Whiskey Jameson quiere acabar con tu día de la marmota
El gigante del whiskey irlandés ha preparado en noviembre un planazo con cine, futbolines, copazos y street food en Valencia

Han tenido paciencia. Han sabido esperar mientras pedías -¡suplicabas!- que nadie te levantase del sillón con la manta a cuadros que te regaló tu madre aquel tórrido verano de rebajas. Han pasado dé-ca-das. Han sido comprensivos mientras te pegabas un atracón maratoniano de Regreso al Futuro, la Guerra de las Galaxias y, en horas más bajas, Juego de Tronos. Mientras murmurabas, con una evidente cara de Bill Murray, que los mejores episodios siempre son los primeros. Pero ya no. Ya basta. La última gota de whiskey ha derramado el vaso.
Jameson trae a La Casa de la Mar de Valencia (en Alboraya, en la Avenida de Vicente Blasco Ibáñez Novelista, 4) desde el 15 al 25 de noviembre y desde las siete y media de la tarde a las doce de la noche, una explosión de ocio noventero –¿no vas a jugar al futbolín? ¿No vas a ver Pulp Fiction, El Gran Lebowski o Clerks? ¿No te vas a animar con los copazos de whiskey y el street food? – para demostrarte que el otoño es algo más que pereza y hojas caídas.
También servirán una ración de Atrapado en el Tiempo, que más de uno seguirá llamando El Día de Marmota. Esa obra maestra ha anticipado, generación tras generación, lo que sentiría su público en el trabajo cuando sus jefes le espetasen, con dientes y malvada sonrisa de conejo, aquello de “¿tengo razón o tengo razón o tengo razón? Razón, razón, razón.”
Qué duro resulta para muchos reconocer que los noventa pueden ser vintage. Creían, oh vanidosos, que los clásicos retro siempre serían de los sesenta, setenta y ochenta. Que ellos vivirían, para siempre, como eternos modernitos o, al menos, como ‘gente normal’. Pero no.
Ahora resulta que también ellos son vintage y que Jameson les arroja un salvavidas en medio de ese océano de nostalgia otoñal. Y les dice: levántate y anda, modernito. Y se les caen las lágrimas como la primera vez que vieron alguna de las películas de culto que les propone Jameson del 15 al 25 de noviembre. Saben que su oferta es más sincera que la de aquel ilustre mendigo de la película que pedía una limosna… ¡para un exleproso!

Un copazo de Jameson y street food para cenar, un planazo contra el otoño.
Hay algo de crueldad, reconozcámoslo, en recordar que algunos de los que vieron Pulp Fiction en el cine estaban tan delgados como John Travolta entonces. Y que luego se pusieron tan lustrosos, orondos y sanotes -o eso dirían nuestras abuelas- como él. Pero Jameson también tiene una solución para los que perdieron hace mucho tiempo de vista sus abdominales.
No todo va a ser cine y street food. No. También podrán darse una paliza al futbolín, al ping pong y, de perdidos al río, a la Nintendo 64. Fue una de las sensaciones de los noventa, con aquel imborrable Super Mario 64, aquel mando gris con forma de corona de tres puntas y aquellos cartuchos. ¡Los cartuchos!
Proyectarán Pulp Fiction o El Gran Lebowski, dos clásicos del humor negro.
El planazo que propone Jameson incluye, por sólo diez euros, la entrada a La Casa de la Mar, la peli -tú que las sigues llamando “pelis”- y el primer copazo de whiskey. Allí podrás recordar la cita apócrifa de los evangelios -Ezequiel 25:17- que muchos creyentes se saben mejor que las auténticas: "El camino del hombre recto está por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos".
Jameson te invita, en definitiva, a una tarde-noche de otoño en comunión con Samuel L. Jackson, ese pastor de ovejas descarriadas. Y todo para que tires de la manta… de cuadros, dejes los maratones seriéfilos y actúes como lo que nunca debiste dejar de ser: un viciado de las consolas, un cinéfago de comedia negra y absurda, un as del futbolín de taberna (oé, oé) y un modernito noventero. Ahí, ahí te quiero ver.