La nueva factura de la luz: pasado, presente y (mucho) futuro

Tramos horarios, potencia contratada, sostenibilidad, aprender nuevos hábitos… Te explicamos todas las claves para comprender la nueva factura de la luz y saber cómo te afecta y te puede beneficiar para lograr que nuestro consumo energético sea más sostenible y barato

En medio de una pandemia mundial. Con los precios de generación disparados. Con el precio del CO2 por las nubes. Y, encima, relacionado con un concepto ya de por sí tan lioso como la factura de la luz. No es de extrañar que las nuevas tarifas de la electricidad, con distintos precios en función de las horas, hayan provocado gestos de preocupación, miradas constantes al reloj y, sobre todo, mucha confusión. Sin embargo, la entrada en vigor de la nueva tarifa de la luz, que aplica distintos precios para fomentar o desincentivar el uso de electricidad según las horas, tiene todo el sentido para el consumidor.

Detrás de esas nuevas tarifas está la intención de hacer que nuestro consumo energético sea más sostenible y respetuoso con el planeta. Todo ello, sin que apenas nos afecte al bolsillo. ¿Y eso cómo se consigue? Muy sencillo: hay que hacer que ese consumo energético sea cada vez más inteligente. Hoy, somos nosotros los que debemos aportar esa inteligencia con ayuda de la tecnología. El día de mañana, será nuestro propio hogar el que se encargue de decidir por nosotros para optimizar nuestra factura energética.

De dónde viene la nueva tarifa

Antes de llegar a ese futuro de casas inteligentes que conecten y desconecten electrodomésticos, que deciden almacenar la energía en una batería o verte electricidad a la red desde nuestra placa fotovoltaica, echemos la vista atrás por un momento para saber de dónde ha salido esta nueva tarifa de la luz que, poco a poco, irá cobrando sentido. “España contaba con una metodología de tarifas que databan de 1997 y que eran una herencia de las tarifas que se aplicaban desde 1987”, explica Andrés Morata, responsable de Gestión Económica del Sistema de la Dirección de Regulación de Iberia en Endesa. “En ese sistema ya existían tarifas de doble y triple discriminación horaria. Su objetivo consistía en incentivar el consumo de electricidad cuando la red de distribución estuviera menos saturada”, añade.

Esto suponía que la parte de la factura que se dedica a pagar por usar esa red, entre otras cuestiones, variará en función de si esta estaba más o menos saturada. Es decir, que fuera más cara cuando el uso de la red fuera más intensivo, con grandes consumidores como industrias u hospitales enchufados, y más barata cuando se usara menos.

“Esto es algo que siempre ha ocurrido”, subraya el directivo. Se trata de un sistema que antes fijaban en exclusiva el ministerio, mientras que ahora la responsabilidad de fijación de las tarifas por el uso de las redes recae en las autoridades regulatorias nacionales: la CNMC en el caso de España.

Si todo esto ya estaba inventado, ¿por qué hablamos ahora de un cambio en la tarifa de la luz? Muy sencillo: la CNMC ha asumido nuevas competencias y ha establecido un nuevo sistema para que lo que se paga en la factura por mantener la red se adecúe mejor no solo al consumidor actual, sino también al del futuro. Es un cambio que estaba pendiente desde 2019, pero que se acabó retrasando hasta este mes de junio a causa de la pandemia.

Por qué hay tres horarios

¿Y cómo ha fijado la CNMC ese sistema que establece cuánto pagamos por la luz en función de la hora del día? Dejemos ahora el pasado y centrémonos en el presente para explicarlo: resulta que la CNMC ha hecho este cambio con datos muy valiosos en la mano. Exactamente, los relativos al consumo que realizamos en la actualidad en nuestro propio hogar. La razón no es otra que poder pagar lo que cuesta distribuir y transportar la energía sin que la factura de los hogares se dispare.

“Desde hace unos años, los contadores permiten saber cuánto se consume cada hora”, recuerda Andrés Morata. El análisis de todos esos datos es el que ha permitido diseñar un sistema que no solo habilita al consumidor para planificar su consumo a las horas que más le convienen para obtener un ahorro, sino también incentivar el uso de la electricidad en hogares y empresas en lugar de otras energías más contaminantes. Recordemos que se trata de avanzar en la descarbonización de la sociedad, de cuidar del planeta.

