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José R. Sánchez
Arrecife
Viernes, 14 de octubre 2022, 23:35
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Si bien fue mediado el verano, el 1 de agosto en concreto, cuando comenzó a operar el comedor social de Arrecife, primero a gran escala en Lanzarote con el patrocinio exclusivo de una institución pública; fue este viernes cuando se hizo la inauguración oficial del recinto, en el número 53 de la calle Ángel Ganivet, en el barrio de Titerroy, con presencia de la alcaldesa, Ástrid Pérez, y la titular de la Concejalía de Servicios Sociales, María Jesús Tovar. Ambas fueron las encargadas de descubrir la placa conmemorativa.
La instalación tiene capacidad para dar servicio habitual, por turnos, a un centenar de comensales, cifra que casi coincide con el número de personas que de modo corriente carecen de techo donde cobijarse en la capital, según dio a entender Tovar; quien sentenció que se ha dado prioridad a esta iniciativa, puesto que «Arrecife tenía necesidad de un comedor social desde hace muchos años». En estos días se cuenta con la particularidad de que se dan prestaciones a unos 70 comensales por fecha.
La gestión corre a cargo de Emerlan, como consecuencia de un concurso público hecho meses atrás. Por los servicios pactados, de las arcas municipales saldrán cada año algo más de 400.000 euros, según valor dado por la alcaldesa, quien ante los periodistas, tras descubrir la placa, hizo énfasis en que este comedor es fruto directo de la aplicación de políticas destinadas a dar servicio a personas en alto riesgo de exclusión social.
El acuerdo entre el Ayuntamiento y Emerlan se contempla que tenga vigor por al menos tres años.
El recinto abre a diario, laborables y festivos, un mínimo de seis horas, con asistencia de más de media decena de profesionales de diversa índole. Con el protocolo establecido, dio cuenta la concejala de Servicios Sociales, hay ocasión de ofrecer un menú diario a las personas que se acercan al lugar, así como medios para desarrollar programas de inclusión social. Además, como apoyo, se cuenta con implicación de trabajadores sociales, que «tres días por semana» salen a la calle para dar asistencia a personas que a veces no pueden ser atendidas en el comedor.
El local tiene una pequeña cocina en el parte interior, con neveras. Abundan las mesas con sillas, que se emplean para que las personas que reciben asistencia puedan comer, así como desarrollar actividades en horario de tarde. Parte de los menús que se confeccionan sirven para las entregas que se hacen en la vía pública, un servicio que lleva meses en activo.
A pregunta de CANARIAS7, aseguró la alcaldesa capitalina que en materia social queda pendiente el reto de habilitar un albergue de bajo umbral, en similares condiciones de funcionamiento a instalaciones de esta índole que se operan por instituciones privadas. «Estamos estudiando la opción», sentenció Ástrid Pérez.
Por parte del Cabildo hace meses que se ha dispuesto el funcionamiento de varios pequeños pisos de acogida para personas sin recursos, repartidos por la capital, también con gestión de personal especializado de Emerlan.
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