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un proyecto con

Transición Energética

Del negro del carbón al verde del futuro: así es la revolución de la comarca minera de Andorra

Miles de familias de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos están viviendo un cambio que afecta a sus vidas y a la industria dedicada al carbón que durante años ha generado riqueza en la zona. Desde la creación de las primeras minas hasta las nuevas energías renovables conocemos cómo se está produciendo esta revolución que afecta a los ciudadanos a través de la historia de Manuel Ortiz, tercera generación de su familia que trabaja en el sector del carbón.

Mayte Ametlla

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Miles de familias de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos están viviendo un cambio que afecta a sus vidas y a la industria dedicada al carbón que durante años ha generado riqueza en la zona. Desde la creación de las primeras minas hasta las nuevas energías renovables conocemos cómo se está produciendo esta revolución que afecta a los ciudadanos a través de la historia de Manuel Ortiz, tercera generación de su familia que trabaja en el sector del carbón.

Mayte Ametlla

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El pasado es ese intangible que nos conforma, nos curte y nos convierte en quien somos. Forma parte de nuestro ADN, nos moldea y su esencia se posa en todos los rincones. Ese pasado huele a mina de carbón en la villa turolense de Andorra. Pasear por la localidad es respirar la tradición minera. Los nombres de sus calles aluden a esta actividad que, allá por los años cincuenta, fue la responsable de la riqueza de la comarca. Sus plazas y rotondas homenajean en forma de esculturas el duro trabajo de los mineros para recordar, a pesar del paso del tiempo, el lugar del que vienen y que les ha hecho quienes son. El Museo del Pozo de San Juan es una muestra más de la idiosincrasia de una región fiel a sus costumbres y a su historia. Por eso no es de extrañar que, hace décadas, “la ilusión de los niños en el colegio era llegar a ser mineros” o trabajar en la Central Térmica de Endesa, que a finales de los años setenta continuó con la prosperidad de la zona.

“De pequeño, siempre quise ser minero”, confiesa Manuel Ortiz, hijo y nieto de mineros. Su mirada se posa en la chimenea de la ya cerrada central dejando entrever algo de nostalgia pero, sobre todo, esperanza en el futuro. Como él, muchos de los vecinos de Andorra han crecido admirando la dedicación de unos padres y abuelos que emprendieron el viaje hacia estas tierras en busca de prosperidad para sus hijos. El padre de Manuel trabajó en la mina y su abuelo, que emigró desde Córdoba en busca de una vida mejor, lo hizo en la construcción de las vías del tren que prestó servicio en la línea Andorra-Escatrón. Por aquel entonces el padre de Manuel tenía siete años y cuando llegó a la mayoría de edad se dedicó en cuerpo y alma a la mina.

Algo parecido le sucedió a su hijo Manuel, que desde su infancia visitaba la mina y conocía de primera mano la dureza del trabajo que realizaban los mineros de la época. En 1982, cuando tan solo tenía seis años, su padre estuvo a punto de perder la vida en un accidente en la Mina Innominada situada en el Val de Ariño, a unos 11 km del pueblo de Andorra. La constancia y el valor hicieron que Manuel Ortiz padre se recuperara de aquel grave accidente y, años más tarde, siguió trabajando como vigilante.

Por eso, parecía claro que su hijo iba a seguir su estela. “Estudié Ingeniería Industrial en la Universidad de Zaragoza y entré como becario en la Central Térmica en el año 98”, relata hoy Manuel. La historia de la familia Ortiz transcurre en paralelo a la propia historia de Endesa en la comarca, desde la construcción de esas vías de tren encargadas de transportar el carbón pasando por la inauguración de la Central Térmica y su cierre y el futuro sostenible que ahora se abre ante ellos en forma de energía renovable.

