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La importancia de ponerse en buenas manos: así masajea el futuro Carolina
Los profesionales de todos los sectores han sufrido en sus carnes la paralización de la actividad económica durante mucho tiempo, pero los negocios que requieren de una presencia física aún más. Es el caso de Carolina, una fisioterapeuta para la que la pandemia ha supuesto un reto mayúsculo para su negocio
Gonzalo GarzonHay vocaciones que aparecen desde la más tierna infancia. Cuando Carolina tenía sólo diez años, su familia se mudó a Madrid desde su Argentina natal. Su abuelo sufrió un ictus y tuvo que realizar rehabilitación domiciliaria, por lo que tenía que venir un fisioterapeuta a su casa. “Vivíamos en casas colindantes y yo solía ir porque me encantaba ver los tratamientos”, recuerda. “Me parecía maravilloso lo que iban logrando juntos, fisioterapeuta y paciente sesión tras sesión. Fue así como me empecé a apasionar por el mundo de la fisioterapia, y tuve claro que quería ejercer esta profesión de mayor”.
El camino, como casi todos, no fue fácil. Después de sacar adelante los estudios de fisioterapia en Madrid, Carolina empezó trabajando para clínicas privadas, gimnasios y hospitales del sector privado hasta que, en 2010, recaló en una policlínica cercana a Cuzco, en el Paseo de la Castellana. “Había diferentes especialidades. Contaba con dos gabinetes de fisioterapia y osteopatía, y todo en un espacio muy bonito”, cuenta.
Vodafone ha puesto en marcha la Tarifa Conectad@s, orientada a todos aquellos beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital mayores de 30 años
Servicios para los que los necesitan
De cara a que empresas como la de Carolina sigan viendo la luz al final del túnel, algunas empresas han decidido poner su grano de arena para facilitar las cosas en la medida de lo posible. Vodafone cuenta con la Tarifa Conectad@s, orientada a todos aquellos beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital mayores de 30 años.
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Abocados al cierre pero la entereza da sus frutos
Las cosas se pusieron difíciles con la llegada de la pandemia. “El director de la policlínica se vio obligado a cerrar e irse a un espacio más pequeño, debido a que eran demasiados los gastos que conllevaba mantener una clínica de aquella envergadura”, explica Carolina. En aquel momento se planteó todas las opciones posibles. “Estábamos todavía en plena pandemia, por lo que la atención había descendido a menos de la mitad”. Y pese a ello, finalmente decidió armarse de valor y montar una clínica propia con la que probar suerte.
Mientras la situación termina de mejorar definitivamente para todos, algunas empresas han decidido poner su grano de arena para facilitar las cosas a trabajadores
“Abrimos en marzo de 2021, en un momento de mucha incertidumbre”, relata. “Pero tuve la grandísima suerte de que los pacientes de siempre me siguieron, otros volvieron, ya con menos temor al contagio de Covid, y se sumaron nuevos. Hoy por hoy estoy muy contenta con la decisión tomada”, explica con orgullo. La clínica, Fisiotec, se ubica en el número 24 de la calle Sor Angela de la Cruz, muy cerca de su anterior espacio de trabajo.
Hoy, cuando cuenta ya con 18 años de experiencia a sus espaldas, Fisiotec se ha convertido en una referencia para clientes del barrio, pero también para muchos otros llegados de todos los rincones de la ciudad. “Nos dedicamos a la atención principalmente de dolores de espalda, articulares, tendinopatías, ciáticas y lesiones deportivas, con resultados rápidos y muy satisfactorios”, apunta Carolina. “Contamos con un área pediátrica donde atendemos a bebés desde los 10 días de vida, con tratamientos como el Método Rubio para el cólico del lactante, fisioterapia respiratoria, tortícolis congénita… Además, la clínica tiene una unidad de suelo pélvico, tanto femenino como masculino, en la que trabajamos incontinencia, prolapso, tratamiento pre y posparto y un largo etcétera.
Como ha ocurrido en tantos otros sectores, el servicio a domicilio también ha sido una pieza fundamental para el negocio de Carolina, especialmente después de la crisis sanitaria. “Nos desplazamos a casa de los pacientes para hacer, fundamentalmente, tratamientos geriátricos”, detalla. Una posibilidad que, en los tiempos que vivimos, resulta esencial.