¿Es más fácil o más difícil ser madre siendo autónoma?
Hay 53.000 mujeres autónomas más que antes de la crisis y casi 210.000 autónomos varones menos, según la organización sectorial ATA. La flexibilidad de ser sus propias jefas puede ser atractiva para muchas profesionales
Ser autónomo no es fácil para casi nadie. Y esto es algo visible tanto en sus niveles de ingresos en comparación con los asalariados como en los superiores niveles de estrés que soportan. Al mismo tiempo, parece mucho más complicado disfrutar plenamente de la conciliación o de la baja de maternidad cuando trabajamos por cuenta propia.
Entonces, ¿a qué se puede deber el aumento de las autónomas en 53.000 personas más? ¿Cómo es posible que las únicas comunidades en las que ha descendido su número desde 2009 sean País Vasco, Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León?
Una de las razones del incremento tan mayúsculo de las autónomas es, probablemente, la desigualdad. En ocasiones, ser autónomo es sinónimo de precario, y las estadísticas nos dicen que las mujeres están sobrerrepresentadas en las tareas que ofrecen peores condiciones laborales y económicas. Según la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España. Casi 800.000 mujeres son precarias en nuestro país, mientras que los hombres apenas llegan a la mitad de esa cifra.
“Hay 53.000 mujeres autónomas más que hace diez años”.
Otro aspecto negativo que puede influir en que las mujeres opten por montárselo por su cuenta es la creencia de que la carrera profesional en una empresa se puede ver resentida una vez que son madres. De todos modos, aquí no caben visiones simplistas. Lo que atribuimos a la desigualdad también podemos atribuírselo, en algunos casos, a la creciente igualdad. Es decir, las mujeres están mejor formadas y poseen más recursos y confianza para emprender que antes. Y cada vez son más las que se lanzan a intentarlo.
Un motivo más para celebrar a este colectivo, el de los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia, tal y como hace la iniciativa Nacidos para ser autónomos, con la que Orange quiere solidarizarse y rendir un pequeño homenaje al espíritu especial de estos profesionales.
Entre los motivos que pueden llevar a las mujeres a emprender, seguramente, también influyen las ventajas que les proporciona ser sus propias jefas, graduar la intensidad del trabajo que tienen en cada momento y organizarse los horarios y la agenda como les parezca más eficiente. A veces, resulta más sencillo llevar y recoger a los niños del colegio o pasar más tiempo de calidad con ellos cuando se pueden distribuir los espacios con cierta flexibilidad. También es cierto que las autónomas, si la facturación lo permite, pueden contratar temporalmente a personas que las ayuden en sus negocios mientras los niños son más pequeños.

“Es más fácil organizarte el tiempo cuando eres tu propia jefa”.
Otro beneficio de ser autónoma es que, en algunas ocasiones, se tiene más control sobre los ingresos. Por ejemplo, algunos profesionales por cuenta propia pueden trabajar más durante algún tiempo para compensar una caída de ganancias en la familia. Los sueldos de los asalariados, aunque son más seguros, también son más rígidos. No siempre pueden adaptarse a un gasto importante y repentino relacionado con cuestiones de salud, con la vivienda o con la pérdida del empleo de la pareja.
Todo esto, por supuesto, no significa que las autónomas lo tengan fácil para conciliar la maternidad con sus proyectos empresariales. Hace falta mucha voluntad y muchísimos sacrificios para que los negocios salgan adelante al mismo tiempo que se dedica atención a los hijos. Y si siempre es importante distribuir equitativamente las obligaciones domésticas, más aún si algún miembro de la pareja es autónomos y necesita mejor apoyo.
Además, una cosa es hablar de flexibilidad y otra creer que el tiempo es infinito o infinitamente elástico. Los autónomos, independientemente de si son hombres o mujeres, se pueden tener que levantar a las cinco de la mañana para adelantar trabajo y llevar a sus niños al médico; pero, evidentemente, no pueden dejar de dormir o incurrir en niveles de estrés insostenibles. No, al menos, si quieren disfrutar plenamente de sus hijos al mismo tiempo que llevan adelante y con éxito sus negocios.