?

SERÁ VERDE O NO SERÁ

En busca de la fórmula para reactivar la vida en la España rural

El abandono del entorno rural supone un problema de gran calado desde el punto de vista social, ambiental y económico para toda la sociedad

Ana López Varela

Compartir

Ver demanda en tiempo real

El gráfico representa la demanda de energía que se está produciendo en el sistema eléctrico peninsular en tiempo real

El abandono del entorno rural supone un problema de gran calado desde el punto de vista social, ambiental y económico para toda la sociedad.

Ana López Varela

Compartir

Los jóvenes se marchan. Algunos emigran para acabar su formación, otros lo hacen en busca de trabajo y mejores servicios. La ciudad les atrapa mientras, en el pueblo, sus padres y abuelos envejecen contemplando cómo cierran los colegios, dejando sus plazas calladas, sin gritos de niños ni futuro en el que mirarse. El medio rural en España abarca el 90% del territorio y en él reside un 20% de la población. Desde hace décadas, el éxodo rural devora el interior de España. La mecanización del campo, a partir de los años cincuenta, provocó el primer movimiento hacia la ciudad. En los setenta, las grandes urbes –sobre todo las de Madrid, Barcelona, País Vasco y la costa este del Mediterráneo– prometían oportunidades provocando nuevos desplazamientos.

Desde entonces, el despoblamiento ha sido el gran caballo de batalla de los pueblos españoles. Tanto que, según datos del padrón de 2019, ya hay cuatro provincias con menos del 50% de sus nacidos viviendo en ellas. Son Soria, Cuenca, Ávila y Teruel. Zamora, Segovia y Palencia serán las siguientes. Unas regiones envejecidas que, si nadie lo remedia, en los próximos años sufrirán una última fase de transformación demográfica. Cuando sus mayores vayan muriendo, los pueblos del interior se vaciarán por completo. La masculinización del medio rural es otro problema.

Tres males acuciantes y la crónica de un destino anunciado salvo que un cambio de políticas o hábitos de trabajo logre revertir esta tendencia. Por suerte, no todo el mundo ha tirado la toalla y existen emprendedores e iniciativas que buscan reactivar la vida en el entorno rural. “En los últimos setenta años, grandes áreas del país han perdido más de la mitad de sus habitantes, a lo que se ha tenido que añadir el envejecimiento de la población. Esta situación ha ido derivando en una progresiva pérdida de servicios, desde la sanidad hasta el transporte o las comunicaciones. Es una especie de círculo vicioso: no hay servicios porque no hay población y no hay población porque no hay servicios”, explica Joaquín Alcalde, director de El Hueco –entidad que promueve la Feria Presura de Soria, dedicada al medio rural–. Ellos se han propuesto romper esa dinámica. “Primero cambiando el relato pesimista del mundo rural por uno más optimista y vital, con fuerza y empuje, y segundo, ayudando a aflorar el talento emprendedor que hay en nuestros pueblos, proponiendo soluciones innovadoras a los problemas y visibilizando el enorme atractivo de la España poco poblada para desarrollar un proyecto de vida”, resume.

Para materializar esa revitalización de la España vaciada, desde El Hueco consideran necesario “atraer talento y estimular el local, acompañándoles en el difícil empeño de emprender. Para prosperar hay que generar, en las comarcas y en los pueblos, ecosistemas de innovación que acojan a los nuevos pobladores, que les ayuden para que se sientan arropados a la hora de poner en marcha sus iniciativas. Buscamos la triple sostenibilidad –social, ambiental y empresarial–, para lo que la economía social, de impactos, la innovación social y el emprendimiento social juegan un papel fundamental”.

