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PARADORES

10 habitaciones únicas y con historia para disfrutar de diciembre

Dormir en el lugar en el que Isabel La Católica pidió descansar para siempre o en la misma habitación que cautivó a Mick Jagger. Descubre las estancias más exclusivas de Paradores

Prado Campos

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La espectacular terraza de la habitación Sala Dorada del Parador de Zafra (Paradores)

Son únicas por su emplazamiento, por sus vistas, porque respiran historia por sus cuatro costados o porque directamente parece que hemos llegado a ellas a través de una puerta de El Ministerio del Tiempo. Los 97 Paradores de la red hotelera pública tiene habitaciones tan especiales que son la mejor opción para disfrutar del último mes del año. ¿Por qué no pasar el puente de diciembre en el mismo lugar en el que Isabel La Católica pidió descansar para siempre? ¿O celebrar la Navidad e incluso despedir el año donde se alojó Frank Sinatra cuando rodó en España Orgullo y pasión? ¿O darse un capricho y hospedarse en la misma habitación en la que Mick Jagger durmió cuando los Rolling Stones tocaron en las fiestas del Xacobeo de 1999? 

La excusa es lo de menos porque dormir en un antiguo castillo, en lo que fue un convento o donde se alojaron nobles, reyes e intelectuales se impone como una forma única de despedir diciembre, celebrar la Navidad o preparar un regalo especial. Las respuestas a las preguntas anteriores se encuentran en los paradores de Granada, Oropesa (Toledo) y Santiago de Compostela. Aquí van 10 de las habitaciones únicas de Paradores, apunta bien porque no te dejarán indiferente.

Dormir en una fortaleza medieval

Trasladarse a la Edad Media es fácil en Alarcón. La localidad conquense está declarada Conjunto Histórico Artístico por la belleza y la armonía de sus serpenteantes callejuelas, su muralla y las vistas del río Júcar. En la zona más alta, sobre el peñasco Pico de los Hidalgos, y presidiendo la zona está su Parador, que parece detenido en el tiempo. El imponente castillo que hoy lo cobija conserva toda la monumentalidad del pasado. Respira el aroma musulmán y del medievo, el aire defensivo de la villa y el peso de los siglos de historia. Si algo llama la atención de la preciosa postal de Alarcón es la Torre del Homenaje del castillo. Imponiendo su perfil desde cualquier rincón, hoy se ha convertido en la habitación 106 del Parador.

Está dedicada a la memoria del Infante Don Juan Manuel (sobrino del rey Alfonso X El Sabio) y dormir aquí es como hacerlo en una antigua fortaleza medieval. Su techo formado por una bóveda de medio punto, la calidez de sus ladrillos y los tonos rojos y anaranjados de muebles y textiles convierten esta estancia en una habitación única. Y guarda un secreto más: sus huéspedes tienen acceso privado a la antigua almena vigía inferior de la torre. Las vistas te harán querer quedarte allí para siempre.

Una noche majestuosa en el Palacio de los Duques de Feria

Este imponente castillo del siglo XV se construyó como residencia-palacio de los duques de Feria y hoy acoge al Parador de Zafra (Badajoz). Su palacio fue un prodigio artístico y arquitectónico. Basta con echar un vistazo a su espectacular fachada, al patio renacentista que lo preside o los artesonados, herrajes, arcones y elementos decorativos que conserva en su interior. Entre todo esto, destaca su tesoro oculto: la Sala Dorada, es decir la habitación 314. Situada en el claustro superior del palacio, lo primero que te dejará con la boca abierta es su espléndido artesonado (original de los siglos XVI y XVII) con los escudos de los primeros señores de Feria y de los primeros duques de Feria. El esplendor de la estancia llega con su gran terraza, de acceso exclusivo para sus huéspedes, con vistas a la Plaza de la localidad pacense. Una cama de 2x2 metros con cabeceros de madera tallados y las rejas características de la época hechas a golpe de martillo redondean una estancia única en tierra de templarios y señores.

Un peinador con vistas

El Peinador de la Reina es como se conoce a la habitación 204 del Parador de Oropesa (Toledo). Ya solo el nombre indica que allí se respira lujo y tradición. Esta habitación, ubicada en la Torre del Homenaje, tiene siete balcones que regalan una imponente estampa del castillo sobre el que se asienta el parador, de la zona medieval de Oropesa, los paisajes del Campo Arañuelo y la Sierra de Gredos. Es la habitación más grande del antiguo palacio de los Álvarez de Toledo, anexo al castillo de Oropesa. Dormir en su cama, pintada a mano y de 2 x 2 metros con dosel, no es cualquier cosa. Bien lo sabían algunos de los ilustres personajes que se han alojado en este parador como Frank Sinatra, que rodó aquí en los años cincuenta Orgullo y Pasión, de Stanley Kramer; Rafael Alberti; Jorge Mistral; o los escritores Graham Green y William Somerset Maugham.

El rock de la Iglesia

Se llama Suite del Cardenal por el obispo gallego Quiroga Palacio y es una de las estancias más nobles del Parador de Santiago de Compostela. La habitación 329 lo tiene todo: un impresionante artesonado de madera estilo mudéjar, un sillón frailero del siglo XVII, un cuadro barroco de Santa Dorotea, dos camas de matrimonio con dosel, chimenea de piedra, hidromasaje… No es de extrañar que cautivara al líder de los Rolling Stones, Mick Jagger, cuando fue con su banda a tocar a las fiestas del Xacobeo de 1999. Dicen que aseguró que nunca había dormido en un sitio así. Palabra de estrella del rock. El nombre de la suite tiene origen en la primera persona que durmió en ella, el cardenal Roncalli, que pasó por allí cuatro años antes de ser nombrado Papa y convertirse en Juan XXIII.

