El Pozo Alimentación, comprometido con el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente
La compañía ratifica su responsabilidad para apostar por la economía circular y la reducción de residuos y de su huella ambiental
La sostenibilidad se ha convertido en un reto básico dentro de la estrategia empresarial de El Pozo Alimentación, líder del sector y pionero en la implantación de algunas medidas para cuidar la naturaleza y asegurar el bienestar del planeta. La compañía cree firmemente en un desarrollo que le permita avanzar sin comprometer los recursos naturales y apostando por un futuro sólido y justo para las siguientes generaciones. La empresa de alimentación es la primera interesada en aumentar la calidad de su entorno, pero quiere ir más allá porque, como defienden sus dirigentes, un proyecto solo tiene futuro si es sostenible en todos los grupos de interés que están involucrados, es decir, clientes y consumidores, empleados, proveedores, sociedad en general e inversores.
La empresa de Grupo Fuertes ratifica esta responsabilidad con acciones específicas estructuradas en tres ejes: valorización de residuos, con medidas para alcanzar el residuo cero; un firme compromiso con la economía circular y con las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar y, por último, la reducción de su huella ambiental en materia de emisiones, agua y eficiencia energética.
El 100% de la energía eléctrica que se consume en la compañía es de origen renovable y es la primera empresa del sector cárnico que ha conseguido la certificación Ecosense, una iniciativa que garantiza la recuperación en el proceso del material plástico utilizado en el envasado de productos en lámina y bandeja de PET, un tipo de plástico muy común.
El Pozo Alimentación trabaja en conseguir a medio plazo que sus envases contengan un alto porcentaje de material reciclado, de forma que contribuyan a reducir el impacto que tiene sobre el medio ambiente, y garantizar, a su vez, la seguridad, calidad y conservación del producto a fin de reducir el desperdicio alimentario. Para gestionar sus recursos de una forma eficiente y responsable promueve, entre otras medidas, la incorporación del ecodiseño en sus soluciones y la optimización al máximo de sus procesos logísticos.
Otra de las apuestas es la acción por el clima. La empresa sigue adherida a la iniciativa Un millón por el clima, un proyecto pionero también cuyo objetivo es que empresas, organizaciones y personas colaboren en la implementación en España del Acuerdo de París y adopten medidas para combatir el cambio climático y sus efectos.
Asimismo, El Pozo Alimentación también está inmersa en numerosos proyectos para tener una cadena de valor más sostenible y contar con el apoyo de los proveedores en este objetivo. La compañía cuenta con la certificación UNE 15896 de Gestión de Compras de Valor Añadido y la norma ISO 20400 de Compras Sostenibles y Comprometidas Ambiental, Social y Económicamente.
Neutralidad en huella de carbono
En cifras, El Pozo Alimentación tiene presencia en 82 países y sus productos -más de 1.500 referencias entre frescos y elaborados- son consumidos en ocho de cada diez hogares españoles: factura 1.392 millones de euros y da empleo a 5.096 trabajadores, con sendos crecimientos del 8,9 por ciento y del 4,1 por ciento, respectivamente.
La empresa ha obtenido la certificación Residuo Cero de AENOR, que avala su adecuada gestión de los residuos evitando su depósito en vertedero. La tasa de valorización de residuos se sitúa por encima del 95%, cinco puntos más del 90% exigido para la obtención del sello.
Entre sus objetivos está reducir su huella ambiental en emisiones de CO2, agua y eficiencia energética
La compañía calcula y certifica desde 2017 su huella de carbono y ha planteado acciones dirigidas a reducirla. A través de diferentes iniciativas, ha evitado la emisión de 7.000 toneladas/año de CO2 equivalentes a la atmósfera. Además, proyecta la ampliación de su planta depuradora para aumentar la producción de biogás que se emplea en la generación de vapor de agua, así como la instalación de un parque fotovoltaico para la producción de energía eléctrica para autoconsumo.
Con el objetivo de reducir las emisiones de C02, otro de los aspectos estratégicos en los que trabaja la empresa de alimentación para contribuir a la lucha contra el cambio climático es su actividad logística. Así se están implantando varias medidas relacionadas con la eficiencia de los vehículos, la renovación de la flota, la optimización de las cargas y de las rutas, o la formación de los conductores. Sus proveedores contribuyen también a este compromiso con la incorporación de coches eléctricos e híbridos.
La reducción de la huella de carbono mediante energías renovables certificadas y la eficiencia de sus procesos son otras de sus medidas. El holding Grupo Fuertes, al que pertenece El Pozo Alimentación, Cefusa, Procavi, Fripozo y Sediasa, entre otras compañías, cuenta con más de 20 empresas, principalmente en los sectores cárnico, alimentos y bebidas, y facturó 1.898 millones de euros en 2020 con un crecimiento del 2% con relación a 2019; da empleo a 8.000 personas, con un aumento de la plantilla del 4,7 por ciento respecto al año anterior y está presente en 118 países. Unas cifras que dan buena cuenta de su importante contribución económica.
STOP AL ESTRÉS HÍDRICO
La escasez de agua, su tratamiento y uso es uno de los puntos más sensibles en la política de sostenibilidad de El Pozo Alimentación. Por ello, una de las principales líneas de actuación ambiental de la compañía es la protección de los recursos hídricos, al depurar el total de sus aguas residuales, que posteriormente se aprovechan para el riego de parcelas agrícolas.
En la actualidad, El Pozo trabaja en diferentes proyectos ambientales con el objetivo de dejar un planeta mejor para el futuro en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Además, El Pozo Alimentación quiere implicar a toda su plantilla con el proyecto de reciclaje Centro de Trabajo Sostenible para la recogida selectiva de residuos de carácter doméstico, que ha llegado a los 10.000 envases. El objetivo de esta acción es promover entre los trabajadores de la empresa la adquisición de una cultura del reciclaje con la recuperación de envases primarios y trasladar esa labor de sensibilización a sus hogares.