Con la pandemia se ha empezado a ver a los pueblos como lugares más seguros que las ciudades y una posible alternativa para vivir.
Joaquín Alcalde, director de El Hueco

Un buen ejemplo de ello es Ruralcar, que nace con la colaboración de Red Eléctrica con vocación social de resolver el problema de movilidad –uno de los más preocupantes del medio– y facilitará a los habitantes de pueblos con carencias de transporte una herramienta digital para ponerse en contacto con otros vecinos de su zona. Se trata de una app de viajes compartidos para zonas rurales especialmente dirigida a las personas mayores. Por ello la forma de comunicación entre los conductores y los viajeros es similar al funcionamiento de WhatsApp –la plataforma de mensajería más usada por la tercera edad–. Además, cuenta con un registro fácil e intuitivo vía email y/o móvil adaptado a aquellos con escasos conocimientos digitales facilitando la gestión del usuario en varios dispositivos para que un tercero (familiares o vecinos) pueda gestionar los viajes/anuncios así como el pago vía tarjeta de crédito.

Las empresas estamos obligadas a involucrarnos en la gestión de los retos ambientales y sociales a los que la sociedad debe hacer frente para conseguir un progreso global

Fátima Rojas, directora Corporativa de Sostenibilidad y Relaciones Externas del Grupo Red Eléctrica

“Los problemas sociales no interpelan exclusivamente a las instituciones públicas y al tercer sector. En la actualidad, las empresas estamos obligadas a involucrarnos en la gestión de los retos ambientales y sociales a los que la sociedad debe hacer frente para conseguir un progreso global”, asevera Fátima Rojas, directora Corporativa de Sostenibilidad y Relaciones Externas del Grupo Red Eléctrica. Dicho grupo lleva mucho tiempo trabajando en proyectos que crean valor compartido con la sociedad a través de la innovación social con nuevos enfoques que persiguen potenciar este acercamiento e identificar las necesidades del medio rural.

Y es que, según indica Rojas, “el abandono del entorno rural supone un problema de gran calado desde el punto de vista social, ambiental y económico para toda la sociedad”. Y lo cierto es que la despoblación rural está en todas las agendas políticas de las administraciones patrias, pero ¿es realmente consciente la sociedad del problema? “El mundo urbano y el rural han mantenido hasta ahora un diálogo desigual en el que el primero ha tendido a mirar al segundo por encima del hombro. Ese diálogo se está equilibrando. La pandemia ha contribuido a ello porque desde los ámbitos urbanos se ha empezado a ver a los pueblos como lugares más seguros que las ciudades y una posible alternativa para vivir”, explica Joaquín Alcalde.

Así lo entienden en AlmaNatura, impulsores del programa Holapueblo, nacido a principios de 2020 con el firme propósito de repoblar las áreas rurales. El proyecto que cuenta con el apoyo de siete diputaciones provinciales y 52 ayuntamientos tiene también el respaldo del Grupo Red Eléctrica. “La nuestra se reconoce como una empresa de implantación rural, del territorio. Para ello, la compañía está poniendo en marcha distintas iniciativas de la mano de diferentes organizaciones locales que comparten nuestra visión innovadora para dar respuesta a los retos de la España vaciada”, cuenta Rojas. “Hay muchas personas emprendedoras, ONG, fundaciones, cooperativas y entidades comprometidas con su territorio que desean propiciar cambios y buscar soluciones a los problemas de sus comunidades. Nosotros queremos estar ahí, impulsando y apoyando sus ideas innovadoras y tejiendo redes de colaboración que permitan hacerlas realidad y extrapolarlas. Estos agentes locales, que tienen el pulso y el conocimiento, son imprescindibles para promover el cambio”.

avanti
indietro

Con Holapueblo la experiencia ha sido muy satisfactoria y ya se ha confirmado que habrá una segunda convocatoria. Durante su edición piloto, que acaba de cerrarse, recibieron 428 inscripciones de personas interesadas en emprender en el mundo rural. De ellas, 30 personas recibieron asesoramiento en el desarrollo de sus ideas de negocio y, en la actualidad, siete de ellas están finalmente instaladas en un municipio y siguen desarrollando su proyecto. Es el caso de Elena Saiz, de 33 años, y su pareja, Emilio Ferrández de 38, que dejaron atrás Madrid para mudarse a Tragacete. Desde allí, un pequeño pueblo de Cuenca donde llevan apenas dos meses viviendo, ambos gestionan sus negocios. Elena ha puesto en funcionamiento PlanB ResiduoCero –una tienda online de venta de productos zero waste– y Emilio, que desde hace seis años comercializa piezas de recreación histórica a través de su web Northern Traders, continua con su actividad.

