los TEDAX ya tenían indicios más que razonables para descartar la autoría de ETA. La vía árabe cobraba sentido desde ese mismo momento.

La vía del terrorismo islamista

La teoría de un atentado de corte islamista estuvo ya sobre la mesa apenas una hora después de los atentados. Cuando se localizaron las dos bombas sin explosionar en El Pozo y Atocha, los TEDAX acudieron a desactivar los artefactos explosivos. Sin embargo, antes de neutralizarlos, los operarios observaron un detalle que sería de suma importancia para la investigación: la materia explosiva era de color blanco, lo que quería decir que no era titadine. Horas después de los atentados, George W. Bush, presidente de Estados Unidos, y su mujer, Laura Bush, se personaron en la embajada de España en Washington para rendir homenaje a las víctimas y mostrar su rechazo frontal contra el terrorismo. Esa misma mañana, el presidente americano habló con Javier Ruipérez, el embajador de España en Estados Unidos: sus servicios secretos le decían que la masacre no había sido obra de ETA. ”Cuando el presidente de EE.UU. te dice que las cosas han sido de otra manera, uno toma nota”, dice Ruipérez en el documental 11M: El desafío, quién llamó inmediatamente a Moncloa.

Unas horas más tarde del hallazgo de la furgoneta, la mochila-bomba de Vallecas se convertiría en otra de las pistas clave para llegar a los terroristas. La bolsa contenía un artefacto explosivo que los TEDAX desactivaron en la plaza de Azorín de Madrid. De este modo consiguieron recuperar intactos todos los elementos que componían la bomba y también un teléfono móvil.

Siguiendo el rastro de la tarjeta prepago

La tarjeta prepago de este teléfono móvil fue la vía para llegar a los autores materiales de los hechos. Gracias a ella, el 13 de marzo pudieron localizar a una persona que regentaba un locutorio de Lavapiés: Jamal Zougam, un viejo conocido de la policía que había sido investigado anteriormente por presunta pertenencia a la célula española de Al Qaeda en 2001. La policía pudo demostrar que Zougam había comprado un paquete de 50 tarjetas telefónicas prepago, 12 de las cuales se utilizaron para activar los teléfonos móviles que hicieron detonar las bombas. Otra de las tarjetas fue hallada en la mochila que no explotó.

La vía de ETA

Desde primera hora de la mañana, el Gobierno de Aznar atribuye el atentado a ETA y se establece esta hipótesis como línea de investigación prioritaria debido a los antecedentes del grupo terrorista vasco. Sin embargo, la ausencia de una llamada de aviso, habitual en el modus operandi de ETA, y sobre todo la materia explosiva hallada en las dos bombas que no explotaron no apuntaban en la misma dirección, ya que la sustancia encontrada en los trenes era de color blanco, mientras que el titadine, marca comercial utilizada por ETA desde hacía varios años, es de color rojo.

La reivindicación de la autoria

El 13 de marzo, la policía encontró en una papelera cercana a la mezquita de la M30 una cinta con contenido reivindicativo de los atentados del 11-M. “Aquí declaramos nuestra responsabilidad por los ataques que sacudieron Madrid tras dos años y medio del bendito ataque a Nueva York y Washington. Derramaremos vuestra sangre como si fuesen ríos", aseguraban en la grabación.

Varias tarjetas telefónicas, una finca y un fax que arrojaron luz para llegar a los terroristas

La policía rastreó la tarjeta que había aparecido en la mochila y averiguó que esas y otras tarjetas habían sido activadas brevemente solo una vez, varias de ellas durante la tarde noche del 10 de marzo, cerca de Morata de Tajuña. Tras una intensa investigación, el 26 de marzo de 2004 dieron con la finca en la que se confeccionaron y activaron los explosivos. Allí encontraron detonadores del mismo tipo que los de la furgoneta Kangoo, restos de Goma 2 ECO, vídeos con propaganda de Al Qaeda y huellas de algunos de los autores de la masacre. El 2 de abril, unos operarios de Renfe detectaron un artefacto explosivo aún sin activar en las vías del AVE Madrid-Sevilla. La policía confirmó que la sustancia era igual a la que explotó en los trenes el 11-M, por lo que tenían más presente que nunca que los terroristas seguían vivos y que tenían intención de seguir matando. Al día siguiente, un fax con una nota manuscrita en árabe que llegó a la redacción de ABC confirmó este extremo. "Convertiremos España en un infierno y haremos fluir vuestra sangre como ríos". Se determinó que la letra correspondía al extremista islámico Serhane Ben Abdelmajid, alias El Tunecino. Para entonces, la policía ya había detenido a casi 30 personas implicadas de una manera u otra en los atentados. Solo faltaba llegar hasta los terroristas, pero cada vez estaban más cerca.

