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¿Sabes cómo ahorrar electricidad este verano?

Ha llegado el momento de preguntarle al aire acondicionado si se cree que trabajamos para una compañía eléctrica.

Ana García Novo

“¡Apaga la luz, que no trabajamos para (inserte aquí su compañía eléctrica)!”. Una frase que pasa de padres a hijos en toda España.

Tanto es así, que hay gente que descubre que su transición a la vida adulta se ha completado cuando se sorprende repitiéndosela a su prole.

El caso es que no es solo cuestión de apagar la luz de las habitaciones. En verano, frigoríficos y aires acondicionados trabajan más que nunca. Por tanto, se convierten en los grandes protagonistas de nuestra factura eléctrica. Y lo hacen para mal, claro. Especialmente si los aparatos son antiguos.

Por ejemplo, en el caso del frigorífico, la OCU calcula que consume el 31% de toda la energía eléctrica en un hogar. La cuestión es que está encendido siempre. Así que nos podemos imaginar cuánto puede llegar a gastar si encima lo utilizamos sin cuidado.

Pensemos ahora en el aire acondicionado que nos salva la vida cuando el termómetro se dispara. Si el aparato consume unos 2,1KW y lo usamos de media unas cuatro horas cada día, esto supone unos 33 euros (*) al mes en la factura eléctrica. Por supuesto, la media de horas difiere mucho en función del tamaño de la casa, de su situación, del número de aparatos y del tiempo que se pase en ella.

No estamos dispuestos a asfixiarnos en el sofá ni a renunciar a esos helados tan socorridos

Como no estamos dispuestos a asfixiarnos en el sofá ni a renunciar a esos helados tan socorridos cuando aprieta la canícula, lo ideal es tratar de ahorrar en el consumo de estos aparatos. Sí, se puede conseguir. Y no solo estaremos rebajando la factura de la luz: también contribuiremos a cuidar del medio ambiente. No olvidemos que es precisamente su deterioro el que provoca que cada verano tengamos que usar más estos aparatos.

¿Cómo ahorrar con el aire acondicionado en un ático? ¿Y con el frigorífico en una casa llena de niños? Vamos a ver algunos consejos útiles en función del tipo de hogar.

Vivo solo en un ático

Ahorra con el aire acondicionado

Somos la Tribu de los Brady

Vigila que las puertas quedan cerradas

Vivo solo en una casa de campo

Presta atención a la ubicación del frigorífico

Los aparatos de aire acondicionado con tecnología inverter pueden llegar a consumir la mitad que los convencionales

Vivo solo en un ático

Ese ático con terraza en el que vives es la envidia de tus amigos. También un imán para ellos. Como además le da el sol todo el día, el aire acondicionado y el frigorífico con las cervezas para los invitados no paran ni un instante.

Si esta es tu situación, debes tener en cuenta algunas precauciones. En primer lugar, considera seriamente invertir algo de dinero en mejorar el aislamiento de tu vivienda. Paredes y ventanas son un coladero de calor en verano y de frío en invierno. A veces es tan sencillo como colocar toldos. De hecho, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) calcula que hacerlo en ventanas en las que da el sol en verano supone el 60% de ahorro en energía.

En condiciones de uso severo del aire acondicionado es especialmente importante contar con equipos eficientes. Es una opción que conviene considerar si te toca renovarlos. Aunque su precio es algo más elevado, ofrecen un ahorro de energía que te compensará a la larga.

En cuanto al frigorífico, conviene que compruebes si cierra correctamente y evita colocarlo en un lugar donde le dé el sol. Por supuesto, trata de que tus amigos no se levanten de uno en uno al frigorífico cada vez que les apetezca un refresco: abrir cada dos por tres la puerta aumentará la temperatura interior. Esto se traduce en un mayor consumo.

Somos la Tribu de los Brady

Si en tu caso no son los amigos quienes asaltan el frigorífico sino tus hijos, la palabra mágica para no poner el grito en el cielo al ver la factura de la luz es educación. Si enseñas a tus peques a utilizar el frigorífico con sentido común, lo notarás mes a mes.

Recuerda que el objetivo es que la puerta esté abierta el menor tiempo posible. Ordenar los alimentos con lógica y poner al alcance de los niños los que consumen más habitualmente es una buena manera de lograrlo. También lo es pedirles que tengan bien claro qué quieren antes de abrir el frigorífico para evitar que se queden mirando su interior hipnotizados y con la mano manteniendo la puerta abierta.

También tendrás que hacer labor de evangelización con los aparatos de aire acondicionado. Explícales a los niños que no sirve de nada ponerlo a una temperatura muy baja al principio “para que enfríe antes”. El IDAE apunta que esta práctica no solo no es más efectiva, sino que aumenta el consumo de energía innecesariamente. Lo suyo, según este organismo, es fijar la temperatura de refrigeración a 26ºC en verano y tener un poco de paciencia.

Vivo en una casa en el campo

Si tu vivienda es amplia, como por ejemplo una casa de campo o un chalé, es especialmente conveniente que tengas cuidado con el consumo de frigorífico y aire acondicionado. El consumo de energía en ellos suele ser elevado, por eso lo suyo es no añadir sal a la herida.

Como seguramente tendrás metros cuadrados de sobra, procura no instalarel frigorífico cerca de una fuente de calor como pueda ser una cocina, un horno o un radiador. Evitarás que consuma más energía para mantener la temperatura interior. También conviene que dejes unos centímetros de espacio libre respecto a la pared para que circule el aire. Si además dejas espacio para pasar la aspiradora por la parte trasera, mejor que mejor.

También es posible que tengas que recurrir a varios aparatos de aire acondicionado para mantener tu casa a una temperatura correcta. Réstales horas de funcionamiento ventilando la casa en las horas más frescas del día. Al comprarlos, fíjate en su etiqueta energética: la categoría A con etiqueta verde se corresponde con los aparatos más ahorradores.

Por su parte, los que cuentan con tecnología inverter realizan una gestión más eficiente del trabajo del compresor, de manera que trabaja a una velocidad más constante. Estos aparatos pueden llegar a consumir la mitad que los convencionales. También puedes consultar esta tabla del IDAE para elegir la potencia más adecuada en función de los metros cuadrados de superficie que debas acondicionar.

Sea como sea tu vivienda, todos estos consejos te servirán a la hora de hacer un uso más racional del frigorífico y del sistema de climatización de tu casa. También a disfrutar de un verano con facturas de la luz más modestas.

¿A qué temperatura debo programar mi frigorífico?

Los frigoríficos actuales permiten ajustar los grados exactos de temperatura que deben mantener. Como se trata de electrodomésticos que funcionan durante todo el día, es muy importante regularla correctamente.

Un grado de menos supondrá varios arranques más del motor cada día para mantener la temperatura, por eso conviene tanto ajustarla al máximo. Según recomienda la OCU, una temperatura de 5ºC en el frigorífico y de -18ºC en el congelador es más que suficiente para conservar la mayoría de los alimentos. A partir de ahí, lo único que conseguiremos bajándola es pagar más en la factura de la luz.

(*) Cálculo efectuado a partir de un término de energía equivalente a 0,13 euros kWh


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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Worten. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.

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Ha llegado el momento de preguntarle al aire acondicionado si se cree que trabajamos para una compañía eléctrica.

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