?


un proyecto con

Redes Inteligentes

Así es el día a día de los guardianes de la luz

Pulsamos un interruptor y se hace la luz. Un acto a simple vista tan sencillo, en realidad se trata de un complejo entramado que tiene a todo el sistema eléctrico detrás. Nos desplazamos hasta el Centro de Control de Endesa en Barcelona, donde un equipo trabaja en turnos 24 horas al día durante todo el año, para descubrir cómo funciona el cerebro de la red eléctrica y por qué su labor es tan importante en nuestras vidas

Eva Prieto

Compartir

Pulsamos un interruptor y se hace la luz. Un acto a simple vista tan sencillo, en realidad se trata de un complejo entramado que tiene a todo el sistema eléctrico detrás. Nos desplazamos hasta el Centro de Control de Endesa en Barcelona, donde un equipo trabaja en turnos 24 horas al día durante todo el año, para descubrir cómo funciona el cerebro de la red eléctrica y por qué su labor es tan importante en nuestras vidas

Eva Prieto

Compartir

Es invisible, silenciosa y la vida sin ella es inimaginable. Cuesta pensar que hasta el 4 de septiembre de 1882 nadie tenía electricidad en sus casas. Y es que, al igual que el agua o la luz del sol, la red eléctrica es un elemento tan cotidiano de nuestras vidas que solo reparamos en ella cuando un buen día, y de repente, nos quedamos a oscuras.

«Mucha gente cree que la mayor parte de nuestro trabajo es arreglar cortes y averías, pero la realidad es que esa tarea apenas ocupa un 20% de nuestro tiempo», explica Jordi Casas, responsable del Centro de Control de alta tensión de Endesa en Barcelona. Él forma parte de un cualificado equipo de profesionales que se encarga de hacer llegar la luz a los hogares, industrias y servicios desde un lugar que funciona a pleno rendimiento las 24 horas los 365 días del año. Este centro actúa como el cerebro de la red eléctrica y su principal misión es supervisar y mantener la red para que nunca falle, pero también actuar rápidamente ante una incidencia para restablecer el servicio lo antes posible. «El 80% del tiempo hacemos maniobras de prevención, es decir, trabajamos para que el sistema eléctrico esté siempre en perfecto estado y, además, nos anticipamos a posibles escenarios como, por ejemplo, la celebración de eventos o alertas meteorológicas. Hacemos estudios y simulaciones para que, en caso de que se produzcan, podamos reaccionar de forma inmediata ante cualquier imprevisto».

Así se trabaja en un Centro de Control de Endesa

Dentro del cerebro de la red eléctrica

Actúa como el gran cerebro de la red eléctrica. En los Centros de Control, como el de alta tensión de Endesa en Barcelona, se lleva a cabo un exhaustivo trabajo para que un acto tan sencillo como encender un interruptor y que haya luz siempre se produzca. Para lograrlo, un equipo trabaja 24 horas todos los días al año en todos los centros de control del país supervisando y monitorizando los más de 19.500 km líneas de Alta Tensión, 115.900 km líneas de Media Tensión, 1.275 subestaciones o 151.700 centros de transformación que conforman la red de Endesa.

461.300

maniobras por telecontrol se realizaron desde el año pasado en el Centro de Control de Barcelona

19.500 Km

de líneas de Alta Tensión y 115.900 Km de líneas de Media Tensión conforman la red de Endesa

8 veces

la circunferencia de la tierra es a lo que equivalen los más de 312.400 km de líneas eléctricas del país si estuviera extendidas

*Endesa

La calma y la concentración reinan en este espacio repleto de pantallas, detallados mapas de red y luces de colores donde cada año se ejecutan en todo el país más de 1,2 millones de maniobras por telecontrol en tiempo real. Una impactante cifra que se ha logrado gracias a la incorporación de telemandos que permiten el control remoto desde el propio centro para trabajar en el mantenimiento de la red o actuar ante cualquier incidencia, disminuyendo notablemente el tiempo de respuesta. Atrás quedaron aquellos años en los que todas las maniobras obligaban a todos los grupos de trabajo a desplazarse físicamente a cada punto para solucionar cualquier incidencia y detectar dónde estaba la avería. Hoy, con la incorporación de los telemandos, gran parte de las incidencias, ya sean las generadas por la red o por factores externos, se resuelven en tiempo récord. Una tarea llevada a cabo desde la misma sala de control gracias al sistema LARS (Localización de Averías y Reposición del Suministro). Este sistema funciona como un operador virtual, realizando desde el mismo sistema del Centro de Control las maniobras en la red que sean necesarias para aislar averías y reponer el suministro en menos de tres minutos bajo supervisión. LARS se encarga de gestionar los telemandos, y hará mucho más en el futuro. «Es como un piloto automático de avión, con lo cual, ante una avalancha de averías, este sistema las puede resolver todas de golpe, mientras que una persona debe ir una por una. Esa es la ventaja», señala Jordi Casas.

