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Sostenibilidad

¿Quién (y cómo) mide la sostenibilidad de una empresa?

Las compañías que quieran ser competitivas deben abrir paso a la sostenibilidad. Hasta la cocina

Ana García Novo

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Las compañías que quieran ser competitivas en el siglo XXI deben abrir paso a la sostenibilidad y hacer que sus inversiones sean socialmente responsables, pero ¿eso qué significa en realidad? ¿Por qué tienen cada vez más importancia índices como el Dow Jones Sustainabilty Index o FTSE4Good que los tradicionales?

Ana García Novo

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En qué pensamos cuando pensamos en un gran inversor? Seguramente se nos venga a la cabeza la imagen de un hombre de mediana edad detrás de una mesa de caoba que consulta constantemente una pantalla llena de gráficos con el símbolo del dólar o del euro. Una persona centrada en extraer el máximo rendimiento económico a inversiones que involucran cifras de vértigo.

Lo cierto es que esta visión se ha quedado un poco anticuada. Resulta que los grandes inversores ya no buscan solo el beneficio inmediato en operaciones llenas de adrenalina, que se cierran al ritmo vertiginoso de algún indicador que se dispara o se hunde.

Ahora, también les preocupa si la empresa a la que van a inyectar su dinero controla realmente sus riesgos ambientales, cuida el bienestar de las comunidades allí donde opera o pone en marcha estrategias realmente sostenibles. No hacerlo significa, simple y llanamente, un problema en potencia. Así que el inversor necesita saber si esa compañía es realmente sostenible o no. Para ayudarle, existen índices de sostenibilidad similares al Dow Jones o al IBEX-35 que, además del rendimiento financiero, miden la sostenibilidad de la empresa. Son cada vez más populares y todo un síntoma de que la economía mundial ha entendido que la sostenibilidad es mucho más que una declaración de intenciones.

Sostenibilidad

Inversión con principios

Cada vez más inversores apuestan por los criterios ESG para elegir dónde colocan su dinero. De la gran banca a los grandes patrimonios familiares, la última encuesta realizada por HSBC muestra que los inversores institucionales con políticas específicas en este sentido o que planean desarrollarlas son ya mayoría.

90%

Bancos*

85%

Fondos de pensiones*

58%

Grandes patrimonios familiares*

*Porcentaje de inversores con políticas específicas de inversión responsable o ESG, o con intención de desarrollarlas.
Fuente: HSBC Sustainable Financing and Investing Survey 2020.

Inversores que buscan algo más

“Los inversores se han dado cuenta de que, si solo consultan el balance de una empresa, no saben qué va a ocurrir mañana. Les resulta mucho más interesante saber si esa compañía está realmente preparada para el futuro”. Así resume Jaime Silos, director de Desarrollo Corporativo de Forética, el creciente interés que están despertando conceptos como la inversión sostenible y la inversión responsable.

Basta echar un vistazo a la evolución de la presencia de inversores socialmente responsables en el accionariado de las empresas para darse cuenta del enorme peso que ha ganado este tipo de inversiones en los últimos años. En el caso de Endesa, su número se ha duplicado prácticamente desde 2015.

Esta tendencia se refleja también en la emisión de bonos verdes, sociales y sostenibles por parte de las compañías, que cada vez concentran un mayor volumen de inversión. De los 179.000 millones de dólares registrados en 2017 se ha pasado a 308.000 millones en tan solo dos años, según datos de Unicredit Bank recogidos en la 5ª edición del Observatorio de la Inversión Socialmente Responsable.

Este creciente mercado se apoya en los índices de sostenibilidad para evaluar el rendimiento de sus operaciones. Unos índices que han cobrado un enorme protagonismo en los últimos tiempos gracias a su buen rendimiento. “En los últimos 13 años, los índices de sostenibilidad han batido sistemáticamente a los tradicionales”, indica el experto de Forética. “De hecho, durante la crisis del coronavirus, nueve de cada 10 superaron en comportamiento a sus homólogos tradicionales”. Esto se debe a que los índices de sostenibilidad generan una rentabilidad ligeramente superior al índice de referencia y lo hacen con un riesgo menor. ¿La razón? Resulta que las empresas sostenibles se adaptan mejor a los cambios y, por tanto, están mejor preparadas para afrontar una posible crisis.