El desenlace

3A

La explosión en Leganés, las conclusiones y los interrogantes que nos deja el 11M

Si el análisis de las tarjetas telefónicas sirvió para seguir la pista de los terroristas hasta la finca de Morata de Tajuña, su rastreo también permitió iniciar una operación policial en Leganés 23 días después del atentado. Sabían que una persona vinculada con la célula yihadista había alquilado un piso en el municipio madrileño y se estableció un dispositivo de vigilancia en torno a la vivienda. Cuando uno de ellos bajó a tirar la basura y detectó presencia policial, el desenlace se precipitó en forma de horas de angustia y ardua negociación.

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yihadistas
se inmolan en Leganés

Finalmente, los siete yihadistas que habitaban el piso se inmolaron aquel 3 de abril de 2004. Afortunadamente, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado habían conseguido evacuar antes la zona, aunque no pudieron evitar que durante la intervención fuera asesinado Francisco Javier Torronteras, miembro del grupo especial de operaciones GEO, y otros once agentes resultaran heridos. Habían logrado evitar otra masacre similar a la del 11M. Sin embargo, la sensación era agridulce.

“Ni en sus mejores sueños pudieron imaginar que iban a encontrar a un grupo de pringados que les diera tantos explosivos”

Un miembro de la Guardia Civil que participó en la investigación, sobre los cooperadores en los atentados

El 15 de febrero de 2007, casi tres años después de los atentados, daba comienzo el juicio por terrorismo más importante de Europa. 29 acusados se sentaron en el banquillo: desde quienes habían cooperado necesariamente para que los atentados se materializaran hasta los acusados por pertenecer a una organización terrorista. De ellos, 21 fueron condenados por la Audiencia Nacional y tres fueron posteriormente absueltos por el Tribunal Supremo. Sin embargo, con el suicidio de los terroristas, “la sensación que se queda es la de que no se ha hecho justicia. Es una sensación de frustración”, asegura Javier Gómez Bérmudez, expresidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en el documental de Prime Video El desafío: 11M. Y es que el comando islamista que se inmoló aquel 3 de abril en el piso de Leganés se llevó consigo muchas respuestas a interrogantes que nunca se cerrarán, como quién está intelectualmente detrás del mayor atentado terrorista de la historia de nuestro país. De lo que no cabe duda, como insisten jueces, fiscales, policías y otras personalidades que aparecen en el documental, es que el juicio fue “un ejemplo para el mundo” y la teoría de la conspiración, un auténtico “disparate”.

“Un violador viola a la persona a la que le quiere producir el daño. Un asesino mata a la persona a la que le quiere producir el daño. La víctima del terrorismo es diferente, porque es terrorista lo que busca es alterar gravemente la paz pública o subvertir el orden constitucional, de tal manera que el terrorista utiliza a la víctima para provocarnos daño a todos. El destinatario del daño es la sociedad y, sin embargo, quien lo padece es la víctima”. José María Fuster-Fabra, abogado de las víctimas del 11M. La docuserie El Desafío: 11M explora la tragedia de manera reposada desde el punto de vista de supervivientes, periodistas, jueces, altos cargos de la Policía, líderes políticos y otros testigos y puede verse en Prime Video.

Créditos

Idea original: Marta Gesto, Alessandro Marra y Cecilia Marín

Redacción: Cecilia Marín

Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra

Maquetación: Saúl Fernández

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Prime Video. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.

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Supervivientes, jueces, policías, periodistas y líderes políticos recuerdan el día que cambió España para siempre en el documental El desafío:11M