Plan Futur-e de Endesa

Cuando sostenibilidad y empleo van de la mano

El desmantelamiento de la central térmica de Andorra comenzó el pasado mes de febrero y se realiza de forma simultánea a la creación de un parque fotovoltaico en los mismos terrenos y otro eólico en el municipio de Ejulve. Progresivamente, y hasta final de 2026, se irá completando el que es el mayor proyecto renovable europeo cuyo objetivo es impulsar un modelo de generación energética sin emisiones en 2050. Con el Plan Futur-e, además, Endesa se compromete a mitigar el impacto del cese de la actividad de la térmica en la comarca turolense. Solo en esta primera fase se van a movilizar a 140 trabajadores durante 48 meses.

+1.487MM

es la inversión de Endesa en Andorra para sustituir la central térmica por una planta de energía renovable.

1.725MW

de potencia renovable tendrá la planta: 1.585 MW corresponderán a la que será la mayor planta solar en construcción en Europa y 139 MW de origen eólico.

60MW

El proyecto se pretende rematar con un electrolizador de esta potencia que fabrique hidrógeno renovable.

DEL NEGRO DEL CARBÓN AL VERDE SOSTENIBLE

“Veíamos un futuro muy negro si algún día llegaba el cierre de la mina y de la central, ya que no veíamos otra alternativa a esta forma de vida”, rememora Manuel Ortiz. Por eso, el 30 de junio del año pasado fue un día difícil y cargado de simbolismo en esta villa minera. Ese día se cerró la central térmica ante la imposibilidad de seguir cumpliendo con la normativa de emisiones europea. Los cascos de los trabajadores en una ataúd negro simbolizaban el entierro de la minería y el adiós al último gran atractivo de una industria que había sido todo para la economía y el empleo de la zona durante el último medio siglo. “Sabíamos que iba a llegar el final, pero no nos hacíamos a la idea”, prosigue Manuel mirando los trabajos en marcha para desmantelar la antigua central térmica. Ahora él es coordinador de Construcción de Proyectos de Enel Green Power España en Andorra, que incluye el desmantelamiento y la posterior construcción de varias plantas fotovoltaicas y eólicas ubicadas en la antigua central térmica. En la localidad de Moyuela, ya se han instalado 11 molinos aerogeneradores en las plantas de Cañaseca y Los Gigantes, que evitarán la emisión a la atmósfera de más de 40.000 toneladas anuales de CO2. Por eso, agrega, ante el negro del carbón ahora se abre un futuro verde, prometedor y sostenible que seguirá generando empleo y riqueza en la zona.

“Antes teníamos el carbón negro y ahora esperamos un futuro verde que nos permita sobrevivir”

“Hemos finalizado el proceso de desenergización, que nos llevará inmediatamente a iniciar el proceso de demolición”, explica al respecto José Luis Villabrille, jefe de proyecto de Ingeniería y Construcción de Endesa Generación. Con el compromiso social por el entorno y el respeto al medioambiente como máximas, la compañía va a desmantelar y demoler todos todos los equipos, estructuras e instalaciones de la central, desde los edificios y el parque de carbones a las calderas y las chimeneas. El objetivo, además, es recuperar una parte importante de los materiales y equipos para darles una nueva vida y contribuir activamente a un proceso de economía circular y generación de residuos cero, que son dos de los pilares clave de la estrategia sostenible de Endesa.

“La idea que tenemos después de los estudios y análisis que hemos hecho previamente es que van a salir unas 255.000 toneladas de material, del cual está previsto aprovechar entre un 80 y un 90%”. Todo se desguazará y transportará como residuos porque, añade Villabrille, “se trata de reutilizar lo que se pueda de la instalación: máquinas y equipos que estén funcionando. Y también hay una parte muy importante de donaciones”. De hecho, la imponente máquina de tren que preside la entrada de la térmica, los paneles sinópticos de la sala de control y otros objetos que forman parte de la que fue su vida se donarán a diferentes entidades de Andorra y de la comarca o se cederán a la propia Fundación de Endesa “para que quede un patrimonio en la zona que recuerde lo que era la instalación y la importancia que tuvo para el pueblo”. Otra buena parte de estos objetos irán a parar al Museo de Pozo de San Juan, un lugar emblemático de la localidad que ya alberga las antiguas estructuras de la mina de carbón y gracias al cual se puede viajar en el tiempo y conocer la historia de la comarca.

