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Lágrimas que iluminan el firmamento

Lágrimas que iluminan el firmamento

Las perseidas o Lágrimas de San Lorenzo, llegan a nuestras islas y ofrecen un espectáculo único. La empresa AstroEduca ofrece en la cumbre de Gran Canaria la posibilidad de disfrutar de este fenómeno, a la vez que enseña a interpretar el cielo con planetas como Marte, Júpiter o Venus como actores secundarios.

Jueves, 1 de enero 1970

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Nunca debió pensar San Lorenzo, uno de los siete diáconos del papa Sixto II y que fue condenado a morir en la hoguera el 10 de agosto del año 258, que su dolor iba a ser transformado en uno de los fenómenos astrales más seguidos por los amantes de nuestro firmamento. En la madrugada del viernes al sábado, las Perseidas, o también conocidas como Lágrimas de San Lorenzo, comenzaron a atravesar el cielo de las islas en un fenómeno que continuará hasta esta madrugada del lunes.

En Gran Canaria, la lluvia de lágrimas del diácono que ofreció su martirio a Dios, se está disfrutando de lo lindo puesto que ha coincidido la llegada de las Perseidas con un cielo espectacular, limpio y con la Vía Láctea como principal maestra de ceremonias.

Para disfrutar de este fenómeno, la compañía AstroEduca ha organizado una serie de jornadas desde el viernes hasta la noche de hoy domingo en las cuales, sus participantes han podido ver las Perseidas de otra forma. Sin ir más lejos, una veintena de amantes de la naturaleza subió el viernes noche hasta el campamento de El Garañón donde allí les esperaba Frank A. Rodríguez, uno de los mayores expertos de nuestro cielo y responsable de AstroEduca, junto a su equipo de colaboradores compuesto por José María Saavedra, Pedro Pérez, Damián Reina y Chari Melián.

Impresionante

Nada más llegar hasta el cuartel general de estos astrónomos en El Garañón –cedido para la ocasión por Vivac Aventura–, los afortunados pudieron disfrutar de un espectáculo único con una visibilidad extraordinaria y un objeto que se convirtió, desde el primer momento, en protagonista: el planeta Marte. «Es precioso porque verlo con este cielo y tan cerca, no volverá a pasar hasta dentro de décadas», explicaba Frank Rodríguez a sus improvisados alumnos.

Empezó a mostrar a todos con sus tres enormes telescopios diversas estrellas, nebulosas, planetas, constelaciones y galaxias hasta que, pasada la medianoche y sin avisar, un enorme bólido –como llaman a los meteoros que cruzan el cielo–, hizo acto de presencia. Fue la primera de un sinfín de Lágrimas de San Lorenzo que asomaron por el firmamento para el deleite de todos, con el permiso de la Luna nueva que hizo más oscuro aún el escenario.

«Son partículas de polvo que cruzan el cielo a 210.000 kilómetros por hora y proceden de la constelación de Perseo», explicaba el responsable de AstroEduca en una noche perfecta, en la que Júpiter, Marte, Venus y la Vía Láctea fueron unos invitados de lujo al espectáculo de las Perseidas. El valiente mártir de San Lorenzo volvió a dejar, un año más, su recuerdo en forma de lluvia de estrellas.

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