Empresa sostenible… y atractiva

Esta realidad no es fruto de la casualidad. Las empresas sostenibles son, efectivamente, más sólidas y, por tanto, más atractivas para los mercados. Según explica el secretario general del Club de Excelencia en Sostenibilidad, Juan Alfaro, “los datos demuestran que las empresas líderes en sostenibilidad generan mayores márgenes comerciales, tienen menor coste del capital y son mejor valoradas por inversores y analistas”.

Los inversores se han dado cuenta de que, si solo consultan el balance de una empresa, no saben qué va a ocurrir mañana

Jaime Silos, director de Desarrollo Corporativo de Forética

Existen distintas estrategias para afrontar este tipo de inversiones. “En el caso de la inversión sostenible, no se trata de sustituir el análisis financiero, sino de integrar la información sobre el rendimiento de las empresas bajo criterios ESG (ambientales, sociales y de buen gobierno) que permitan tomar mejores decisiones de inversión”, añade Jaime Silos. En el de la inversión responsable, además de observar el rendimiento de la cartera de inversión bajo esos criterios, se busca que sus valores se alineen con los de los inversores.

Para Juan Alfaro, “la consideración de los aspectos sociales, medio ambientales y éticos o de gobernanza a la hora de configurar los criterios de inversión se han convertido en una realidad desde hace tiempo, pero en estos últimos años han adquirido una gran relevancia y todos los indicios muestran que esta tendencia seguirá al alza”.

Cómo se mide la sostenibilidad

Observar el rendimiento económico de una inversión es sencillo porque el factor básico que se tiene en cuenta es el dinero que se gana o se pierde. Sin embargo, ¿cómo medir cuán sostenible es una empresa?, ¿cuán resiliente es su política de recursos humanos? ¿y cómo calibrar su desempeño a la hora de trasladar esa sostenibilidad a toda su cadena de valor? Aquí es donde entran en juego índices de sostenibilidad como el DJSI (Dow Jones Sustainabilty Index) o FTSE4Good, en los que participa Endesa junto a otras compañías con un rendimiento notable en sostenibilidad.

“Las inversiones se valoran en índices comparativos. Lo que ocurre es que, si quiero invertir de manera sostenible o responsable, los tradicionales no son sensibles a ese tipo de aspectos. Para poder medirlos, existen unos índices bursátiles que exigen a las empresas un desempeño elevado en sostenibilidad para cotizar en ellos”, aclara Jaime Silos.

Las agencias de calificación detrás de estos índices valoran a todas las compañías sobre los tres pilares ESG mencionados anteriormente: ambiental, con cuestiones como las emisiones de carbono o la gestión de residuos; social, en el que se evalúa el rendimiento de políticas de recursos humano, de género o de respeto a los derechos humanos; y de buen gobierno, que tiene que ver, por ejemplo, con la custodia en la cadena de valor de los aspectos ambientales y sociales. En realidad, son cientos los parámetros que estos índices tienen en cuenta.

“Cualquier empresa que quiera ser moderna y competitiva tiene que integrar la sostenibilidad en su estrategia de negocio”

Una vez asignados los valores, se ponderan en función del sector en el que opera la compañía y se asigna una puntuación. Si es suficiente, la compañía ingresa en el índice. “No solo cuenta la puntuación formal”, puntualiza Silos. “También se tienen en cuenta posibles controversias. Si una compañía comete algún error grave en algún aspecto, puede ser expulsada del índice”.

¿La consecuencia de todo esto? Que las empresas cada vez se aplican más en cuestiones como potenciar la presencia de mujeres en puestos directivos y ganar así diversidad en su estrategia, apoyar a sus proveedores para que respeten el entorno o a explorar oportunidades en la adopción de tecnologías verdes, entre otras muchas. Este es un empeño que parece dar sus frutos. Según el V Estudio WomenCEO, la presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas del IBEX-35 ha ganado hasta 18 puntos porcentuales en los últimos diez años.

La importancia de apellidarse DJSI

Para Ángel Fraile, director de Planificación de Sostenibilidad y Gestión de Grupos de Interés de Endesa, los índices de sostenibilidad son cada vez más relevantes para compañías como la suya. Cada vez hay más y se centran en múltiples aspectos ESG. “Está habiendo una eclosión en este sentido que nos exige seguir los distintos índices que van apareciendo, priorizarlos y potenciar nuestra interlocución con los inversores socialmente responsables. Y, por supuesto, invertir cada vez más esfuerzos para dar respuesta a las peticiones de las agencias de calificación y los diferentes analistas”, destaca.

