La tecnología es cada vez una parte más importante del menú de los restaurantes y las cadenas de restauración. Lo que empezó como un simple acceso a la red WiFi es cada vez un proceso más completo, que ofrece a los clientes una mejor experiencia y a los pequeños empresarios una gestión mucho más eficiente de su negocio.
El caso de Chariots es un buen ejemplo. Se trata de una cadena de franquicias de los restaurantes de cadena rápida KFC, nacida en 2017 y que ya cuenta con más de 200 empleados y siete restaurantes plenamente operativos.


Mejora y personalización de la experiencia
A través de SpotWifi se puede decidir el método por el que se conectan los visitantes, personalizar las imágenes de nuestros portales, redirigir el tráfico a la página que deseemos o limitar el tiempo de conexión

Incremento de la afluencia de público y el tiempo de visita
La atracción que produce la conexión WiFi gratuita incrementa el número de visitas que reciben los negocios y también la permanencia de los clientes en nuestro establecimiento

Mejora del conocimiento del público
El acceso a través de Facebook o formulario aumenta la información sobre nuestro público: a qué horas hay más clientes, si son clientes fieles, qué perfil tienen (sexo, edad…). Con estos datos también se puede crear una base de datos para establecer comunicación con los clientes

Personalización de contenidos y campañas de marketing
A través de este servicio se pueden crear ofertas y promociones, captar nuevos fans y fomentar la descarga de la app, entre otras soluciones
Su cofundador y CEO, Manuel Zamudio, lleva trabajando diecisiete años en el sector; fue el director general de KFC en España, antes de que la cadena decidiese cambiar de estrategia y franquiciar los restaurantes. Nacido en México, reside en Valencia, donde puso en marcha su primer KFC propio. “Ya estamos cerca de abrir el octavo y el noveno restaurante de la cadena, y hemos duplicado nuestra facturación en nuestro segundo año de actividad”, cuenta.

El ticket medio de los pedidos ha aumentado en un
50%gracias a la digitalización
según el consejero delegado de Chariots
Zamudio tiene clarísimo que “la digitalización ha transformado este negocio totalmente”. Probablemente, explica, el mayor impacto sea la entrega a domicilio a través de plataformas digitales como Glovo y Uber Eats. Pero hay muchos más cambios, tanto de puertas adentro como en la forma en la que tienen los consumidores de interactuar con las marcas, con un papel preponderante de las redes sociales.
El primer nivel –“tan básico como servir agua”- es ofrecer una buena red WiFi. Como comenta José Miguel Atiénzar, responsable de Ingeniería de Clientes de la Dirección Territorial Este de Telefónica, “muchos restaurantes ofrecen al público la misma conexión inalámbrica que utilizan ellos de manera interna, lo que puedes conllevarles responsabilidades legales en caso de comportamientos ilícitos realizados desde sus instalaciones”. La mejor solución para evitarse estos problemas y contar con el mejor servicio tanto para la empresa como para los clientes es contar con servicios como SpotWifi, de Telefónica, que permiten desdoblar la señal entre uso privado y público y decidir qué volumen de datos se asigna a cada servicio. Muchos clientes entran a los restaurantes y ni levantan la mirada para ver el menú: enseñan el móvil en el mostrador para pedir la oferta que quieren El Wifi, cuenta Zamudio, tiene un atractivo extra en las zonas más turísticas, como la Comunidad Valenciana: todos aquellos visitantes que no cuentan con servicios de ‘roaming’ sin recargo fuera de su país lo valoran especialmente.

“Podría gestionar mis nueve restaurantes desde un móvil”
Manuel Zamudio
Todo comercio de cara al público pide al pequeño empresario muchas horas a pie de mostrador, comprobando cómo funciona todo y qué pide el cliente. Pero en un negocio como el de Manuel Zamudio, con nueve restaurantes en un área de cientos de kilómetros, eso es mucho más difícil. Para paliar esas dificultades, tiene un gran aliado en la tecnología. Todo lo controla digitalmente, explica, desde los turnos de vacaciones de los empleados hasta el sistema de seguridad de los restaurantes. “Podría gestionar mis nueve restaurantes desde un móvil”, asegura el CEO de la empresa.
Otra ventaja añadida de la digitalización es que permite a un equipo separado geográficamente por varias ciudades, como el de Chariots, operar de forma totalmente coordinada. “Yo no trabajo en una oficina; trabajo en los restaurantes y en mi casa. Hasta las formaciones son online”, explica.
Pero la digitalización de los restaurantes va mucho más allá del WiFi. El cliente no solo utiliza el móvil para pasar el rato en el interior del local. Las aplicaciones de las cadenas de restauración son una herramienta básica para captar público, con servicios como la localización de restaurantes y las promociones específicas. “Muchos clientes entran a los restaurantes y ni levantan la mirada para ver el menú: enseñan el móvil en el mostrador para pedir la oferta que quieren”, asegura Zamudio.
Según los datos del INE
el 10,8%de las empresas de la Comunidad Valenciana se dedican a la restauración, un pilar básico de su tejido industrial
Y eso si se acercan al mostrador, porque otra gran tendencia de la digitalización es la proliferación de los quioscos digitales para realizar pedidos. “Yo los tengo en todos mis restaurantes, y son mis mejores vendedores. Permiten elegir con más tranquilidad, y el ticket medio es aproximadamente un 50% mayor que en mostrador”, explica el consejero delegado de Chariots. Los menús son también digitales: pantallas vistosas que llaman la atención y cuyos mensajes pueden cambiar con total flexibilidad y rapidez, frente a los costes, en tiempo y dinero, de la cartelería tradicional.
Eliminar el servidor local y llevárselo a la ‘nube’ es más seguro, flexible y económico

Como responsable de Ingeniería de Clientes de la Dirección Territorial Este de Telefónica, José Miguel Atiénzar atiende a pequeñas empresas en tres comunidades autónomas: la valenciana, Baleares y Murcia. Ofrece servicios de digitalización pero, cuenta, muchas veces su trabajo fundamental es de comunicación. “Nuestra principal barrera es convencer a las empresas de que tienen que dar ese paso: en su mayoría son compañías con poco personal y por tanto sin departamentos específicos que piensen en estas cosas”.
Normalmente, explica, el proceso de digitalización empieza con servicios de correos y antivirus. La siguiente capa es pasar el servidor a la nube: “Tener un servidor propio no consiste en ir a un establecimiento de aparatos informáticos, comprarlo y ponerlo a funcionar. Hay más costes que en ocasiones las pequeñas empresas no tienen en cuenta, como el gasto energético, pues tiene que estar encendido siempre, las copias de seguridad, el informático que te lo gestione…”. Eliminar el servidor local y llevárselo a la ‘nube’ es más seguro, flexible y económico.