Y, si la tecnología juega un destacado papel transformador, no menos relevante es el talento y el factor humano que habita en esta sala en la que nunca se puede perder la concentración. «Este no es un trabajo cualquiera. Aquí se necesita un personal muy cualificado y con gran compromiso y atención ante cualquier eventualidad. No nos podemos equivocar, porque si nos equivocamos ponemos en riesgo la seguridad de la gente que trabaja en campo», enfatiza Casas.

La filial de distribución de Endesa gestiona 312.422 kilómetros de líneas, que extendidas suponen casi ocho veces la circunferencia de la tierra

Las personas del Centro de Control son seguidores convencidos de los meteorólogos. Siempre están muy pendientes de las previsiones climáticas porque las incidencias más extremas normalmente van ligadas a episodios de tormentas, vientos, intensas lluvias o nevadas como la de Girona en enero de 2010, cuando los vecinos de las zonas rurales, al ver el esfuerzo titánico de los trabajadores, que llevaban más de 24 horas luchando contra los elementos para reponer el servicio, decidieron llevarles bocadillos para que pudieran comer. Fue una nevada histórica y totalmente imprevista. Algo que sucede una vez cada 30 años. Las borrascas Gloria o Filomena de principios de 2020 y 2021, por citar otros ejemplos, también dejaron clara la labor fundamental y todoterreno de estos guardianes de la luz para garantizar el suministro eléctrico que, en estos casos, tuvieron que hacer reconocimientos en helicóptero y actuar tras el paso de las máquinas quitanieves.

Ante situaciones difíciles, la labor del centro es identificar todos los puntos que han sido dañados ya que no suele existir una única avería. «A medida que solucionamos unas, aparecen otras… Y así hasta que logramos restablecer el sistema por completo», explica Jordi Casas. Los avances tecnológicos permiten que, cada vez más, se consigan solucionar vía telemática y sin necesidad de enviar a un equipo de campo a la zona, lo cual reduce los tiempos de reposición del servicio.

La mejor satisfacción para nosotros es cuando nadie se acuerda de que existimos. Si conseguimos ser invisibles, es que estamos haciendo bien nuestro trabajo

Jordi Casas, responsable del Centro de Control de alta tensión de Endesa en Barcelona

Cuando se produce una incidencia, el sistema avisa de que existe un problema en una parte de la red y a partir de ese momento se desencadenan una serie de acciones encaminadas a recuperar lo antes posible el suministro eléctrico. Los telemandos y detectores funcionan como guías que indican dónde puede estar el foco de la avería y así van partiendo la red en trozos más pequeños hasta que encuentran el punto exacto dela incidencia. Una vez localizado, le quitan la tensión para que el equipo pueda trabajar en la red de forma segura. Todo lo que se realiza en el centro de control se rige por unas pautas de funcionamiento que son la garantía para llevar a cabo las tareas con seguridad, independientemente de que el personal que manipula las instalaciones lleve casco, guantes, pértiga, arnés, etc. Las normas de operación para garantizar la seguridad son la Biblia de la empresa eléctrica.

Gracias a que la red eléctrica está mallada, si se produce una incidencia, la recuperación del suministro se facilita enormemente ya que la electricidad puede llegar desde otra línea. Esto es muy importante porque tras una avería, todo el mundo vuelve a tener luz, pero eso no significa que la avería ya esté reparada. «Por este motivo existen tantos kilómetros de red eléctrica, para poder proporcionar alimentación a través de diferentes puntos, ya que a veces pueden pasar meses para reconstruir líneas», declara Jordi Casas.

Para que se haga la luz e-distribución, la filial de distribución de Endesa gestiona 312.422 kilómetros de líneas, que extendidas suponen casi ocho veces la circunferencia de la tierra, 128.658 centros de transformación y 1.270 subestaciones. Ahí es nada. Una ingente cantidad de cable, técnicos, ingenieros y tecnología punta para lograr que la energía fluya. Un trabajo espectacular del que a Jordi Casas no le gusta presumir porque, aunque parezca una contradicción, «la mejor satisfacción para nosotros es cuando nadie se acuerda de que existimos, tanto nuestros clientes, como la propia empresa. Si conseguimos ser invisibles, es que estamos haciendo bien nuestro trabajo». Ellos están en la sombra, en silencio, pero, aunque no los veamos, los guardianes de la luz trabajan día y noche sin descanso para seguir iluminando nuestros días.