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LÁGRIMAS

''Ser sensible no es ser blandengue ni llorón, sino empatizar con el entorno''

¿Cómo son los hombres del siglo XXI? ¿Ha cambiado la visión tradicional de la masculinidad o la fuerza y la virilidad son tópicos que siguen vigentes? Ellos responden

María Cáceres

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Creo que los hombres que demostramos nuestras emociones (y todo lo que nos pasa) somos más libres y tenemos menos complejos”. Los hombres que demuestran sus emociones “son más femeninos. Cada vez hay menos hombres de verdad, tienen menos testosterona”. Dos puntos de vista y dos realidades bien distintas sobre cómo son los hombres. El debate, en pleno siglo XXI, está servido: masculinidad tradicional vs. nueva masculinidad. O, lo que es lo mismo, los hombres no lloran frente a los hombres que reivindican su sensibilidad (y su derecho a expresarla). 

Tradicionalmente, las sonrisas, las lágrimas (de alegría o tristeza), la vulnerabilidad y la sensibilidad se han asociado a lo femenino. Por oposición los hombres debían ser fuertes, poderosos y seguros de sí mismos. Lo habrán escuchado miles de veces: “los hombres no lloran, tienen que pelear”. Este es uno de los tópicos masculinos que aún perviven en nuestra sociedad. Basta ver los resultados del estudio Men in Change, realizado por Punto de Fuga: un 42% de los encuestados se sienten “menos hombres” por expresar sus sentimientos y emociones. Para ayudar a derribar el gran tabú masculino, el de las emociones, Pikolin ha creado Haz algo que te quite el sueño, una campaña con la que la célebre marca de colchones quiere seguir rompiendo con los estereotipos y reivindicar que los hombres más fuertes son los que dejan atrás los clichés, disfrutan de sus pasiones, se emocionan y, por supuesto, lloran. 

``Ampliar el registro emocional te da más opciones para ser y, por tanto, menos rigidez y negación``

“No sé si un hombre que demuestra sus emociones es más feliz, sino más bien más auténtico, fiable y empático”. “Ampliar el registro emocional te da más opciones para ser y, por tanto, menos rigidez y negación”. “Más felices no lo sé, pero más auténticos como personas sí”. Así lo afirman tres de los más de 850 hombres en una encuesta realizada por Pikolin y Vocento para conocer cómo viven las emociones los hombres de hoy. 

La realidad que se desprende de esta encuesta es que los tópicos siguen pesando (y mucho) al hablar de masculinidad. Más del 80% de los encuestados afirma que siguen existiendo muchos estereotipos sobre la idea de cómo debe ser un hombre. Tanto es así que más del 55% opina que el concepto de masculinidad tradicional está desfasado. Si ahondamos en la relación del hombre y sus emociones y contradiciendo al “los hombres no lloran”, uno de los tópicos más asentados de la masculinidad, más del 76% de los encuestados afirma que los hombres que muestran sus emociones no son blandos.

Expresar las emociones “contribuye a la estabilidad emocional”, asegura uno de los encuestados preguntado sobre si expresar las emociones hace que los hombres sean más felices. “No es que sean más felices, porque la situación sigue siendo la misma, pero sí se quitan mucha tensión y ansiedad de encima”, responde otro. “Sí, y no tiene que ser llorando. También se puede ser sensible controlando la emoción y dirigiéndola. Ser sensible no es ser blandengue ni llorón, sino empatizar con el entorno”, agrega otro.

La buena gestión emocional es otra de las respuestas que se repite entre los hombres participantes de este encuesta, subrayando la importancia de ser conscientes de sentir más que de exteriorizarlo. «Los hombres sienten y aman y estos son sentimientos que cuando se reprimen producen problemas a nivel psicológico y de salud». «Cuando las gestionamos más que cuando las mostramos. Comunicar tus emociones a alguien cercano o a quien las genera es sano, pero no es lo único que se requiere. Enfrentarte a las emociones y sus fuentes, asumirlas y aceptarlas como tuyas es más importante». «La solución no pasa por mostrarse a los demás, sino a uno mismo, entenderse. Lo primero puede ayudar, mientras que lo segundo, efectivamente, ayuda», aseguran tres de los encuestados.

