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JULIUS BAER

“La especialización y la proximidad con el cliente son las claves para el liderazgo en banca privada”

El director general para Iberia del banco privado Julius Baer nos abre las puertas de su sede en Madrid para contarnos cómo se ha adaptado a los cambios financieros generados por la Covid-19, cuál es su diagnóstico de la situación económica y a qué nuevos retos se enfrenta la entidad

Teresa Pacheco

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A comienzos de año, Julius Baer renovó su estructura societaria en España, pasando de agencia de valores a sucursal bancaria dependiente de Luxemburgo, con el objetivo de ampliar su oferta de servicios para los clientes en Iberia gracias a la licencia bancaria completa de Bank Julius Baer Europe S.A. La entidad nombró a Sergio de Miguel como director general, reportando directamente a Carlos Recoder, responsable para los mercados de Europa occidental, Luxemburgo y Norte de Europa. Desde entonces, De Miguel dirige el negocio de la región desde la entidad en Madrid, donde también se incluyen las actividades comerciales para el mercado portugués liderado por José Maria Cazal.

Con más de 24 años de experiencia en el sector de banca privada internacional, antes de incorporarse a Julius Baer en 2016, ocupó diversos cargos de alta dirección en entidades globales, incluyendo el de responsable del área de Europa Occidental en Credit Suisse y responsable del equipo para Iberia en Crédit Agricole. Recién aterrizado de las vacaciones, De Miguel nos recibe en una amplía, luminosa y acogedora sala de reuniones de las oficinas de la entidad en Madrid. Confiesa que es allí es precisamente donde le gusta recibir a sus clientes. “La proximidad y confianza con el cliente es lo que más valoramos en Julius Baer”, confirma nada más sentarnos. Es la primera entrevista que concede desde su nombramiento y le resulta doblemente especial pues, tras cumplir con las medidas sanitarias, la realizamos en formato presencial. “Ahora sí que sí comenzamos a retomar la normalidad”, afirma con una sonrisa de satisfacción.

Nunca en la reciente historia de los mercados financieros hubo una crisis tan imprevisible como la vivida por la Covid-19. ¿Cómo recuerda esos primeros días de incertidumbre en Julius Baer?

Fue algo impredecible. Los bancos efectuamos cada año programas de simulación para escenarios de este tipo, pero en esta ocasión eso que nunca esperas se convirtió en una realidad. De repente, nos estábamos yendo a casa sin saber a lo que nos enfrentábamos. Teníamos dos retos principales. El primero, la adaptación tecnológica. Saber si íbamos a ser capaces de trabajar en remoto. Y sí que lo fuimos, ya que desde el inicio estábamos todos los empleados trabajando desde casa, perfectamente conectados. El segundo gran objetivo era dar respaldo a nuestros clientes. La banca privada es un negocio de proximidad, de cercanía. No sabíamos cómo iban a reaccionar ante la nueva forma de relacionarnos con ellos durante el confinamiento. Hoy puedo afirmar que nunca hemos estado tan cercanos de nuestros clientes como en estos últimos 18 meses.

¿Cuáles eran las prioridades de aquellos con alto poder adquisitivo cuando estalló la pandemia? ¿Qué medidas tomó la entidad para proteger a sus clientes?

Lo que nuestros clientes buscaban en ese momento de caos era tranquilidad. Necesitaban saber que todo seguía funcionando y que su estructura patrimonial estaba perfectamente en orden. Todo eso lo logramos porque estuvimos plenamente operativos. Desde el primer día del confinamiento transmitimos esa tranquilidad al cliente. Fue fácil por la confianza que ya tenían en la institución y sus banqueros.

Julius Baer está presente en más de 20 países y más de 50 ciudades. Para el grupo financiero, España es un mercado clave dentro de la estrategia de crecimiento del banco en Europa

¿Cómo afronta Julius Baer la digitalización de la banca con respecto a su relación con los clientes?

El proceso ha sido más natural de lo que esperábamos. Julius Baer invirtió en 2020 más de 90 millones de CHF (unos 83 millones de euros) en procesos de digitalización y transformación tecnológica. Ello nos ha permitido desarrollar una relación igual de cercana y efectiva. Durante la pandemia nos hemos comunicado con nuestros clientes y potenciales clientes a través de videoconferencias, hemos implantado la firma electrónica en el proceso de apertura de cuentas y contamos con una herramienta llamada D.I.A.S. (Digital Advisory Suite) que nos permite tener el mismo sistema operativo a nivel mundial. La pandemia ha actuado como un catalizador para la digitalización de nuestra actividad. Por supuesto, vamos a seguir invirtiendo en la digitalización para complementar nuestro modelo de negocio actual y desarrollar nuevas oportunidades, adaptándonos así a la demanda real que requiere nuestro modelo de negocio.

La Covid-19 ha acelerado cambios en la banca que se intuían en el mundo prepandemia. Hoy estamos inmersos en un proceso de transformación en la banca doméstica: la fusión de Bankia y CaixaBank, Unicaja y Liberbank, los EREs en el sector… ¿Es un momento de reorganización también para la banca privada o más de consolidación?