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EL PROYECTO RENOVABLE MÁS GRANDE DE EUROPA

El proceso de desmantelamiento se está realizando de forma simultánea a la construcción del que va a ser el proyecto fotovoltaico más grande de Europa. De este modo, los 1.100MW térmicos de la planta de carbón serán sustituidos por 1.725MW renovables, más 160MW de almacenamiento.

Es un proyecto muy ambicioso que pretende seguir creando empleo y riqueza en la zona

José Luis Villabrille, jefe de proyecto de Ingeniería y Construcción de Endesa Generación

“Es un proyecto muy ambicioso que pretende seguir creando empleo y riqueza en la zona. Vamos a cambiar esta generación convencional por una generación eficiente que, al final, nos permita tener un mejor mundo para todos”, asegura Villabrille. Además, la integración de ambos proyectos supone el compromiso de la energética por respetar los 153 puestos de trabajo de la central, así como dar prioridad a la contratación de trabajadores de las actuales empresas auxiliares para el desarrollo de las actividades de cierre y desmantelamiento de la planta, que se prolongarán entre cuatro y seis años, y que generarán alrededor de 130 empleos, con puntas de hasta 200. Por su parte, la realización de las instalaciones renovables va a generar 4.000 empleos en la etapa de construcción, 138 empleos durante más de 25 años en tareas de operación y mantenimiento de las instalaciones y, además, dejará cerca de 40 millones de euros en los ayuntamientos de todo el territorio. O dicho de otro modo, la energía limpia ha llegado a Andorra-Sierra de Arcos para consolidarse como el presente y el futuro de sus vecinos.

“Estamos trabajando ya en las dos primeras fases del proyecto renovable. Son dos proyectos fotovoltaicos y uno eólico que se sitúan en la central de Andorra”, explica Ignacio Montaner, director general de Endesa en Aragón. De este modo, las 469 hectáreas que ocupaba la central térmica dejarán paso al mayor parque renovable europeo que se construirá en tres fases. En la primera, que comenzará en breve, se construirá un parque solar fotovoltaico de 50 MW y un parque eólico de 49,4MW, que se instalará en el municipio de Ejulve. En la segunda fase, que se va a desarrollar entre mayo de 2022 y junio de 2023, se prevé impulsar 235MW de energía solar fotovoltaica y 54,3MW de almacenamiento en baterías. Por último, en la tercera fase, que se desarrollará en los municipios de Andorra, Alcorisa, Alcañiz, Calanda e Híjar, se construirán 1.300MW de potencia fotovoltaica, 90MW de energía eólica y 105MW de almacenamiento en baterías A principios de 2026 está previsto que finalice la construcción de estas plantas de energía renovable que, sin duda, no solo se convertirán en un referente ecológico y medioambiental en la zona sino en toda España.

1.487 millones de euros es la inversión de Endesa para sustituir la central térmica de Andorra por la mayor planta solar de Europa

Todos lo tienen claro, incluso los antiguos mineros como el padre de Manuel, ya jubilado y consciente de que la única manera de salvar al planeta es con un futuro más ecológico. “El cambio es necesario. Creíamos que la tierra no se calentaba ni se enfriaba… pero parece que sí”, dice al teléfono a su hijo mientras planean visitar, cuando la pandemia lo permita, las nuevas instalaciones de los parques eólicos de Cañaseca y Los Gigantes en las que está trabajando su hijo. Por eso mismo Manuel también es un firme defensor del cambio. Tanto que habla de satisfacción al poder contribuir al desarrollo sostenible de nuestro país y promover una economía baja en carbono. “Antes teníamos el carbón negro, era nuestro aliado y lo que siempre nos ha gustado, y ahora esperamos un futuro verde y que nos permita sobrevivir”.