Como resultado, se han establecido tres tramos con distintos precios: punta, llano y valle. Al incentivar unas horas sobre otras, se logra que el consumo de electricidad que realiza el país sea más homogéneo a lo largo del día. Esto evita tener que construir infraestructuras extra para sostener consumos exagerados en ciertos momentos y que quedarían infrautilizadas en otros. Es decir: evita encarecer más la factura de la luz para pagar un sobredimensionamiento de la red, que puede ser evitado.

¿Pagaré más con este cambio?

Como ahora se han tenido en cuenta la información sobre consumo que aportan los contadores inteligentes, los nuevos tramos horarios han considerado estos consumos, manteniendo además el precio medio pagado por el conjunto de los consumidores. En términos generales, se puede decir que durante el tramo llano —ocho horas durante el día— consumir electricidad resulta algo más económico que con la antigua tarifa sin discriminación horaria. Además, ahora todo el fin de semana entra en horario valle, mientras que en las antiguas tarifas con discriminación horaria no ocurría así. En realidad, las horas punta son minoritarias, frente a las más baratas, que son la mayoría de las horas del año.

La nueva tarifa es un incentivo potente al autoconsumo eléctrico en los hogares, que facilitará formas distintas de consumir y producir electricidad, como el autoconsumo compartido

Andrés Morata, responsable de Gestión Económica del Sistema de la Dirección de Regulación de Iberia en Endesa

“Para paliar en parte el aumento del precio de mercado, con especial incidencia en esos consumidores en PVPC, el Gobierno ha bajado hasta el final del año el IVA del 21% al 10%. También ha eliminado, de forma transitoria, el Impuesto al Valor de Producción de la Energía Eléctrica, que pagan los generadores de electricidad y que afecta al precio de mercado de la electricidad”, indica Andrés Morata.

“Pero todo esto de los precios de mercado elevados y la bajada de impuestos no tiene nada que ver con el cambio de tarifa, con la CNMC, con los nuevos tramos horarios ni con lo que se paga en la factura por mantener las redes. Se ha mezclado un cambio legal en la manera de calcular las tarifas, impulsado por la Unión Europea, con un incremento coyuntural de los precios de mercado. Y esto, lógicamente, ha creado confusión“, subraya.

Además de los cambios en los períodos, se han modificado también otros componentes con el nuevo sistema. La buena noticia es que se ha hecho a la baja y que, además, se trata de la parte fija, es decir, lo que pagamos cada mes, consumamos o no electricidad. “El término de potencia siempre ha sido muy cuestionado”, recuerda Andrés Morata. “Uno de los objetivos de este cambio ha sido reducirlo para dar más peso a la parte variable de la factura, porque pagar por lo que consumes te anima a ser más eficiente con tu consumo de energía, ya que puedes obtener un ahorro”.

¿Y cuánto ha bajado lo que se paga por el término de potencia? Tal y como explica el experto, “los pequeños consumidores antes pagaban por el término de potencia 38 euros por kW contratado al año, mientras que ahora ese precio es de 30 euros por kW, ambos precios sin considerar impuestos. Así que, de salida, todos los clientes vamos a tener una reducción en la factura”.

Un cambio al que se une la posibilidad de contratar dos potencias en dos periodos distintos: punta, que agrupa los períodos punta y llano de energía, y valle. “Si contrato potencia adicional en periodo valle, me saldrá muy barata. Tanto como algo más de un euro por kW adicional”, explica Andrés Morata. Sin embargo, ¿por qué querría un hogar contratar más potencia por las noches, cuando todos sus habitantes están durmiendo? Para explicar esto, ha llegado la hora de asomarse al futuro.

Un sistema de presente… y futuro

La cuestión de establecer tramos horarios tanto para el consumo de electricidad como para la potencia tiene que mucho que ver con los avances de la tecnología. Desde 1997, cuando se había establecido la anterior tarifa, han cambiado muchísimas cosas. Y se espera que cambien todavía muchas más. Un ejemplo muy sencillo es que cada vez más coches se suministran con electricidad. “Contratar potencia adicional para cargar la batería del coche eléctrico mientras duermes, que es cuando no lo utilizas, es mucho más barato ahora. Si antes te costaba unos 150 euros al año, ahora te costará algo más de cinco euros. Además, el precio que pagarás por la electricidad en esas horas valle será más barato. Si todo esto ocurre, será más fácil que te animes a comprarte un coche eléctrico”, explica Andrés Morata.