Aquí en España la banca minorista es la que tiene la gran mayoría del negocio. Donde vemos una competencia extrema es entre las boutiques especializadas en banca privada y la banca privada, enfocada en la gestión de altos patrimonios, abocada a crecer en el tiempo. Lamentablemente, la sociedad se está polarizando. Observamos que los altos patrimonios cada vez son más altos y, al mismo tiempo, se está empobreciendo la parte más baja de la sociedad. En esa parte alta de nicho de mercado es donde está surgiendo una competencia feroz entre todas las entidades especializadas en banca privada. Lo que sí que es cierto es que las altas y costosas exigencias regulatorias van a hacer que las entidades pequeñas sufran más a medio y largo plazo. Las más preparadas, especializadas en la industria de banca privada y sin conflicto de intereses con otros departamentos, además de tener mayor tamaño, son las que coparán el mercado. En el caso de Julius Baer, somos uno de los líderes en banca privada internacional y nos dedicamos única y exclusivamente a la gestión de patrimonios, sin conflicto de intereses, al no contar con división de banca de inversión, ni banca corporativa, ni banca retail. Esperamos que los clientes se vuelvan más sofisticados con el paso del tiempo, exigiendo el tipo de servicio que sólo los bancos privados especializados pueden ofrecer, preferiblemente con una presencia global, ya que son los únicos que pueden aprovechar su experiencia en otros mercados y regiones. Seguramente habrá una consolidación en el sector, estamos en un momento de muchas oportunidades de mercado.

Suele decirse que España no es país para banca privada… Como director general para Iberia de Julius Baer, ¿cree que es rentable el negocio de banca privada en España?

Somos uno de los líderes en banca privada a nivel mundial y pretendemos extender este liderazgo a la península ibérica. El grupo Julius Baer apuesta fuertemente por Europa, y, dentro de la estrategia de crecimiento, España es uno de los principales mercados en términos de negocio, recursos y prioridades. Se ha demostrado también a través de la creación de nuestra oficina en Barcelona en 2019. Hemos más que doblado el número de asesores financieros en nuestro país. El año pasado se incorporó a la firma un equipo de 11 gestores patrimoniales con el objetivo de desarrollar y expandir el negocio en el mercado de Portugal de forma transfronteriza. Además, desde enero de este año hemos dejado de funcionar como una agencia de valores y nos hemos transformado en sucursal de nuestro banco en Luxemburgo, sede de todas las operaciones para la UE. Es evidente, por tanto, que la importancia del negocio en España es clave para Julius Baer.

“Los jóvenes quieren que sus inversiones tengan un impacto medioambiental y social. La pandemia ha sido un catalizador para ser más conscientes de las consecuencias de nuestras operaciones financieras”

Una de las principales conclusiones del estudio Global Wealth and Lifestyle Report 2020 es que los altos patrimonios se alinean con el movimiento del «consumo consciente». ¿En España es una realidad que los clientes demandan cada vez más productos ligados a factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) a la hora de tomar decisiones de inversión?

La inversión ESG está por todas partes. Son siglas que actualmente están en boca de todos nuestros clientes y no creo que sea una moda pasajera o que los medios estén exagerando esta tendencia. La entidad lo está viendo traducido en cifras. Los jóvenes quieren cada vez más que sus inversiones tengan un impacto medioambiental y social. Además, la pandemia ha sido un catalizador para ser más conscientes de las consecuencias de nuestras operaciones financieras. A nivel ESG en 2020 hemos incrementado más del 50% el número de activos en nuestros mandatos discrecionales de sostenibilidad. También hemos visto en 2020 más que doblar los activos invertidos en fondos de inversión sostenibles y de impacto recomendados por Julius Baer. Por dar un tercer dato, el año pasado recogimos más de 100 mandatos de inversiones relacionadas con la filantropía. Son números que demuestran que ya estamos inmersos en esta tendencia.

¿Ha aumentado el interés de sus clientes por las criptomonedas?

Están también muy de moda. Si bien nosotros no ofrecemos asesoramiento sobre activos digitales. Sin embargo, tenemos una colaboración con SEBA Bank AG, entidad suiza regulada por la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero Suizo (FINMA), a través de la cual pueden ofrecer acceso a diversas soluciones, como la custodia y la transacción de activos digitales. Es un hecho que las criptomonedas han venido para quedarse y van a convivir en paralelo con los activos de la banca tradicional.

“La flexibilidad en el trabajo ha llegado para quedarse. En Julius Baer vamos a adoptar lo que llamamos el flexitime, flexibilización del tiempo de trabajo, porque durante la pandemia hemos comprobado que funciona”

Los resultados del primer semestre exhiben un balance más que saneado de la entidad. ¿Cuáles son los siguientes retos para Julius Baer?

Julius Baer contabilizó un beneficio neto de 606 millones de francos suizos (559 millones de euros) en el primer semestre de 2021, lo que representa un incremento del 23% respecto de su resultado en la primera mitad del ejercicio anterior. Resulta paradójico, pero lo cierto es que, como señalaba antes, llevamos 18 meses de pandemia más cerca de nuestros clientes que nunca y eso ha contribuido a que, como grupo, tengamos un rendimiento histórico. Hay elementos que justifican estos beneficios: nuestra propuesta de valor es cada vez mayor y hemos tenido una mejora en la eficiencia en los costes, junto con la ausencia de pérdidas crediticias. Todos estos factores hacen que tengamos unos resultados extraordinarios. Nos acercamos al medio billón de activos bajo gestión. Estamos encantados de poder tener un crecimiento sostenible. Uno de nuestros principales retos es seguir adaptando nuestra oferta de valor a los clientes en un sector UHNWI (Ultra High Net Worth Individuals), clientes con altísimos patrimonios.

¿Cómo volverá su equipo a las oficinas tras las vacaciones? ¿El teletrabajo en banca ha llegado para quedarse?

Nos hemos dado cuenta de que el banco ha funcionado estupendamente en remoto y hemos tomado nota de ello. Pero está claro que la flexibilidad en el trabajo ha llegado para quedarse. Adoptaremos lo que llamamos el flexitime, flexibilización del tiempo de trabajo, para que todos podamos beneficiarnos, porque ya hemos comprobado que funciona. Una de las lecciones que nos deja la pandemia es valorar aún más el capital humano y la calidad de los empleados. En Julius Baer estamos muy orgullosos de nuestro equipo de profesionales.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Julius Bär. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.