Ser pastor por un día o aprender a hacer queso: planes para experimentar la naturaleza con los cinco sentidos
Sustituye el ruido de los cláxones por el de los pájaros, la boina de contaminación por el verde de las montañas y el olor del metro por el de los bosques asturianos. ¿Qué tenemos? Exacto, algo muy parecido a la felicidad
Solo el balido de una oveja se atreve a interrumpir el sonido del viento entre los árboles. La vista se pierde entre los infinitos prados verdes que le dibujan al cielo un contorno irregular pero hipnótico. No llevamos calcetines porque sentir a cada paso la hierba recién cortada en la planta de los pies nos da literalmente la vida. Aquí el olor a flores silvestres delata la llegada de la primavera y resulta totalmente imposible resistir la tentación de coger una frambuesa y llevársela a la boca. Así es como, en apenas un instante, la naturaleza que nos rodea despierta y activa nuestros cinco sentidos. El oído, la vista, el tacto, el olfato y el gusto se dan un merecido capricho que repercute directamente en nuestro bienestar mental.
La naturaleza nos sienta bien y es un seguro de salud, ahora más que nunca. Y afortunadamente la tenemos bien cerca, porque nuestro país se nos presenta como un abanico muy amplio de opciones y lugares donde beneficiarnos de sus efectos: la superficie terrestre de España ocupa unos 50 millones de hectáreas, de las cuales, más del 55% son forestales, siendo el segundo país de la Unión Europea en bosques, solo por detrás de Suecia, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Por eso, y porque necesitamos salir, respirar aire puro y recargar cuerpo y mente, el programa Naturaleza para los Sentidos de Paradores es nuestro mejor aliado para desconectar y experimentar (de verdad) toda la riqueza de la España rural.
Naturaleza para los sentidos es la nueva apuesta de Paradores por el ecoturismo sostenible
Convertirse en pastor por un día, hacer queso, darse un baño de bosques o recorrer la costa jurásica. Y todo fomentando el turismo sostenible y responsable y el desarrollo local. Porque para diseñar las experiencias de Naturaleza para los sentidos, Paradores se ha aliado con pequeñas empresas y productores locales, entidades relacionadas con la conservación de la naturaleza y gestores de espacios naturales protegidos, con un claro objetivo: ser fiel a su filosofía de fomentar la economía circular y el desarrollo local de las zonas en las que se ubica, resaltando su naturaleza, historia y cultura. De hecho, todas las experiencias del programa están gestionadas por productores locales, son cercanas al Parador, fáciles de hacer a pie, se pueden realizar durante todo el año y se basan en el ecoturismo sostenible para generar beneficios sociales, ambientales y económicos en los territorios donde se encuentran.
Cangas de Onís como punto de partida
Secretos y tesoros en torno al monasterio
A orillas del río Sella y rodeado por los imponentes Picos de Europa nos recibe el Parador de Cangas de Onís, ubicado en el antiguo monasterio de San Pedro de Villanueva, uno de los más antiguos de Asturias y declarado Monumento Nacional desde 1907. Es en este histórico lugar donde comienza el programa Naturaleza para los sentidos, que próximamente se extenderá por una veintena de Paradores, como los de Bielsa y Villafranca del Bierzo.
Por eso, no hay mejor manera de empezar a explorar la eclosión natural que rodea a este Parador que descubriendo los tesoros y secretos que rodean al monasterio de San Pedro de Villanueva y su conexión histórica con la naturaleza. El mejor ejemplo de ello es su botica medieval. Es el punto de partida para descubrir la flora de la zona, sus propiedades y cómo influye el monasterio en la conservación de una especie protegida de murciélago. También, desde aquí, podemos viajar al pasado para conocer los orígenes del Reino Astur y su paraíso natural.
Oficios y naturaleza: del pastor al queso de Los Beyos
Los oficios más tradicionales siempre han ido de la mano de la naturaleza: el pastoreo, la ganadería, la agricultura e incluso la gastronomía se conforman en Asturias gracias a sus espectaculares prados, lagos y montañas. Por eso, y para sentir la naturaleza en todo su esplendor y para adentrarse en esos estilos de vida en peligro de extinción, no hay mejor manera que experimentarlo en primera persona y convertirte en pastor por un día o en un maestro quesero.
Podrás compartir durante un día la jornada laboral de los pastores de los Picos de Europa y conocer sus majadas y cabañas típicas. Este plan permite también probar quesos y otros productos típicos de la zona vinculados a los pastores. Otra manera muy curiosa (y divertida en familia) de vivir cómo se maneja el ganado y se comunican los pastores y las ovejas es aprendiendo el idioma de los perros border collie, fundamentales en el pastoreo de las ovejas xaldas, una raza de origen celta.
Cercano a Cangas de Onís también se encuentra el gran desfiladero de Los Beyos, que el río Sella ha horadado en la roca caliza a lo largo de un recorrido que atraviesa los municipios de Oseja de Sajambre, Ponga y Amieva. En esta experiencia, el visitante puede conocer la forma de vida de los habitantes de la zona y cómo han sabido aprovechar lo que tenían a su alcance (animales, leche…) para elaborar el exquisito queso de Los Beyos.
Practicar el shirin-yoku
Así llaman los japoneses a los “baños de bosque”, una práctica que permite conectar con la naturaleza y reducir los niveles de estrés paseando entre árboles, empapándonos del entorno con los cinco sentidos y descubriendo su ecosistema. Un placer que se magnifica cuando el lugar es tan inspirador como Cangas de Onís y con el que, de verdad, podrás reconectar contigo mismo.
Y si lo que buscas es una conexión con el pasado y la tranquilidad, el Parque Nacional de Ponga nos conduce a lugares cuyo aislamiento social ha retrasado los avances disponibles en otras zonas de las montañas de Asturias. Y como no hay mal que por bien no venga, se ha generado un oasis ideal para la biodiversidad y la posibilidad de descubrir, cual explorador, gargantas escondidas, hórreos beyuscos y la arquitectura típica de la zona.
Reconecta descubriendo la costa jurásica
Acantilados dignos de postal, cuevas marinas, desfiladeros, playas imposibles de encontrar en otro lugar. Es lo que ofrece la franja costera que une Tazones (Villaviciosa) y Ribadesella (a menos de media hora de Cangas de Onís) y que se conoce como la costa jurásica por la huella que dejaron en ella los animales prehistóricos. Recorrerla es toda una experiencia y la mejor manera de entender cómo surgieron los Picos de Europa.
Y si mirar al cielo es tu pasión, otro plan ineludible es hacerlo para descubrir al quebrantahuesos. No solo es el rey del cielo, sino también una especie emblemática del reino astur. Gracias a esta experiencia, los visitantes podrán observar a estas aves en su hábitat natural en el Parque Nacional de los Picos de Europa, descubrir el proyecto de recuperación de esta especie amenazada y profundizar en la relación del quebrantahuesos con la ganadería de la zona.