“Él hace cosas de producción propia de artesanía (cuero, fundición…) y esto es una oportunidad buenísima. También para recuperar esos oficios que creo que es algo importante. Nosotros vivíamos en un piso y teníamos todo el stock de su tienda y la mía en una habitación y aquello era una locura. En cambio aquí el Ayuntamiento nos ha cedido un espacio donde podemos tener todo el material, una zona de trabajo, otra zona de empaquetado. El trabajo es mucho más operativo y es justo lo que necesitábamos”, cuenta la emprendedora.

“Llevábamos con esta idea en la cabeza mucho tiempo. Queríamos irnos a vivir al medio rural, la cosa era cómo materializarlo. Nos pusimos manos a la obra porque teníamos claro que queríamos salir de Madrid y fue cuando encontramos a Holapueblo. Ya antes de contactar con ellos sabíamos que era muy importante tener un proyecto de vida, un proyecto laboral que nos permitiera hacer esa salida al medio rural”, cuenta Elena.

Su negocio Plan B Residuo Cero es una tienda online de utensilios naturales, ecológicos, biodegradables y sostenibles. Artículos del día a día como champús sólidos, cuencos de madera o cepillos de dientes de bambú que promueven un negocio libre de plásticos y respetuoso con la naturaleza. Teniendo en cuenta esto, vivir en un lugar como Tragacete cobra todo el sentido. “Para mi negocio es un valor añadido estar en este entorno. Tanto a nivel laboral como en la coherencia personal para buscar ese estilo de vida también”, explica ilusionada esta joven cada vez más metida en las redes sociales y el marketing digital en el que es autodidacta. Y no es para menos porque su proyecto funciona. “Está yendo muy bien. No sólo online, incluso en el pueblo. Los productos están teniendo muy buena acogida por los vecinos que se han involucrado mucho, supongo que también por apoyar al emprendimiento”.

Sus vecinos, sin duda, valoran que se hayan mudado allí para reactivar la economía local. “Por lo general así nos lo han transmitido. Justo ayer estábamos en el bar y un señor nos comentaba que hace 30 años aquí había tres colegios. Ahora mismo hay uno con siete alumnos y peligro de que se cierre”.

“Como toda mi gestión es online a nivel laboral no he notado tanta diferencia con la ciudad. Tenemos conexión a internet, que era uno de nuestros requisitos, y de hecho para finales de año van a instalar fibra óptica en el pueblo así que estamos muy contentos”, explica Elena. “El tema de la mensajería también es importante porque nosotros recibimos y mandamos muchos paquetes. Pero te diría que para trabajar con Correos aquí ha sido incluso más fácil que desde Madrid. Allí eras uno más y aquí, para ellos, tener esa cantidad de envíos semanales es algo excepcional. Nos han puesto todas las facilidades. Vienen en días alternos a por los paquetes, nos los recogen en casa cuando antes teníamos que ir a llevarlos a la oficina y perder una hora sólo en eso”.

Cuando le preguntan si recomendaría la experiencia de emprender en el entorno rural no duda un segundo. “Al 100%. Es cierto que uno de los hándicaps es el trabajo y es necesario tener un negocio que realmente funcione. Pero también es verdad que en el pueblo hace falta menos dinero para vivir que en la ciudad así que tienes más probabilidades de éxito porque aunque al principio dispongas de unos ingresos más reducidos la calidad de vida es mejor”.

