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INSTITUTO PULEVA DE NUTRICIÓN

La leche en la alimentación infantil: así es recomendable tomarla a partir del año de edad

Durante los primeros años de vida de un niño, su alimentación es clave para favorecer un buen desarrollo. En este sentido, es esencial que su dieta contemple cantidades suficientes de nutrientes como el Omega 3 DHA, determinante para el desarrollo intelectual del niño, o de calcio y vitamina D, que intervienen en el correcto desarrollo de los huesos.

Ángela Zorrilla

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Cuando la maternidad llama a la puerta, seguramente uno de los grandes retos en las familias es aprender a dar lo mejor a su retoño. Sobre todo, en la mesa. Y es que la nutrición infantil es uno de los temas más buscados en Internet, más comentado en los foros y con más seguidores en las redes. Una de las primeras lecciones es, sin duda, que existen algunos nutrientes esenciales nada más nacer un bebé. Por ejemplo, el Omega 3 DHA, que juega un papel determinante en el desarrollo intelectual del niño; o el calcio y la vitamina D, que intervienen en el correcto desarrollo de los huesos. “Este aporte de DHA es necesario, durante la gestación y los primeros años de vida, para un correcto desarrollo de la agudeza visual y de la maduración”, explica José Manuel Moreno, director del departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra, en Madrid.

Durante el embarazo, la cantidad necesaria de Omega 3 DHA llega al bebé a través de la placenta. Más tarde, los primeros doce meses, los niños se alimentarán a base de leche. Siempre que sea posible, es preferible leche materna. Si no, con fórmulas infantiles o leches adaptadas, que están enriquecidas con los nutrientes esenciales para cada etapa y se consumen siempre bajo supervisión pediátrica.

Cuando los niños van creciendo y su dieta se amplía, la principal fuente de Omega 3 DHA suele proceder del pescado, además de a través de la leche. Los pediatras recuerdan que “lo ideal es una alimentación equilibrada, completa y variada”. Y, aunque el niño tenga ya más de un año, la leche de crecimiento sigue siendo una de las opciones complementarias para ayudar a prevenir el déficit de ciertos nutrientes en la dieta.

Cómo mejorar la cantidad de nutrientes

El hierro ayuda al desarrollo cognitivo; el calcio y la vitamina D fomentan el desarrollo de los huesos y del sistema inmunitario; y, finalmente, el Omega 3 DHA, ácido graso más abundante del cerebro, juega un papel clave en el desarrollo intelectual del niño. Aun así, los menores españoles no alcanzan las recomendaciones de ingesta de Omega 3 DHA, calcio y vitamina D. “En España, es difícil que se presenten situaciones de deficiencia de energía o de proteínas, pero sí puede ocurrir con algunos micronutrientes esenciales como puede ser el hierro, la vitamina D o el DHA”, opina el doctor Moreno. 

En este sentido, según su experiencia, la fortificación de los alimentos es un buen método para garantizar el aporte de nutrientes en riesgo de deficiencia. Por eso, la leche infantil enriquecida (de crecimiento) ayuda a aportar estos nutrientes claves de una manera sencilla y complementaria en la dieta.

Según el pediatra, “las leches de continuación o de crecimiento utilizadas por encima del año de edad pueden contribuir a corregir algunas de estas deficiencias nutricionales, usando un alimento de consumo ordinario y bien aceptado por los niños como es la leche”. Esto es todavía más evidente, añade, “para algunos niños con necesidades especiales como un bajo peso al nacer o si padecen restricciones alimentarias por indicación médica”.

Algunos estudios revelan, además, que el consumo de las leches enriquecidas de crecimiento contribuyen a “mejorar la cantidad consumida de vitamina D, por ejemplo”. En España, explica José Manuel Moreno, el informe EsNUPI, realizado en más de 1.500 niños de uno a nueve años, corrobora que la ingesta de vitamina D fue tres veces mayor en los consumidores de leches adaptadas. Un ejemplo: un vaso diario de Puleva Peques 3 aporta más del 60% de la cantidad diaria recomendada de Omega 3 DHA. Pero no solamente esto. También aporta calcio, vitaminas, hierro y todo sin azúcar añadido. 

Pero ¿existe una cantidad concreta diaria de Omega 3 DHA necesaria? El pediatra detalla que depende de la edad del niño. “En el caso de los lactantes, si recibe leche materna o de fórmula en cantidad suficiente, se garantiza una ingesta óptima”, argumenta. Más tarde, en edades posteriores, se ha observado que bastaría con 3 o 4 raciones semanales de pescado. 

Estos cálculos seguro que preocupan a más de un padre, por lo que el Instituto Puleva de Nutrición ha desarrollado una sencilla calculadora para poder comprobar si los niños están tomando en su dieta habitual el DHA recomendado. Algo que más allá de las cifras, se ha comprobado que no influye solamente en el crecimiento de los pequeños de la casa, sino que ayuda a prevenir enfermedades en las etapas adultas.