Algo similar ocurre con el uso de los nuevos sistemas de calefacción por bomba de calor, que permiten acumular energía durante la noche, cuando la electricidad es más barata. Esto los convierte en una opción más barata y limpia que una caldera de gasóleo o gas.

La instalación de paneles solares en las viviendas, ya una realidad en España pero que aumentará considerablemente en los próximos años, es otro ejemplo de los nuevos usos de la electricidad. “Si instalo placas de autoconsumo, puedo reducir mi consumo de electricidad durante las horas del mediodía, que coinciden con los precios más altos del período punta”, reflexiona el experto. “La nueva tarifa es un incentivo potente al autoconsumo eléctrico en los hogares, que facilitará formas distintas de consumir y producir electricidad, como el autoconsumo compartido”, añade.

Más adelante, la introducción en los hogares de electrodomésticos inteligentes, que serán capaces de calcular el momento exacto en el que resulta más rentable conectarse y también de acumular energía, hará que nos olvidemos definitivamente de que existe un tramo punta, uno llano y uno valle. De momento, siempre podemos recurrir a temporizadores que los activen a la hora que nosotros les indiquemos.

¿Y a qué viene este empeño por animarnos a ponerle enchufe a todo? ¿Qué ganamos potenciando el uso de la electricidad? Al final, se trata de sustituir fuentes de energía que resultan más contaminantes y caras —como el petróleo o el gas— por otras de origen renovable, sin emisiones de carbono, con recursos propios y de manera competitiva. “Somos una potencia mundial en renovables. El objetivo principal consiste en lograr una sociedad menos contaminante, pero económicamente también es bueno apostar por la electricidad. Y lo es tanto para el consumidor como para el país”, concluye el experto.

En realidad, el lavavajillas es uno de los electrodomésticos que salen más favorecidos con el cambio de tarifa. Su uso habitual en los hogares, después de comer o cenar, se suele realizar en horas llano y rara vez se efectúa en horas punta. Esto supone, de entrada, un ahorro de dos euros al año sin cambiar de hábitos respecto a la antigua tarifa sin discriminación horaria.

Sin embargo, hay un pequeño margen para aumentar el ahorro si, simplemente, lo programas para que funcione en horas valle, es decir, entre las 12 de la noche y las ocho de la mañana. Así tendrás la vajilla lista para utilizar desde el mismo momento en el que te levantes.

Programar la lavadora para que funcione durante la noche y tender la colada por la mañana es un hábito muy conocido por los hogares que ya tenían tarifa de discriminación horaria en los últimos años. Como ocurre con el resto de los electrodomésticos, el máximo ahorro lo podemos obtener en las horas valle, aunque también puede ser interesante activarla a primera hora de la mañana, o después de comer o cenar (horario llano).

No tendrás que trasnochar si tienes un modelo antiguo sin temporizador: siempre puedes comprar un enchufe programable, que conectará la corriente al aparato en el tramo horario que le indiques.

El termo eléctrico para calentar agua es uno de esos electrodomésticos con una gran ventaja: son capaces de consumir energía cuando es más barata y almacenarla en forma de calor para usarla después.

En el caso del termo eléctrico, la mejor manera de ahorrar con su uso es accionarlo en las horas valle y ajustar su funcionamiento para que termine de calentar antes de las 8:00 horas, para que tú te pongas en marcha y comiences a utilizar el agua caliente. ¿Y cuándo es ese momento? El termo tardará más o menos tiempo en calentar el agua en función de los litros que puede almacenar, así que no tienes más que calcularlo para saber a qué hora te conviene más programarlo.

A lo largo del día, puedes programarlo también para que mantenga el agua caliente en horas llano. Esto te permitirá disponer de ella a cualquier hora del día.

El uso de baterías en los coches eléctricos e híbridos enchufables también permite consumir energía eléctrica cuando resulta más asequible para utilizarla cuando sea necesario. En este caso, el máximo ahorro en la recarga de las baterías de un coche eléctrico se puede obtener precisamente cuando menos se utiliza: de noche. Los cargadores tipo Wallbox como Juice Box Pro Cellular de Endesa X permiten programar las recargas durante las horas más convenientes y controlar todo desde el propio teléfono móvil.

Otro argumento a favor de recargar el coche eléctrico de noche tiene que ver con la potencia contratada. Ahora, si necesitas contratar más potencia para recargar el coche eléctrico, tanto en tu hogar como en una plaza de garaje externa, te saldrá mucho más barato hacerlo para efectuar esa recarga durante las horas valle.