La vida en el pueblo

''En el pueblo hace falta menos dinero para vivir que en la ciudad así que tienes más probabilidades de éxito porque aunque al principio dispongas de unos ingresos más reducidos la calidad de vida es mejor'', Elena Saiz, emprendedora de PlanB ResiduoCero

La historia de Elena podría ser un acicate para muchas mujeres rurales, un grupo de población heterogéneo que suma más de siete millones de personas en España y lo tiene aún más complicado que los hombres. En el campo existe más desigualdad que en los núcleos urbanos. “Es una desigualdad acentuada por la ruralidad, por la falta de servicios, de infraestructuras, de conectividad, que complica especialmente la vida de las mujeres. Porque cuando los servicios públicos desaparecen, la tradición dice que las mujeres se ocupan de los cuidados y el soporte familiar, que se suman al trabajo, remunerado o no, que realizan”, asegura Teresa López, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR).

«Por supuesto que también existen las desigualdades laborales, en el trabajo por cuenta ajena pero también por cuenta propia, con mayores dificultades para emprender o la presencia todavía notable de trabajo invisible que se considera ayuda familiar; las desigualdades en cuanto a conectividad, tanto tecnológica (en las que tenemos que sumar a la brecha de género la brecha de acceso derivada de la falta de cobertura) como de infraestructuras de transporte…”, se lamenta López.

El medio rural sólo tendrá futuro si se avanza en igualdad y las mujeres decidimos quedarnos

Teresa López, FADEMUR

Pese a todo, el 54% de las personas que emprenden en el mundo rural son mujeres. En FADEMUR han creado una lanzadera de emprendedoras llamada Ruraltivity, alrededor de la que se ha creado una gran red de emprendedoras. “Tenemos ejemplos valiosísimos de cómo son capaces de detectar las oportunidades endógenas de su zona, de arrancar sus negocios, y de alcanzar el éxito.

De momento, y sensibilizadas con la situación crítica derivada de la crisis del Covid-19, desde FADEMUR han desarrollado la campaña #Alimentos_Solidarios, una iniciativa que de nuevo cuenta con el apoyo del Grupo Red Eléctrica para ayudar de manera inmediata a explotaciones familiares en crisis a la vez que a personas desfavorecidas. Y es que el cierre de canales de comercialización (como los restaurantes y mercadillos), así como los cambios de hábitos de consumo en los hogares, ha afectado mucho a ciertas producciones agroalimentarias. Además, estas y otras restricciones de la actividad también han impactado en el resto de la sociedad, produciendo un aumento de las demandas de asistencia por parte de muchos colectivos vulnerables.

“Con #Alimentos_solidarios mapeamos y contactamos con pequeños productores y productoras agroalimentarias, a quienes se adquirió diariamente producciones en crisis que, de otra forma, terminarían convirtiéndose en desperdicio alimentario o engrosando el stock congelado, lo que prolongará en el tiempo los bajos precios para esas producciones. Los alimentos adquiridos se distribuyeron posteriormente entre las personas que más los necesitan, apoyándonos en organizaciones locales como Chefs for Spain (la iniciativa de World Central Kitchen), Mensajeros de la Paz, Banco de Alimentos, Cruz Roja o Cáritas, entre otras muchas”, explica López. Gracias a esta campaña, entre el 6 de abril y el 8 de mayo, se donaron 135.000 raciones de alimentos, 24 provincias de 13 comunidades autónomas. “El diseño de este proyecto solidario ha tenido en cuenta la geografía para reducir el impacto medioambiental y aumentar el impacto socioeconómico. Hemos podido ayudar a poblaciones remotas del interior del país, que están acostumbradas al anonimato y a no recibir atención ni ayuda de fuera. Por eso ha sido tan especial ponerlas sobre el mapa de la solidaridad durante la peor crisis de la historia reciente de España”.

Créditos

Coordinación de Contenidos: Cecilia Marín
Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra
Maquetación y desarrollo: Saúl Fernández

Compartir

Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Red Eléctrica. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.