?

CARREFOUR

¿Tomate que sabe a tomate?

Parece casi un oxímoron, pero es posible. La fórmula: los productos bio cultivados y recolectados por los productores locales

Contenido desarrollado para

Content Factory

Compartir

Pera, rosa, corazón de buey, kumato, raf, cherry… Las opciones son múltiples y el objetivo el mismo: conseguir el tomate perfecto. Ese que, por fin, sabe a tomate. Parece un oxímoron, especialmente si recordamos el sabor de aquellos tomates de la infancia recogidos en el pueblo de nuestros padres y abuelos.

El tomate es una de las frutas más cultivadas del mundo con al menos 170 millones de toneladas de producción anual. España es el octavo productor mundial con más de 4.888 kilos, según los últimos datos publicados por Faostat, organismo de estadística de la FAO, siendo Almería la provincia más productora y exportadora de nuestro país y de toda Europa. El sabor se ha visto resentido al intentar abastecer toda la demanda cuando no es temporada siendo los consumidores los mayores damnificados.

Se calcula que hay alrededor de 20.000 variedades de tomate. España es el octavo productor mundial.

Un reciente estudio desarrollado por científicos del CSIC, la Academia China de Ciencias Agrícolas, las universidades de Florida y Hebrea de Jerusalén, y publicado por la revista Science, analizó miles de variedades de tomate para identificar cómo conseguir cruzar tomates modernos y tradicionales para obtener, a través de marcadores moleculares, tomates sabrosos como los de antes pero resistentes y duraderos. Porque, explicaron los investigadores, trabajar el color y el tamaño es relativamente más fácil, pero lo complicado es que el tomate sepa a tomate. 

Por eso, la pregunta es cómo dar con ese ansiado tomate sabroso ante tal cantidad de variedad (se calcula que hay alrededor de 20.000 tipos) y producción. Y la respuesta está, como siempre, en la tierra. Para empezar los tomates más sabrosos no tienen por qué ser los que relucen perfectos rojos y redondos. Después hay buscar en el origen, es decir ir a los productores locales que siguen trabajando la tierra de forma tradicional respetando sus tiempos para conseguir los mejores productos biológicos, orgánicos y ecológicos. Ellos son los que hacen que sus tomates lleguen directamente a los lineales de los grandes supermercados.

Hay que buscar en el origen, es decir ir a los productores locales que siguen trabajando la tierra de forma tradicional para conseguir los mejores productos biológicos.

¿Y cómo dar con ellos? Una fórmula es comprar tomates bio como los que ofrece Carrefour. La multinacional trabaja con más de 110 productores locales para garantizar la frescura diaria de sus frutas y verduras de hoja y, a la vez, apoyar la economía local, la sostenibilidad y fomentar la reducción de emisiones CO2. Los tomates de sus lineales se recolectan a diario y llegan en menos de 48 horas a nuestra ciudad dentro de su compromiso Act For Food, con el que la empresa quiere democratizar la alimentación orgánica y garantizar la sostenibilidad y trazabilidad de sus productos. Solo así el tamaño y el color deja de importar y comerse un tomate sea tan delicioso como con esos recién sacados de la huerta que traían nuestros padres de niños.

Compartir

Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Carrefour. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.