80.7255.4976.64

80.72%

de los encuestados

cree que existen estereotipos sobre la idea de cómo debe ser un hombre

55.49%

de los encuestados

opina que el concepto tradicional de masculinidad está desfasado

76.64%

de los encuestados

afirma que los hombres que muestran sus emociones no son blandos

37.3819.5113.20

37.38%

de los encuestados

afirma que no recuerda la última vez que lloró

19.51%

de los encuestados

afirma haber llorado en la última semana

13.20%

de los encuestados

ha llorado alguna vez en el último mes

``Ser sensible no es ser blandengue ni llorón, sino empatizar con el entorno``

Sin embargo, las respuestas no son tan unánimes y los clichés más tradicionales también salen a flote ante la misma pregunta. “Una cosa es llorar y otra ser un llorica”, dice uno de los encuestados. “Si hay que llorar, hay que hacerlo en la intimidad”, afirma otro. “Mostrarte vulnerable ante desconocidos no es necesariamente algo positivo. Los hombres siempre podemos mostrar nuestras emociones con nuestras personas cercanas y familiares”. “Un hombre debe ser pilar de su comunidad y para poder ser un ente férreo sobre el que los demás puedan apoyarse en sus momentos de debilidad se ha de mantener una mayor fortaleza. Esto implica que el hombre no puede ceder el mando a las emociones que siente en los momentos difíciles, pues sentir, aunque pueda ayudar a comprender, no soluciona un problema, para esto se ha de ser racional, lógico y cerebral”, añade otro de los más de 850 encuestados.

«La felicidad del hombre depende directamente de sus logros, del facto que la mujer aprecia lo que el hombre es capaz de hacer, del agradecimiento que esta demuestra hacia el por su compromiso en sacar adelante la familia». «Mi sensibilidad masculina la vivo privadamente. Llorar y expresar emociones sin racionalidad lo hacen los niños chicos. Pretender expresar continuamente tus emociones es de ser un egocéntrico que solo quiere atención». «Los sentimientos se hablan, se discuten, no se lloran. En todo caso se abordan». «Si hay que llorar mejor hacerlo en la intimidad. Es una situación embarazosa», añaden.

¿QUÉ EMOCIONA A LOS HOMBRES?

El 37% de los encuestados asegura que no recuerda cuándo fue la última vez que lloró, mientras que casi un 20% reconoce que ha llorado en la última semana y casi un 11% confiesa en los últimos quince días. Un 13% lo ha hecho en el último mes y un 19% en los últimos seis meses. Y, ¿qué les hace llorar, les emociona y visibiliza su sensibilidad masculina?

La familia, y en especial los hijos y nietos; las injusticias y el arte, ya sea la música o la literatura, son las cosas que más emocionan a los hombres encuestados por Pikolin y Vocento. «Estar con mis niñas. Los niños ablandan el corazón mas duro del hombre más hombre». «Ver la felicidad reflejada en mis hijos y nietos». «Desde una canción hasta un abrazo de alguien que quiero. Hay que quitarse el peso de la tradición de una vez por todas», señalan algunos de los participantes. Además, en esta lista, en la que no faltan respuestas más tradicionales como el fútbol y el sexo, también hablan de la generosidad hacia el otro, del honor, la belleza, la solidaridad, la superación y el altruismo.

CUÁNTO CUESTAN LAS LÁGRIMAS DE UN HOMBRE

“La sensibilidad siempre se ha usado como arma arrojadiza contra nosotros”, asegura el artista urbano Beli. Para romper con ello, se ha aliado con Pikolin para crear una obra de arte en formato NFT con el que “quiero poner en valor nuestras lágrimas y derribar clichés en favor de las nuevas masculinidades”. La obra digital titulada, Lágrimas, representa a un hombre fuerte que siente y es capaz de expresar sus emociones, la tristeza y la alegría con sus lágrimas, sin miedo a sentirse juzgado ni “menos hombre”. El dinero recaudado por este NFT se va a destinar a becar a los futuros estudiantes del Máster en Estudios de Masculinidades de la Universidad de Castilla-La Mancha.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Pikolin. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.