La presencia en los grandes índices de sostenibilidad, por supuesto, aporta una gran reputación a una compañía. Pero eso no es todo. También le concede un mejor acceso al capital, ya que actualmente la demanda de instrumentos sostenibles como, por ejemplo, los bonos verdes, es superior a la oferta. Además, su coste de financiación se reduce, ya que puede acceder a mejores condiciones en préstamos y otros productos. Y, cómo, no un indicador de que la compañía va por buen camino.

“Para nosotros, liderar los principales índices a nivel mundial es un refrendo de que nuestra estrategia y visión de negocio basadas en la sostenibilidad es la correcta, desde el punto de vista de los inversores”, reflexiona Ángel Fraile. “De hecho, la evaluación de nuestro modelo energético basado en una transición justa y que respeta el resto de los parámetros contenidos en los índices es cada vez mejor”.

24%

Peso de los incentivos a largo plazo en la remuneración de consejeros ejecutivos de compañías del IBEX-35 (2019)

Sostenibilidad a largo plazo

Integrar la sostenibilidad en la estrategia de una compañía de manera efectiva requiere que todas las personas que la integran estén involucradas. “En Endesa, todo el mundo habla de sostenibilidad”, destaca Ángel Fraile. “Esto se logra a base de generar cultura, acciones de sensibilización, formación adecuada y una metodología clara en el despliegue de operaciones para integrar en ella las variables ESG. En nuestro caso, también este concepto va ligado a la propia retribución de las personas, ya que se vinculan objetivos de sostenibilidad al variable y se aumenta la motivación en este sentido”.

Para Juan Alfaro, secretario General del Club de Excelencia en Sostenibilidad, “incluir objetivos ESG en los sistemas de retribución variable de las compañías orienta los comportamientos por parte de la alta dirección hacia una estrategia a largo plazo. Se trata de contar con políticas de remuneración sólidas y a la vanguardia de los más altos estándares en gobierno corporativo, destinadas a incentivar la sostenibilidad de las compañías y a generar valor y rentabilidad para accionistas e inversores”.

Además, la posibilidad de contar con la visión de un tercero sobre el desempeño de la compañía en sostenibilidad resulta especialmente valiosa. “Hay índices que proporcionan una gran cantidad de información sobre la propia compañía, que nosotros identificamos de manera interna e interiorizamos posteriormente”, añade Fraile.

El camino a la cima

¿Y cómo consigue una compañía como Endesa formar parte de índices tan importantes como DJSI o FTSE4Good? “Es una evolución larga”, explica Ángel Fraile. “Llevamos en el DJSI desde que comenzó. Lo que hemos hecho ha sido alinear la planificación estratégica y el despliegue de operaciones con las expectativas de los distintos grupos de interés y crear un impacto positivo en la sociedad”.

Para ello, es importante identificar cuáles son los temas más importantes, como las grandes tendencias en materia ESG. Una información que después servirá para enfocar la estrategia. “También preguntamos a nuestros grupos de interés”, añade Fraile. En función de ese trabajo, la compañía planifica su negocio.

“Liderar los principales índices a nivel mundial es un refrendo de que nuestra estrategia y visión de negocio basadas en la sostenibilidad es la correcta”

Todo esto se plasma en acciones tangibles. Por ejemplo, en el desarrollo de un parque eólico en una localización determinada. “Primero identificamos a los grupos de interés locales y también cuáles son sus expectativas. A partir de ahí, incluimos en las condiciones técnicas del proyecto un plan para crear valor conjunto”, comenta el directivo de Endesa. También en la apuesta por implementar soluciones que promuevan la electrificación de las ciudades a partir de fuentes renovables, si lo que se observa es la necesidad de luchar contra el cambio climático y una tendencia de la población a concentrarse en entornos urbanos.

El camino de la sostenibilidad parece el único posible para las empresas que deseen prosperar. Juan Alfaro lo explica con claridad: “las aspiraciones a futuro de todos los grupos de la sociedad pasan por la sostenibilidad. Cualquier empresa que quiera ser moderna y competitiva tiene que integrar la sostenibilidad en su estrategia de negocio si quiere operar en todos los mercados nacionales e internacionales, retener talento, acceder a financiación y, sobre todo, perdurar en el tiempo”. Para cumplir todos esos objetivos, una compañía no solo debe abrir sus puertas a la sostenibilidad. Debe dejarla entrar hasta la cocina.