Mediterráneo Puro en tu habitación

El mar como telón de fondo, un jacuzzi en la terraza, vistas al macizo de Montgó y una verde alfombra delante que conforma el campo de golf. La estampa de la habitación 122, también llamada El Xaloc, del Parador de El Saler (Valencia), es un puro deleite sensorial. No es fácil de olvidar un amanecer desde su terraza. Ni el encanto de una alcoba que sorprende nada más traspasar la puerta. Lo primero que nos recibe es un amplio hall con una televisión de 60 pulgadas nada menos. La habitación, además, tiene una clara protagonista: la luz. En sus 200 metros cuadrados hay dos pantallas de plasma, ducha efecto lluvia, una cama inmesa… Todo, diseñado a la vanguardia con un cubo de ébano de Makassar, que acoge el cuarto de baño y distribuye los espacios. Dormir allí solo puede ser una experiencia inolvidable.

El sueño de Granada

Escribió Federico García Lorca que “Granada es apta para el sueño y para el ensueño” y eso es precisamente lo que uno puede llegar a sentir si se aloja en la Torre de Alba del Parador de Granada, un hotel excepcional que tiene el privilegio de estar dentro del recinto de la Alhambra. Ubicado en un antiguo convento construido por los Reyes Católicos sobre un palacio nazarí, no hay nada más especial que despertar admirando por sus ventanales los cuatro puntos cardinales de una de las ciudades más bonitas del país. El Palacio del Generalife y sus jardines, la Alberca, Sierra Nevada, la Vega de Granada y el recinto de la Alhambra son las postales únicas que se pueden contemplar cuando uno se hospeda en la habitación 304 de este parador. El espectáculo está delante de ti.

Dormir a todo lujo y con vistas

En esta villa marinera guipuzcoana sobresale el Castillo de Carlos V, una fortaleza del siglo X que domina el mar y la costa cantábrica y francesa y hoy es el Parador de Hondarribia. Precisamente la habitación Carlos V es una de las más majestuosas de este espectacular parador. Para empezar, desde sus ventanas podrás admirar la Plaza de Armas de la localidad vasca y unas vistas inolvidables de la desembocadura del río Bidasoa. Además, como si estuvieras en una fortaleza medieval pero del siglo XXI, la habitación 101 cuenta con una cama de matrimonio de 2x2 metros, gruesos muros de piedra blanca y una decoración que te hará sentir en primera persona el lujo. No serás el único. Recuerda que también cautivaron los muros de este parador a personajes como el Duque de Alba, Garcilaso de la Vega, el Marqués de Spínola o Sofia Loren.

Vistas a la inmensidad azul

Es perfecta para una ocasión especial o una escapada romántica. El Mirador de la Virgen de la Roca es el secreto mejor guardado del Parador de Baiona. Ubicado en un preciosa bahía al sur de las Rías Baixas, la habitación 323 del hotel pontevedrés es una oda para la vista. Con cinco imponente ventanales, el mayor espectáculo de esta estancia reside en el exterior. Las vistas del monte sobre el que está el monumento a la Virgen de la Roca, el cabo Silleiro, el perfil de las islas Cíes y la inmensidad azul del mar compiten con unos atardeceres inolvidables. Dentro, para disfrutar el momento aún más, te espera una habitación de 90 metros cuadrados, cama con dosel, salón privado y baño con hidromasaje. Mejor, imposible.

Lujo digno de reyes

La habitación 140 del Parado de Chinchón está dedicada a Felipe V, que fue proclamado rey en la Plaza Mayor de esta encantadora localidad madrileña en agosto de 1706. Está situada en lo que fue parte de la capilla del convento agustino. Una bóveda de siete metros de altura con una iluminación magnífica preside una alcoba que, además, regala la quietud de las vistas del jardín de nísperos del patio interior del Parador. La habitación está decorada con murales de papel pintado que recuerdan los jardines de Aranjuez y muebles de forja, pero la sorpresa aguarda en el baño, donde la bóveda y los contrastes entre el pasado barroco y la decoración más vanguardista combinan de manera deslumbrante. Un dato más: si visitas el Parador de Chinchón, no dejes de degustar su Cocido de Taba porque han recuperado la receta original en un menú de esos que redondean la mejor escapada.

Las comodidades de la Corona

Histórico y regio es el Parador de La Granja (Segovia), situado a pocos minutos de los preciosos jardines del Palacio Real. Hoy ocupa lo que era la Casa de los Infantes, construida en el siglo XVIII por Carlos III para que vivieran en ella los infantes Gabriel y Antonio, y el Cuartel General de Guardia de Corps, convertido en un Centro de Convenciones y Congresos. Pero el tesoro mejor guardado es su habitación 219, llamada del Infante Don Gabriel, una de las más grandes y elegantes que mezcla una decoración clásica y moderna y unas preciosa vistas de la localidad segoviana. Es ideal para darse un capricho en pareja porque, además del magnífico spa del Parador, en esta habitación hay hidromasaje y home cinema. Todo para disfrutar como auténticos reyes.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Paradores. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.